Quienes
aspiran a desestructurar el BDSM desde la anulación de las etiquetas y los estereotipos que
supuestamente nos restringen, ponen particular atención en los roles femeninos.
Hay un especial énfasis en pretender estigmatizar como símbolos de opresión a las modas, el glamour y las tradicionales actitudes que llevamos incorporados como definición de lo femenino. Entonces, dentro de este microclima
tan peculiar, quienes desean feminizar o ser feminizados no pueden responder directamente a
la pregunta Cómo feminizar a un varón porque antes deben abordar la cuestión de
qué cosa es ser femenina.
En mi
columna previa Una mujer normal, yo desafiaba a mis lectoras sissies a que se
identificaran con el estilo de mujer que aspiran ser. Esa mujer es la que habita en las fantasías de la
mayoría de las crossdressers que he conocido. Con la salvedad de que dichas
crossdresssers fueron observadas y abordadas por quien esto escribe en noches
de reservados swingers, donde el sexo latía en cada esquina y las chicas
deseaban verse lo más atractivas posibles para lograr la excitación de los
machos presentes y servirse de ellos.
Si deseo abrir más el juego y llegar a coronar una mujer en cada cabecita de varón
potencialmente feminizado, sé que me voy a chocar con las más disímiles
construcciones: la chica en lencería, la de los tacones rascacielos, la de las
pollleras escocesas de tartán al estilo colegiala, la de las tetas postizas con
tamaño de siliconas gigantes, las de dildo insertado, las de máscara de látex y
hasta las que llevan un almohadón en el vientre simulando un embarazo. No hay un molde conciliador. Hay
tantas mujeres idealizadas como el número de varones que intenta parecerse a
ellas pero creo que en todas ellas vive un común denominador:
- las mujeres somos bellas
- para nosotras toda diversión sexual es accesible. Girls have more fun.
Querida amiga sissy, tu mujer
ideal y el plan con el que pones en marcha su construcción,
es tu propia y personal huella digital. Si te pregunto sobre ella, empezarás por contarme la fórmula
genérica, esa misma que se moldea en tu cabecita pajera. Sé que en esas primeras
descripciones abundarán las diosas fetish, las rubias bimbo y las prostis
callejeras. Pero si vos y yo tuviéramos la posibilidad de dibujarlas y describirlas en profundidad, estoy segura que abundaríamos en detalles diversos, muy personalizados
y abismalmente discordantes entre todas.
Tu mujer
ideal es una expresión más de lo individual del erotismo humano. Tu mujer ideal
es tuya, propia, no compartida. Para lograrla, tu construcción personal necesita de un molde, de un estereotipo original, de una fórmula de la mujer biológica
perfecta. Esa mujer diseñada cual muñeca por tu fantasía lleva una etiqueta que te dice esto es el ser humano femenino ideal al que intento representar en la vida
real.
En los debates y las reuniones sobre sexualidades alternativas, entre ellas el BDSM, sería muy útil evitar estériles polémicas entendiendo de una buena vez que no hay ni puede haber feminización o sissismo sin que haya un modelo de mujer original que lleve con orgullo su etiqueta de mujer ideal. Porque de todos modos, pese a lo que proponen los aburridos que cultivan el abolicionismo de las etiquetas femeninas, las chicas travestis ya saben muy bien a quien imitar.
En los debates y las reuniones sobre sexualidades alternativas, entre ellas el BDSM, sería muy útil evitar estériles polémicas entendiendo de una buena vez que no hay ni puede haber feminización o sissismo sin que haya un modelo de mujer original que lleve con orgullo su etiqueta de mujer ideal. Porque de todos modos, pese a lo que proponen los aburridos que cultivan el abolicionismo de las etiquetas femeninas, las chicas travestis ya saben muy bien a quien imitar.