jueves, 22 de diciembre de 2022

Mi Ama, mi esposa (parte II)



   Alguna vez escribí que una relación de pareja caracterizada por la dominación femenina se inicia cuando una de las partes, al encontrar a la otra, frota la lámpara y el poder erótico de la mujer se revela en todo su esplendor para placer y goce de ambos. Gran parte de las cuestiones que suelen discutirse en los ámbitos de debate sobre sexualidad tienen que ver con las consultas de innumerables hombres que desean despertar a su Blancanieves perversa y alcanzar ese primer encuentro mágico a partir de la cual ella será su Ama y vivirán felices por siempre.

   Si buscas que tu esposa se convierta en esa Señora con la que sueñas, de aspecto imponente y que guste de usar ropa fetichista, adórala como tal. Preocúpate que ella pueda relacionar el juego de la dominación femenina con su propia diversión. Que lo haga por su egoísta y sensual placer, no por caridad hacia un marido pajero. No pretendas dirigir la sesión ni mucho menos el sexo en la cama matrimonial. Que realmente tu esposa sea Tu Ama.

   Tampoco la desafíes pretendiendo conseguir ser castigado de la forma en que quieres. Ese es un error muy común en masocas no sumisos. Las Dóminas no son como los patéticos masters de las sumisas que juegan a ser nenitas irresponsables que se portan mal para llamarles la atención. Una mujer como las que te gustan va a exigir ser adorada como la diosa que es y no va a encontrar ningún placer soportando a un neurótico que se hace pasar por el chico malo cuando sólo pretende un servicio de spanking gratuito más mamada.

   Y quizás lo más importante, aprender a separar la fantasía de lo posible.

Estás realmente seguro que querés ser su marido cornudo? 

Estás realmente seguro que querés que ella te ate, te pise y te sodomice? 

Estas realmente seguro que aceptarías ser sissificado y presentado vestido de nena a sus amigas? 

De verdad soportas el dolor? 

Estás realmente dispuesto a poner tu tarjeta de crédito para comprarle los bolsos y las botas de lujo que le prometes? 

   Si la respuesta es no, o no conoces la respuesta, no propongas y mucho menos prometas cosas sin saber lo que realmente significan cuando se convierten en realidad.

   Los varones sumisos que tienen a una Dómina en sus parejas, no sòlo tuvieron suerte en encontrarlas. Hicieron méritos para conservarlas.


FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO 2023





martes, 13 de diciembre de 2022

Latexmanía en la historia




   Durante las últimas décadas y a través de un lento proceso de asimilación, la ropa fetichista que sólo habitaba en los vestidores de los burdeles y los dungeons de las dominatrices profesionales se ha integrado cada vez más dentro del rostro cambiante de la moda. Las botas altas, la lencería más atrevida y el cuero protagonizan desfiles sin alterar las pulsaciones pero basta que aparezca una modelo enfundada en latex para que las cejas se levanten en señal de admiración o de rechazo.


Mistress Eve





   Desde el 2019 y más claramente en la postpandemia, las modelos en ropa de latex desfilaron su glamour BDSM para muchas de las grandes marcas como Vivienne Westwood, Balmain, Moschino, Thierry Mugler y Raf Simons y los looks de látex en las Met Gala neoyorquinas y diversas alfombras rojas son comentados durante semanas enteras.

   Las chicas del pop y el hip hop no se quedan atrás; el guardarropa de latex es amado por estrellas como Cardi B, Katy Perry, Ariana Grande y Nicki Minaj. Esa moda ha desempeñado un papel protagónico en algunos de los momentos más cruciales de la cultura pop de la década. El hit de Rihanna S&M fue un golpe directo de fetichismo explícito comparable a aquellos legendarios videos de Madonna de fines de los noventa. Y por supuesto, si hablamos de fetichismo en los escenarios, cada presentación de Lady Gaga es una invitación a gozar de la mejor moda en latex, cuero y goma. 

   El del latex ha sido un largo viaje: desde las selvas tropicales hasta las mazmorras secretas de las dominatrices y ahora a los desfiles de la alta moda. El uso del caucho natural se remonta a culturas maya, azteca y olmeca (olmeca es una palabra que significa pueblo del caucho. América del Sur fue la principal fuente de látex hasta 1876 cuando fueron contrabandeadas las semillas de árboles de caucho amazónicos desde Brasil a Inglaterra. Así la obtención del latex se abrió paso hacia India, Sri Lanka, Indonesia y Malasia, países que hoy se encuentran entre los mayores productores de caucho natural. 

   La invención del impermeable Mackintosh en 1824 generó una comunidad particularmente leal de amantes del caucho. Los devotos se reunieron para fundar The Mackintosh Society, una de las primeras organizaciones fetichistas registradas fehacientemente en Inglaterra. A medida que crecía la membresía en estos círculos y se difundía la noticia de sus usos perversos, el subtexto social de la ropa de goma se volvió cada vez más tabú. Después de años en la clandestinidad, la moda salió a la luz gracias al pionero diseñador británico John Sutcliffe, quien creó el primer catsuit del mundo: el prototipo de prenda fetichista de goma. Aunque su intención inicial al lanzar la marca AtomAge era fabricar ropa resistente a la intemperie para ciclistas, se hizo cada vez más evidente que sus diseños eran más codiciados para uso privado que para uso público. 

   La serie británica de espías The Avengers fue clave para difundir este tipo de ropa fetichista a la vista de todo el mundo. La protagonizaba una heroína feminista, Cathy Gale, interpretada por Honor Blackman y posteriormente y con mucho más éxito Emma Peel, por Diana Rigg. Con Emma Peel como arquetipo mediático, la apariencia no era sólo sexy sino también dominante y poderosa. La asociación con el BDSM era muy evidente. Emma Peel no sólo era una bella detective. Era una dominatriz. 

   Sutcliffe fundó AtomAge Magazine en 1972. La revista estaba llena de ingeniosas y eróticas imágenes de bondage fetichista y obtuvo un gran número de seguidores en la escena de la moda en Londres. Atrajo la atención de los pioneros británicos del punk, Vivienne Westwood y Malcolm McLaren, dueños de una boutique londinense en Chelsea llamada Let it Rock. Su famoso escaparate pasó a llamarse SEX en 1974, marcado por un letrero gigante hecho de goma rosa. Las prendas de látex eran marca registrada en SEX, donde pululaban fetichistas mezclados con la subcultura de los jóvenes punks. Con Westwood a la cabeza, la goma, el latex y todos sus estigmas se convirtieron en símbolos de rebeldía además de conservar su aura BDSM. Valerie Steele en su libro Fetish: Fashion, Sex & Power cita a Westwood: La ropa de caucho es aparentemente restrictiva, pero cuando te la pones te da una sensación de libertad. Esa contradicción sigue plenamente vigente.
 
   En los años noventa hubo un resurgimiento del interés por Emma Peel y The Avengers. Varias protagonistas femeninas en películas de acción como Michelle Pfeiffer en Batman Returns, Angelina Jolie en  Tomb Raider, Carrie Ann Moss en The Matrix y Cameron Díaz y Drew Barrymore en Charlie's Angels se vistieron siguiendo su ejemplo. También lo hizo Madonna para su video Human Nature.  

   Las connotaciones subversivas y estigmatizantes del Rubberwear, como se lo llama en el mundo anglosajón, han sido reemplazadas cada vez más por una asociación con el creciente poder femenino en el siglo XXI. La nueva mujer con poder no rechaza el latex.  Tan pronto como me lo probé, me sentí como una supermujer y supe que quería usar esta tela para diseñar ropa, ya que pensé que otras mujeres podrían tener la misma sensación, dice Atsuko Kudo, la diseñadora de moda japonesa-británica detrás de Lady Gaga y Miley Cyrus. El latex dice: soy yo, hago lo que quiero, acepto lo que soy y lo disfruto. Ya no es un tabú, pero todavía tiene la capacidad de impactar.





Si esta lectura te interesó, te recomiendo:

London Leather. John Sutcliffe y AtomAge

London Leather. AtomAge Pictures

Felinas en catsuit. Homenaje a Diana Rigg




Mistress Eve



miércoles, 7 de diciembre de 2022

Honeyhair


   El uso del latex como prenda fetichista no escapa al gran océano de contradicciones en el que nadamos las dóminas y los sumisos. Las prendas femeninas cuyo uso más estimula a la sumisión en los hombres son las mismas que más restringen los movimientos de las mujeres que supuestamente los dominan. El latex es el accesorio fetichista que mejor expresa dicha contradicción porque tacones altos y corsettes no dejan de ser históricas prendas femeninas, quizás quedaron algo vintage y demodé en los tiempos actuales, pero femeninas al fin. El latex en cambio tiene una innegable connotación subversiva de sexo y BDSM. Si usas latex, serás sexualizada y catalogada como pervertida a la primer mirada que recibas.

   Tan pronto como me lo probé, me sentí como una supermujer y supe que quería usar esta tela para diseñar ropa, ya que pensé que otras mujeres podrían tener la misma sensación, dice Atsuko Kudo, la diseñadora de moda japonesa-británica que está detrás de los outfits de Lady Gaga y Miley Cyrus. El latex dice: soy yo, hago lo que quiero, acepto lo que soy y lo disfruto.

   En lo personal, el latex es un límite que no creo que sobrepase alguna vez. No por tabú sino por incomodidad. Jamás me tomaría el tiempo que lleva ponerlo y sacarlo, ni soportaría tener sumisos valets para ayudarme en la tarea. Para mí, no vale la pena el esfuerzo. Disfruto el latex admirando a las jóvenes y delgadas bellezas fetichistas que lo lucen en todo su fulgor en mi blog como Mistress Eve, como Slavena Tiger y como esta hermosura que traigo hoy. Honeyhair. Y de paso, envidio sin remordimientos los increíbles tacones de sus botas. 




Enero



Febrero



Marzo



Abril



Mayo



Junio



Julio



Agosto



Septiembre



Octubre



Noviembre



Diciembre


jueves, 24 de noviembre de 2022

Videoteca. Guantes largos en el cine. Las divas XXX

 

   Una vez más traigo a mi blog una colección de videos con la temática fetiche del guante largo operaglove. Uno de mis fetiches favoritos, a punto tal que revisando mi videoteca de guantes, encuentro que ya son cien los videos de famosas damas, cantantes, modelos y actrices, posando o actuando con guantes largos. 


   La que avisa no traiciona, vas a ver sexo explícito en esta nueva selección. Son todas divas del porno de los años ochenta y noventa: las que me gustan, las que me inspiraron de joven. Esta vez, enguantadas hasta los codos.


Laure Sainclaire en guantes largos


   Me parece importante aclarar que estos diez videos no incluyen escenas de dominación femenina con dominatrices ataviadas con guantes sino que sus hazañas son de sexo, pero siempre con los guantes como protagonistas. Las elegidas son Katsuni, Pandora Peaks, Sharon Mitchell, Michelle Wild, Silvia Saint, Kate More, Laure Sainclaire, Misty Rain y Coralie. 


Guantes largos en el cine. Las Divas XXX


Puesto 10.  Katsuni.

Katsuni  exhibe a su víctima en un escenario. Primero le pone una venda en los ojos para jugar al blindfolding y luego la vampiriza besándola en el cuello. La masturba con los guantes largos y le lleva su propio sabor a la boca haciéndole chupar sus dedos enguantados. La víctima se retuerce de placer. Siento envidia total por poder ser cualquiera de las dos.






Puesto 9. Sharon Mitchell. 

Una fotógrafa del porno se excita con dos bellas modelos que posan para ella. Durante los primeros cincuenta segundos, la acción sólo es fotografía: después Sharon Mitchell se suma y se arma fiesta entre las tres. A partir de los 3:40 min. aparecen los vibradores. Las nostálgicas de la moda de los ochenta encontraremos irresistible al look fetish de Sharon y a los peinados de las dos rubias. 







Puesto 8. Pandora Peaks.

Pandora Peaks  fue una leyenda de la era de las grandes tetas siliconadas en los años noventa, cuando chicas como ella recorrían discotecas, estudios de TV y sets del porno exhibiendo sus enormes pechos como fenómenos de circo. Muchas de ellas terminaron muy mal: afortunadamente creo que no fue el caso de Pandora. En este breve video cumple todos los estereotipos de la chica bimbo: ensaya un striptease, es divertidamente rubia y va vestida de rosa. Las tetas melones aparecen a los 25 seg, ella las exhibe con caricias de sus guantes rosados. 





Puesto 7. Misty Rain.

Otro hermoso momento fetichista - lésbico. La morocha fetish Misty Rain se acerca a una bella rubia desnuda de piel muy blanca en el borde  de una cascada. Las chicas se lamen sin pudores y parecen gozar del contraste entre las dos estéticas tan diferentes. A partir de los 3:30 min. hay tijerita (y pocas cosas son tan deliciosas que una tijerita cuando una lleva botas y medias de red y la otra va desnuda, lo sé por experiencia propia) 






Puesto 6. Michelle Wild.

El momento más sexual: una doble fellatio. Con guantes rojos y un maquillaje muy putón, Michelle Wild se sirve de dos falos erectos para su entero placer. Es muy bello ver como ellos se le entregan y ella los domina con la boca y las manos.





Puesto 5. Laure Sainclaire

Una escena favorita de los fans del porno de lujo francés. Laure Sainclaire, vestida de negro largo, tacones y guantes, llega a una fiesta en una mansión y la recibe Kathy Kash, pelirroja, vestida de rosa y fumando en boquilla. A los 1:40 min., Kathy la lleva a un vestidor donde la desnuda y comienza el juego lésbico entre las dos. La película es La nuit de la Presidente, de Marc Dorcel.





Puesto 4. Silvia Saint.

Cuckolding en guantes largos. El marido de Silvia Saint le presenta a un amigo y ella, muy elegante en negro que resalta su melena rubia platino, se lo lleva a un rincón de la fiesta para entregarse a los placeres del adulterio delante de todos. Primero él la penetra de parada y luego ella le hace una mamada para terminar de pie a los 6:00 min. mirando fijo a su marido, con todo el maquillaje corrido y el placer vicioso en la mirada.





Puesto 3. Kate More.

Una diosa fetichista se contonea en corsette, botas y guantes de vinilo. Los hombres presentes admiran los movimientos felinos de Kate More pero es otra mujer, Anita Blond, la que se masturba y la mira con un insufrible deseo por poseerla. En los últimos segundos, Kate se le sienta encima y las dos finalmente pueden besarse y disfrutarse. 





Puesto 2. Laure Sainclaire. 

Una bella prostituta parisina se pasea en minivestido y guantes de vinilo negro buscando clientes. No tarda mucho en encontrar uno. En un garage escondido a miradas ajenas, el cliente y la dama de la noche, Laure Sainclaire, consuman su pasión. Hacerlo de pie y contra un tacho de basura le aporta mucho morbo a la escena. A partir de los 2 min, ella llega a su casa y se desviste. La forma en que se saca de los guantes es todo un deleite para la mirada fetichista.





Puesto 1. Coralie.

Mi número 1 es para otra de mis estrellas francesas favoritas en guantes largos. En una orgía privada, Coralie, muy sexy y elegante, finamente enjoyada y con un vestido y guantes negros, se pasea entre las parejas que copulan pero sólo acaricia a las mujeres, sin prestarle atención a los hombres. Los que intentan acercarse a esta exótica belleza son rechazados sin chances. En el centro del salón, una bailarina se desnuda para excitar el ambiente. A partir de  los 1:15 min, Coralie, con una copa de champagne en la mano, sólo tendrá ojos para ella. La escena termina con las dos desnudas y el final entre las dos... bueno... el final irá en otro topten de videos.  






   Espero que estas diez escenas te han gustado y estimulado. Tus comentarios serán como siempre muy bienvenidos. Y si después de ver mi blog, me cuentas que te dan ganas de gozar los guantes largos como lo hacen estas bellas reinas del porno fetichista de décadas pasadas, yo seré una Dómina muy feliz. 



Kate More, fetichista en guantes largos junto a Anita Blond


martes, 15 de noviembre de 2022

Belleza es poder

 



Belleza es poder

Helena Rubinstein


   Desde nuestra más tierna infancia, sabemos que las niñas bonitas y graciosas ocupan el centro de atención y se llevan todas las miradas. La vivencias de la adolescencia refuerzan esa sensación: las chicas lindas parecen ser las únicas estrellas en el jodido universo y todo parece girar a su alrededor. Los chicos no sólo las miran con deseante atención: también las observan cuando conversan entre ellas y lo que escuchan confirma sus presunciones: a ellas les importa mucho verse lindas, ellas admiran, imitan o envidian a las más lindas. No hace falta explicar que apenas tengan la oportunidad, ellos siempre van a ir primero tras las odiosas lindas, que van a recibir de parte de ellos toda clase de halagos y atenciones sin hacer otro mérito que exhibirse.

   Pareciera que la belleza femenina es el bien más deseado, el poder que condiciona todo lo demás salvo al factor dinero que tampoco es una variable a tener en cuenta porque a esa edad tener dinero propio es una utopía: no es de ellos ni de ellas sino de sus padres. Si la belleza femenina viene además sobrecargada con los inmensos recursos que el mercado de la femineidad ofrece (maquillajes, peinados, zapatos altos, ropa provocativa), las mujeres aprendemos desde muy jóvenes que ahí late un manantial inagotable de poder que le permite a su poseedora hacer lo que quiere con quien quiere.

   El poder de la femineidad se expresa y fluye cada vez que una mujer atractiva se viste, se maquilla, se mueve, conversa, camina, se sienta. Es una forma de arte en movimiento. El arte de ser femenina es un comportamiento que puede aprenderse y que siempre será factible de ser mejorado. Ser bella y femenina es una carrera. Mientras que en la vereda de enfrente, los muchachos son masculinos con la misma facilidad y espontaneidad con que les cuelgan las pelotas, las chicas pueden entrenarse desde jóvenes para llegar a ser mujeres adultas capaces de ejercer sobre su entorno el poder de la femineidad. Aquella famosa frase de Simone de Beauvoir, que no se nace mujer sino que se aprende a serlo, que hizo correr tanta tinta en el feminismo, tiene más vigencia que nunca. Lo que las feministas no entendieron y evidentemente siguen sin querer entender es que lo que perciben como una situación de opresión no es otra cosa que una búsqueda de poder.

   Toda la artificialidad comercial orientada a la estética femenina, ese inmenso negocio que mueve millones, fue creado y es sostenido por el deseo de las mujeres de verse bellas pero la devoción hacia ese artificio alcanza niveles estratosféricos entre las sissies, crossdressers y travestis. Aun en las minas como yo, acostumbradas desde chicas a andar montadas y criadas en discotecas donde la seducción era la norma, nuestro deseo por vernos atractivas es apenas una sombra frente a la obsesión con que las travestis se maquillan y el nivel de detalle que invierten en seleccionar el look. No conozco ninguna clase de mujeres genéticas a excepción de las artistas de la seducción como las prostitutas de alto nivel, las dominatrices fetichistas profesionales o las strippers, que inviertan tanto tiempo y esfuerzo en lograr el aspecto deseado y sean además tan felices cuando lo consiguen.

   Yo sospecho que entre las nenus, como les decimos en Buenos Aires, ese deseo tan fuerte no es sólo un fetiche o un juego. Ellas disfrutan de la sensación de sentirse lindas porque desde que eran chicos y miraban de reojo a las chicas, aprendieron que en las mujeres la belleza está asociada con el poder de atraer, un poder del que carecen la mayoría de los varones. Las que se atreven a hacerlo por dinero, saben que les lloverán clientes; las que sólo lo hacen para divertirse en los boliches, saben que tendrán más chances de disfrutar del mundo mágico de la seducción con los hombres. Las que lo hacen en soledad y frente al espejo, saben que se sentirán plenamente realizadas al verse cercanas a sus admirados modelos femeninos.

   Mi interpretación de que detrás del placer del travestismo hay una búsqueda del goce del poder a través de la construcción de atractivo femenino en donde por biología no lo hay,  puede ser simplemente una mera especulación por parte de alguien como yo, que vengo del BDSM y tiendo a ver relaciones de poder en todas las interacciones entre seres humanos. Pero que tire la primera piedra quien me discuta que la belleza es poder. Helena Rubinstein siempre tuvo razón.








Si esta lectura te interesó, te recomiendo:










miércoles, 9 de noviembre de 2022

Slavena Tiger

 

   Slavena Tiger o Tiger Slavena o Goddess Slavena es una joven dominatriz y modelo centroeuropea, una bella criatura fetish de la era Instagram - Onlyfans. Sus fetiches favoritos son el latex, los corsettes y las botas de plataforma con tacones de veinticinco centímetros sobre los que se mueve a la perfección. Su delgada cintura encorsetada, sus largas piernas y el brillo del latex la hacen dueña de una figura casi irreal, más propia de una heroína Femdom de comic o un princesa salida de la ciencia ficción.

   Slavena Tiger tiene su canal de YouTube. Suele publicar videos en donde se exhibe caminando en público. Vale la pena seguirla.


Enero



Febrero



Marzo



Abril



Mayo



Junio



Julio



Agosto





Septiembre



Octubre



Noviembre



Diciembre


miércoles, 26 de octubre de 2022

Atenea

 

   La adoración que las mujeres dominantes recibimos por parte de los sumisos es un juego de doble vía: a más nos endiosan y nos adoran, mas soberbias, altaneras y diosas nos volvemos. Y si de diosas hablamos, es sin duda Afrodita, y mucho más su versión romana Venus, la que se lleva todos los títulos cuando de endiosarnos se trata.

   Todas las Dommes aspiramos al trono de Venus desde que Leopold Sacher Masoch inmortalizara a su bella y sensual tirana en su novela La Venus de las Pieles. Pero dentro del vasto y rico mundo de la mitología griega de donde proviene nuestro panteón divino, el poder femenino no sólo late en el corazón de aquella famosa diosa del amor y el sexo sino en algunas otras que vale la pena reconocer y admirar. Y ahí vamos, a encontrarnos con una de las más célebres. Atenea. Pero antes, una breve digresión histórica.

   Las leyendas que componen el admirable cuerpo de la mitología griega encontraron su justo complemento histórico en las investigaciones arqueológicas realizadas desde el siglo XIX. La ciencia pudo entonces demostrar que había mucho de verdad detrás de aquellas viejas historias. Entre tantos hallazgos, los arqueólogos encontraron incontrastables evidencias de que los habitantes de las antiguas polis griegas confiaban en una divinidad femenina que era la protectora de la ciudad. Aquella diosa primitiva es sin duda la antepasada de la Atenea de los griegos civilizados, la defensora de Atenas, la que acompaña a los héroes y sostiene las causas nobles y justas.


Reconstrucción de la estatua de Atenea del Partenón



   Las principales cualidades de Atenea son su carácter guerrero y la virginidad. Cuesta encontrarla en alguna actitud relacionada con el sexo. Entonces podemos preguntarnos qué tiene de interés esta figura mítica, tan diferente de Afrodita - Venus, para inspirarnos a las actuales dominadoras sexuales.

   En primer lugar, para juzgar a Atenea debemos posicionarnos en la mente de aquellos griegos: en la negación al sexo, lo que en realidad anida en el espíritu Atenea es la negación de la tierna sumisión femenina que se ofrece a un macho conquistador. Lo que Atenea personifica es un conjunto de atributos que los mitólogos han denominado acertadamente como la femineidad viril. Este concepto la define desde su propio nacimiento; la diosa no nació de un vientre de mujer sino de la propia cabeza de Zeus, a quien ella siempre llamará padre. Los antiguos griegos quisieron destacar que una divinidad destinada a cumplir un excepcional destino femenino debía ser la hija unigénita del más poderoso de los dioses. Un guiño al patriarcado: una figura muy extendida en Grecia durante todos los tiempos.


Y Zeus, de su cabeza, dio a luz a Atenea de ojos glaucos, terrible, belicosa, conductora de ejércitos, invencible y augusta...

Hesíodo. Teogonía

 

   En segundo lugar, los atributos por los que Atenea va a destacarse en el panteón griego son el uso de las armas, el desarrollo de técnicas y el diestro manejo de las herramientas. La personalidad de Atenea y la naturaleza de sus actos rompen con toda regla y toda norma para un tiempo en donde el único destino de las mujeres griegas era el matrimonio y la maternidad. Lejos del gineceo, de los suspiros románticos y de las mujeriles intrigas del palacio, Atenea es una diosa que siempre está en campo abierto, cerca de donde se produce la acción. Pero no debe confundirse, en términos actuales, con una machona. Atenea es la diosa guerrera por excelencia pero también es quien inspira las artes femeninas de los tapices y los bordados. En la fiesta de las Panateneas, las jóvenes atenienses ascendían a su templo llevando como ofrenda tapices delicadamente bordados como gratitud a la diosa que había guiado a Atenas en la defensa victoriosa contra los invasores persas.


   La virginidad de Atenea y su fuerte carácter la posiciona como inevitable contrincante de Afrodita. En la Ilíada, Homero traza un perfil muy detallado, sutilmente encantador, de la inevitable animadversión que existe entre ambas. Afrodita es la responsable de la guerra de Troya, es quien promueve el rapto de Helena y está obviamente del lado de los troyanos mientras que Atenea es la campeona defensora de los griegos que buscan mediante las armas la justicia reparadora de aquella célebre ofensa. Atenea detesta tanto a Afrodita que en un momento de la lucha, autoriza a un guerrero griego a herirla cuando la ve en el campo de batalla. No conforme con semejante acción impía, que rompe todo equilibrio entre mortales e inmortales, se burlará de ella y de su herida cuando las dos se presenten ante Zeus.

   Pero es sobre todo a Ares, el Marte de los romanos, su hermano dios de la guerra, a quien Atenea se opone con mayor encono. Guerreras una y otra, ambas divinidades se destacan en la lucha y los combates. Pero los relatos mitológicos dejan bien en claro las diferencias. Ares es el dios belicoso que ama la sangre, irreflexivo y violento, mientras que Atenea pelea con el mismo vigor pero con la prudente inteligencia de quien sabe dónde se debe golpear y cuando lo hace, su ataque es demoledor. Dos veces se enfrentan cara a cara frente a los muros de Troya y en ambas Atenea sale claramente vencedora. Un detalle insoslayable que refleja su personalidad es la forma en que se burla cruelmente del vencido Ares, agregándole al éxtasis de la victoria el siempre femenino placer de la humillación verbal, de la sádica injuria.

   Atenea también sabe de enfrentamientos con el poderoso Poseidón, el dios del mar y hermano de su padre Zeus. Ambos aspiran a ser la divinidad protectora de una nueva ciudad y sus habitantes deben elegir a uno de los dos mediante el voto. Para ganarse el favor del pueblo, Poseidón hace brotar del suelo con un golpe de su tridente a una fuente de agua de mar. El suyo es un gesto de poder tan altanero y soberbio como inútil porque el agua es salada. La ofrenda de Atenea es muy diferente y habla mucho sobre su carácter. Del poder de su mano inteligente, germina la semilla del primer olivo. El don de Atenea a los habitantes de la ciudad es un árbol que no impresiona por su aspecto pero es capaz de prosperar en los secos suelos de Grecia y es la base de toda la economía mediterránea. Un don de amor y de enorme utilidad práctica. Por supuesto que es ella la elegida y la ciudad se llamará en su honor, Atenas.

   Aquel legendario enfrentamiento con Poseidón ilumina con claridad las virtudes del poder femenino de Atenea. Su relación con los habitantes de Atenas y con todos aquellos que invocan su protección bien puede ser vista como ejemplos de sumisión hacia una mujer con poder. Corresponde aclarar que en los mitos que protagoniza Atenea, sus sumisos no son siempre como aquellos pacíficos atenienses que se inclinaron ante ella con el olivo como símbolo. Todos los grandes héroes y semidioses de Grecia recurren a la guía y protección de la hija unigénita de Zeus para acometer sus hazañas. Y es ella quien los acompaña, dirigiendo sus armas, estimulándolos al valor y aconsejándoles con sabiduría.

   Para un pueblo como el griego, tan dotado para el razonamiento lógico, la compleja personalidad de Atenea y su reticencia hacia el sexo debía ser explicada mediante algún episodio. Siendo muy joven, su pasión por las armas la conduce repetidamente hacia la forja de Hefesto, el dios artesano, quien se esfuerza en cumplir con sus pedidos sin que ella sospeche el efecto que sus bellos ojos verdes provocan en él. Un día, mientras discuten sobre diseños de escudos y armaduras, Hefesto rompe la prudente distancia que lo separa de la joven diosa e intenta violarla. Atenea se defiende y lo golpea con furor pero Hefesto, descontrolado y tambaleante, eyacula sobre ella ensuciándola con su semen. La historia expresa con claridad la repulsión que Atenea siente ante esa acción abominable. A partir de ese momento, la diosa que para los griegos personifica la inteligencia clara y despejada aborrecerá por siempre a la pasión sexual, identificándola como sinónimo de descontrol y responsable de violencias de toda índole.

   Desde la mitología, Atenea nos interpela a las dominatrices tanto como lo hace su adversaria Afrodita. Nuestro lado Afrodita se refleja en nuestra natural inclinación a gozar de los placeres del sexo y nos invoca a hacer uso de los poderes femeninos de la seducción, la belleza y los fetiches para conseguir todo lo que nos proponemos. Pero una vida sana y un sexo enriquecedor exigen que esa poderosa Afrodita que vive en nosotras se mantenga siempre en equilibrio con nuestro lado Atenea, la mujer inteligente y disciplinada, que no se deja arrebatar por las pasiones sin freno y que ha aprendido a mantener el control de los actos y el dominio de las situaciones.


Atenea pensativa, Museo de la Acrópolis


miércoles, 19 de octubre de 2022

Los precursores. Carlo y Le cuir triomphant


   Le cuir triomphant es una novela erótica publicada en París en 1934 cuyo tema principal es la dominación sexual femenina. Esta obra consagra el fetichismo del cuero que se convertirá en el siglo XX como la visión clásica del BDSM. Frente a la inspiración de La Venus de las Pieles en donde Leopold Sacher Masoch erotizaba a la mujer dominante vistiendo pieles como símbolo de suntuosidad y poder, Le cuir triomphant aporta algunas de las más antiguas representaciones de la Dominatrix como una Venus que usa ropa de cuero en lugar de pieles.
 
   La novela es un enigma en sí misma. Su autor es Alan MacClyde que es en realidad un pseudónimo. Según Wikipedia, tanto Alan Mac Clyde como otros autores como Edith Kindler, Joan Spanking y Jean de La Beuque - fils son todos pseudónimos detrás de los cuales se ocultaba un único y desconocido autor francés de varias novelas pornográficas. Sea esta la verdad u otra muy diferente, el autor de Le cuir triomphant es un misterio que nunca será resuelto.

Las ilustraciones sadomasoquistas del libro introducen otro enigma. Su autor es Carlo, un dibujante sin rostro ni historia del que apenas se conoce nada pero que gracias a su aporte a esta obra, es considerado uno de los grandes precursores de la ilustración fetish. Sus dibujos despliegan ya todos los elementos del repertorio visual y estético del sadomaso versión Femdom que luego desarrollarían artistas consagrados como Willie, Stanton, Ward, Sardax y tantos otros.

Carlo despliega toda su imaginación para dar sustancia y emoción a aquellas primordiales criaturas sádicas femeninas, adornándolas con látigos, fustas, tacones altos, corsettes y botas. Desde Carlo en adelante, el texto BDSM se vuelve inseparable de la imagen, se vuelve atracción fetish. La estética femenina pasa a ser un elemento fundamental en el género del sado y el deseo de masturbarse mirando figuras de crueles damas torturando y humillando a sus víctimas se hace cada vez más intenso...

Nuestro mundo estaba naciendo.















Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...