Mi cabellera es uno de mis fetiches. Sé que es una
de las armas más poderosas de seducción que las mujeres poseemos. También sé que lejos, bien lejos de los
prejuicios que imponen las modas pasajeras de coiffeurs y estilistas, habita una legión de adoradores de todos los sexos que sueñan con peinar y acariciar el pelo largo de la sexy dama de sus fantasías. Hoy quiero remontarme a los orígenes de este delicioso fetiche dedicando una
entrada de mi blog para homenajear la inolvidable melena peekaboo de Verónica
Lake.
No voy a ser yo quien haga una crítica
de cine sobre las películas de Verónica Lake. Tampoco quiero explayarme con una
historia de su triste infancia, su ascenso al estrellato de Hollywood en los
años cuarenta y su caída en la oscuridad del alcohol y la locura. Me
conformo con que sepan que a fines de los años treinta, la joven descendiente
de irlandeses Constance Frances Marie Ockelman trabajaba en películas como extra
cuando su rara belleza comenzó a llamar la atención. Fue contratada por la Paramount y un productor
decidió rebautizarla después de meditar que mirarla a los ojos era como contemplar
un bello lago de aguas azules. Mientras Verónica Lake filmaba una escena de I
wanted wings, su primer film protagónico, en donde representaba a una joven
cantante de nightclub, ocurrió que…
"..we
did a scene in which I was supposed to be tipsy at a table in a small
nightclub. Things were going nicely until I leaned my elbows on the edge of the
table….My right elbow slipped off the table edge sending my long blonde hair
falling over my left eye. I spent the next few minutes trying to continue with the
scene as I kept shaking my head to get the hair out of my eyes.”
Un tema recurrente en la obra de Jorge Luis Borges es el momento
fundacional en que una persona, a veces por puro azar, descubre su destino. Si hubo un destino para Verónica Lake, éste quedó para siempre determinado por ese momento de filmación en que una onda de
pelo cayó sobre su rostro, tapando uno de sus ojos. Si bien Verónica no era la
principal estrella en I wanted wings, su figura ya aparece en el afiche
promocional con el peinado que la haría famosa.
El pelo de Verónica estaba necesariamente aplastado contra
la cabeza porque las elegantes mujeres de los años cuarenta solían llevar
sombrero. Pero estaba peinada con una raya al costado y una ola color miel caía
gloriosamente sobre una mejilla, ocultando uno de sus ojos azules, tan azules como el agua de un lago, tras un rulo en forma de S. La curva del pelo que
ocultaba el ojo derecho se acoplaba a la perfección con la ceja del ojo
izquierdo, rompiendo y creando simetría al mismo tiempo. Larga y suelta por los
hombros y la espalda, la melena de Verónica fue bautizada peekaboo, una
expresión anglosajona que refiere a un juego infantil de esconderse detrás de algo
y aparecer por sorpresa. En sus películas, Verónica hacía aparecer y desaparecer a su ojo detrás de sus rizos rubios, en un gesto lleno de pícara sensualidad.
Femme fatale de films noir y chica pin
up al mismo tiempo, Verónica Lake filmaría siete películas entre 1940 y 1942. Su
efecto sobre la moda de la época fue el de un huracán; millones de imitadoras se abalanzaron sobre los salones de belleza reclamando por un Lake look; una fiebre parecida
a la que sufrirían sus hijas décadas más tarde cuando intentarían imitar las ondas rubias de Farrah Fawcett.
Un año después, en 1943, las mujeres en Estados Unidos debieron
volcarse masivamente a las fábricas para contribuir con el esfuerzo bélico de
su país en la Segunda Guerra
Mundial. La melena peekaboo comenzó a ser un problema
porque las trabajadoras que usaban el pelo que caía en ondas sobre la cara tendían a engancharlo en las máquinas. Cuando los reportes sobre esta clase de
accidentes laborales aumentaron sensiblemente, el propio gobierno tuvo que intervenir en
el asunto. Debido a la presión gubernamental sobre la Paramount , Verónica Lake no sólo debió cortarse el pelo y cambiar
su peinado sino lograr que millones de seguidoras también lo hicieran en nombre de la patria amenazada. No sé si existe en la historia de la sexualidad un caso similar de que un fetiche se volviera una cuestión de estado. Verónica apareció con su nuevo look en una campaña publicitaria a través del
cine y las revistas de la época pidiendo a las mujeres estadounidenses que evitaran
el peekaboo al menos hasta que la guerra terminase. Para reforzar su nueva imagen, protagonizó en 1943 So proudly we hail!, un film bélico con reminiscencias
patrióticas donde lucía un nuevo peinado con un rodete sobre la nuca. Sin saberlo, así como ella había acabado con su famosa melena, así mismo su carrera y su propia vida también empezaban a desvanecerse .
Quizás el terrible desbarranco
profesional y personal de Verónica Lake contribuyó a volverla un ícono
fetichista que se mantuvo vigente a lo largo de las décadas siguientes. Cuando
el director y animador Richard Williams buscaba inspiración en las legendarias
starlets de Hollywood para componer el sexy personaje de Jessica Rabbit, pensó
en Rita Hayworth y en Verónica Lake. Jessica es una preciosa combinación de
ambas divas.
Me gusta su pelo. Yo quiero tenerlo igual. <3
ResponderEliminarAhh, que belleza...
EliminarExcelente como siempre!
ResponderEliminaratentmente
Comm
Muchas gracias Commendatore
EliminarConsiderada la melena rubia y el flequillo más famoso de Hollywood de todos los tiempos (con permiso de Marilyn claro). Desconocía la historia de la guerra, que tuvo que cambiar de peinado por las consecuencias que producía entre la mayoría de féminas que imitaban el mismo peinado y les molestaba al trabajar. También el bello homenaje de Kim en L.A.Confidential.
ResponderEliminarGenial artículo querida Mistress Roxy
Gracias Merceditass. Son joyas femeninas que van adornando nuesta ruta
EliminarVeo que si lo sabia! estupendo artículo!
ResponderEliminarDescubrí la anécdota por casualidad y me pareció interesante compartirla. Además, Verónica era tan hermosa!!
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