miércoles, 9 de marzo de 2022

Soy sissy, soy linda

 



   La apariencia y los modales de la femineidad clásica son el basamento desde donde una sissy construye su experiencia de placer. La sissy sabe que nunca se verá tan bella como sus idealizados modelos femeninos pero también sabe que puede aproximarse a su manera. Sentirse linda es su Nirvana, es el Big Bang que explota frente al espejo debajo de la peluca rubia, de los maquillajes excesivos, del perfume y de los tacos altísimos. Cuanto más te parezcas a esa mucama francesa o a esa putita que llevas adentro, más cerca estarás del máximo placer. Me imagino lo desalentador que debe ser para una feminista tener que compartir un ladies toilet con una sissy maquillándose a su lado y contándole sus fantasías.


   Una sissy se parece en algo a una drag queen: siempre está en transición. Cada noche en que se monta de mina, pugna por mejorar su producción persiguiendo un ideal femenino estereotipado hasta el detalle. Como todo arte, el arte de sissificarse es factible de ser perfeccionado en cada sesión. Pero a diferencia de la queen, que puede montarse para una actuación o para interpretar a un personaje, la femineidad sissy es siempre fetichista. Es una experiencia sexual que tiene todas las características del deseo masculino de querer pasar al otro lado porque sabe que allá se goza más y mejor.






   La sissy busca el placer sexual a través de su apariencia porque cuanto más linda se sienta, más excitada estará. Esa búsqueda ansiosa de la apariencia frente al espejo es casi o más importante que el sexo mismo. La sissificación se parece muchísimo a la forma en que los hombres adinerados eligen a un robot sexual. Quienes compran las muñecas sexuales tipo Harmony, pueden seleccionarlas entre diversas estructuras corporales, facciones y hasta pautas de comportamiento diseñadas cibernéticamente. En forma fría y detallista, lejos de toda norma moral, ellos diseñan a su prostituta ideal. En el caso de la sissy, la muñeca y el hombre son la misma persona. 

   Cuando un hombre desea diseñar a una sissy sobre sí mismo cuenta con un margen muy acotado debido a las características de su cuerpo y de su rostro de origen pero no por eso va a dejar de intentar parecerse lo más posible a un ideal de mujer que casi siempre es verse lo más sexy posible y comportarse lo más puta que pueda. Cuando una sissy practica feminizarse y se juzga a sí misma frente al espejo, caminando o haciendo gestos, no se diferencia demasiado del macho que le pone puntaje a la mina por su belleza, sólo que acá el macho y la mina son la misma persona. No nos puede extrañar entonces que hasta la palabra sissy sea rechazada por el mundo de la diversidad sexual y abominada por el feminismo.

   La ruptura con las nociones tradicionales de género han dejado totalmente demodé y anticuado al modelo femenino original que inspira al sissismo. La corrección política predica que sentirse linda puede ser importante para una mujer pero ser mujer es mucho más que sentirse linda. Al igual que las crossdressers y las mujeres trans, las sissies también aspiran a ser tratadas como mujeres pero sus deseos fetichistas las llevan inevitablemente a convertirse en estereotipos de mujeres artificiales y frívolas. Afeminadas hasta el exceso, se pavonean orgullosas de su condición de putas fiesteras y felatrices golosas, ideales para complacer fantasías masculinas. Son consideradas apenas una caricatura de mujer. Ese es su pecado original y por eso una pecadora irredenta como yo las encuentra tan, tan atractivas.












8 comentarios:

  1. Hermoso post mistress muy hermoso, pero un pequeño detalle en la segunda foto ella esta muy sexy y deja ver lo que hay debajo pero yo usaria una hermosa jaulita de castidad rosa

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    1. Hola! Gracias por comentar. A mi me gustan las sissies que no ocultan el sissy clit, al contrario, que lo exhiben orgullosas a mis demandas. Nunca me sedujo la cajita ni nada relacionado a la restriccion sexual

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  2. Muy buen escrito mi señora, siempre tan acertado sus escritos sobre el mundo Sissy, yo soy una sissy, cuando mi alter ego “Susi” sale a la luz busca en todo momento parecerse a su Ama, a exagerar en todo el feminismo que actualmente por desgracia esta desapareciendo, yo se que nunca podre ser igual que mi ama, pero intento en todo momento arreglarme con mi peluca, mi maquillaje y mi uniforme de criada rosa, con unos lindos zapatos de tacón de charol, mi ropa interior también es rosa con muchos volante y lacitos.

    Lacitos, mmm, me encantan esos lazos de satén colgando de las prendas con su precioso diseño y como se mueven al andar.

    Otra cosa que me gusta es hacer que mi diosa esta cómoda, tranquila y darle todo mi servicio a una mujer a la cual venero.

    También es cierto que muchas dominas que he hablado por la red, no les gustan los sissy, así que estamos en casi tierra de nadie, las mujeres no les agradan ver tanto pompón como si fuésemos una tarta, (esto me lo dijo una Ama) y algunos hombres nos quieren ese estar al lado de los Sissys, les molesta esa parafernalia de tanta ropa tan exagerada.

    A sus pies mi señora.

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    1. Las sissies son personajes muy especiales a la que no se puede moldear ni modificar. El sissismo es un paquete completo, o lo aceptas o lo rechazas. Y mucha gente las rechaza, especialmente dentro del BDSM y de las diversidades. Justamente, querida criada Susi, es lo que intenté expresar en mi columna. Gracias por tu comentario.

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  3. EXTRAORDINARIO POST
    Felicitaciones
    atentamente
    Comm

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    1. Mi habitual comentarista...gracias por tu atencion, Commendattore!

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  4. Grandioso post Mistress, es cierto que a muchas mujeres les molesta de una forma enorme el que llevemos los tópicos de lo que se considera femenino al limite, pero tambien es cierto que hay mujeres a las que les encanta utilizar hasta el maximo sus armas femeninas y que disfrutan siendo mas maricas que nosotras y no por ello son machistas ni desprecian a la mujer y les fastidia muchisimo que las esten juzgando todo el dia. Y tambien es cierto que hay muchisimos gays que nos desprecian de una forma que no se imaginaria mucha gente, hay una escena en "pose" maravillosa que lo describe a la perfeccion, aquella en que una de las "chicas" entra en un bar de "hombres" y todos empiezan a mirarla con desprecio para acabar el dueño del local diciendole que se vaya que alli no se admiten "disfraces". La hipocresia y la discriminacion estan no solo en los lugares habituales, llegan a los mas insospechados. besos Mistress.

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    1. querida gerita: aquello que cuentas de los tiempos de "Pose" era cierto..los gay leather del BDSM, tan machotes ellos, despreciaban a "las nenas con plumas". Pasron decadas y el BDSM sigue, tristemente, mas o menos igual...

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