sábado, 12 de febrero de 2022

Romanticismo sumiso





   Un náufrago sobrevive como puede en una isla que cree desierta hasta que de pronto descubre a un grupo de personas que repiten cíclicamente los mismos comportamientos. En particular, le llama la atención una chica que suele contemplar lánguidamente las puestas de sol. Con el tiempo comprende dos cosas: que se ha enamorado de ella y que ni ella ni los demás habitantes parecen tomar nota de su existencia. Logra al fin dilucidar el misterio: quienes habitan la isla no son seres humanos de carne y hueso sino proyecciones provocadas por una máquina. Son fantasmas. Aún así, movido por la desesperación del amor, toma la decisión de activar aquellas máquinas sobre sí mismo para convertirse él mismo en otro fantasma y así poder compartir con aquella mujer que lo ha seducido sin hablarle, su mundo irreal, incorpóreo. Hay algo místico en su trágica decisión final. Es morir en la vida real para alcanzar el éxtasis resucitando como una imagen.

   La invención de Morel, publicada por Adolfo Bioy Casares en 1940 es una novela genial que se anticipa por décadas al mundo de la realidad virtual, de Second Life, de los avatares y de los guiones de Black Mirror. Para mi esclavo marido, con quien solemos compartir lecturas y debates, es simplemente una obra maestra del romanticismo sumiso; una especie de Venus de las Pieles pero sin pieles ni fetiches. Es la vieja historia del amor novelesco, del sensual dolor que le provoca al hombre el estar enamorado de la mujer imposible, inalcanzable. El deseo que le provoca una idealizada imagen femenina, sea real o virtual, lo lleva a tomar las más drásticas decisiones, jugando a todo o nada su propia existencia.

   La Venus de las Pieles de Leopold Sacher-Masoch fue escrito siglo y medio atrás. Su protagonista, Severin, es un hombre con muy fuertes tendencias hacia la sumisión. Cuando conoce a una mujer bella y rica llamada Wanda, se enamora de ella e intenta por todos los medios que corresponda al amor que lo devora, sometiéndolo y esclavizándolo. La trama es un constante argumentar entre ambas partes en donde Wanda se muestra reticente ante los deseos de Severin pero finalmente acepta. En el famoso contrato de esclavitud, queda sellado el pacto de amor entre ambos. Lo que no dice el contrato es que ella se inicia como Ama por amor a Severin, para satisfacer su fantasía, pero acabará posesionándose del rol y convirtiéndose realmente en una mujer dominante y sádica que finalmente lo conducirá a un sufrimiento real que él nunca imaginó.

   La Invención de Morel, la Venus de las Pieles y tantas novelas más que sería redundante citar, no son sólo obras maestras de la literatura universal que forman parte del patrimonio de la humanidad. Tienen la inquietante virtud de interpelarnos desde mucho tiempo atrás sobre lo que los hombres son capaces de hacer por amor a una mujer y sobre las pasiones que algunas mujeres son capaces de despertar en sus adoradores.

   Los que dicen saber mucho de BDSM, los expertos que enseñan, suelen hablar del EPE (erotic power exchange) como una transferencia de poder que el sumiso hace hacia el dominante, de acuerdo a sus reglas y límites. El BDSM así entendido, el verdadero, el legal, no es más que un juego de roles.

   Cuando desde ese BDSM se habla del poder del erotismo femenino y de lo que es capaz de provocar en los varones cuya naturaleza sumisa los lleva a desear entregarse, lo condenan de la misma forma que lo hacen los machos del mundo vainilla, que son incapaces de comprender ese fuego de pasión romántica sumisa, ese deseo de consumición que abrasa a tantos hombres cuando conocen a algunas damas, quizás imposibles, y que los lleva a someterse a ellas. Y es entonces cuando comienzan las descalificaciones: pajero, ciego, enconchado, pollerudo, no sabe lo que hace, perdió la cabeza por ella, etc., etc.

   Yo los llamo simplemente mis románticos sumisos. Como los de Bioy o Masoch.





8 comentarios:

  1. Un artículo muy interesante, querida Roxy, sobre todo por las referencias culturales en las que se basa.

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    1. Querida Gia, un honor como siempre leer tus comentarios. Gracias por seguirme.

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  2. Muy bueno
    Atentos saludos
    Comm

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  3. Feliz día de San Valentín para todas las Dóminas y para todos sus galantes adoradores!

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  4. Gracias ,igualmente
    atentos saludos
    Comm

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  5. Muy interesante, gracias por compartir estos textos

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