domingo, 15 de septiembre de 2019

Ser sádica hoy (Parte II)





   En una conversación sostenida hace años en el marco de una fiesta BDSM, un amigo me confesó que si él se declarara sádico a cara descubierta, esa actitud le garantizaría una áspera y desagradable soledad dentro la comunidad BDSM argentina. Con mucho sentido del humor, me dijo Todos los dominantes estamos en permanente campaña electoral. Presentamos una plataforma prolija y demagógica para no perder votantes. Confesarse sádico equivale a suicidarse. Sádico suena a "me usó para divertirse y una vez que acabó, se vistió y se fue". Andá a encontrar a una mujer sumisa que acepte eso.

   Jamás olvidé esa charla con mi amigo y la recuerdo cada vez que hojeo cualquier sitio de Internet dedicado al BDSM. Aclaro en primer lugar que cuando hablo de sadismo en columnas como ésta, no me refiero a la administración controlada de dolor. Me refiero al sadismo como goce sexual egoísta, como ejercicio de poder arbitrario. En la comunidad BDSM argentina, ese sadismo ya casi no existe (si es que alguna vez existió) y el consenso previo entre dominantes y sumisos es la moneda corriente.

   Cuando hablo de consenso, me refiero concretamente a una negociación entre ambas partes acerca de cuales serán las características de la relación. Te prometo que no te voy a hacer nada que no te guste es un rompehielos clásico para iniciar el levante. Y del otro lado responden con frases del estilo Acepto ser tu sumisa pero me tenés que hacer esto y esto otro y mis límites son así y así. Es un lugar común en foros y comunidades BDSM que se planteen denuncias acerca del supuesto mal comportamiento del dominante cuando éste sólo privilegia su propio goce en lugar del de su sumisa. Un ejemplo típico de lo que digo se puede encontrar en las tan celebradas subastas de esclavos tan comunes en las fiestas BDSM. Dichas subastas de esclavos no son otra cosa que encubiertas subastas de amos: los supuestos esclavos ponen previamente sus condiciones de modo tal que sólo podrán ser adquiridos por los amos que cumplan con dichas condiciones.

   Es evidente por más que se lo disimule que en el BDSM actual el verdadero control en las relaciones lo tiene la parte sumisa, que es quien domina en la realidad. Se asume como lógico que aspirantes a dominantes acepten mansamente limitar sus deseos para adaptarse a los gustos y necesidades de una pandilla de pseudosumisos que les dictan sus propias reglas.

   Esta situación excede a todos los géneros pero se ha vuelto endémica en las relaciones amo - sumisa. No importa de qué lado del látigo estén, siempre deciden ellas es una máxima de acero que parece cumplirse en todos lados. Lo interesante es que cada tanto, aparece un amo que patea el tablero y se confiesa como lo que en realidad es. Una vez leí a uno que escribió Quien domina en realidad?, soy yo porque tengo el título? o en realidad es ella, por mi insufrible deseo de poseerla? En un sitio web BDSM, una sumisa un tanto rebelde inició un debate titulado Hasta donde obedecer a un amo? y alguien le respondió con otra pregunta irónica que ponía de relieve la propia contradicción del planteo Y hasta donde un amo acepta ser obedecido? Esos son debates en que ninguna Dómina participaría porque, sin importar lo que exijamos, en el momento en que somos deliberadamente desobedecidas, la relación se acaba.

   Por algo será que a las Dóminas bisexuales nos cuesta tanto someter mujeres; mucho más que someter hombres o travestis. Por más sumisas que intenten mostrarse, ellas están acostumbradas a dirigir desde abajo y no aceptan rendirse fácilmente. El topping from the bottom de las sumisas se ha institucionalizado tanto que ha terminado por volverse invisible. Ya nadie lo cuestiona ni lo debate.

   Muchas veces me encuentro a mí misma explicando que mi esclavo no es mi esclavo porque a ambos nos divierta que él ocupe el lado sub en una relación consensuada. Mi esclavo es mi esclavo porque la razón de ser de su vida es complacerme y él goza cuando yo soy complacida. En el sexo, su goce se define a partir del mío. Habrá alguien más del otro lado con el que podremos hablar y entendernos?

Ser sádica hoy propone la existencia de una mujer que lleva una vida erótica y personal de alta gama porque es capaz de avasallar en cierto grado a las personas de su entorno.

          Mistress Roxy






12 comentarios:

  1. Desde luego es usted de las personas que leo a través de la blogosfera en el mundo del sadomasoquismo, la que mejor se expresa con diferencia.
    Este colofón lo define bien clarito:"Ser sádica hoy propone la existencia de una mujer que lleva una vida erótica y personal de alta gama porque es capaz de avasallar en cierto grado a las personas de su entorno."

    la imagen que cierra la entrada es sencillamente, soberbia.

    A sus pies Mistress.

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    1. Muchas gracias por tu galantería Rafael. Tus comentarios son siempre bienvenidos

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  2. Qué buena descripción, Señora! Me trajo a la memoria un comentario que alguna vez hice en uno de sus posts: la Dominación Femenina no es una relación de iguales.
    Saludos,
    daniel

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    1. Muy buen recuerdo de viejos debates, daniel. La desigualdad y los contrastes son la fuerza impulsora de la excitación.

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  3. Creo que la primera parte estaba más dirigida a lo emocional, a través de la seducción y el romanticismo. Esta segunda parte me parece un muy buen complemento, apuntado más bien a la discusión racional de algunos temas. Opinaré en ese registro.
    Personalmente, más que hablar de consenso sí o no, preferiría plantear la disyuntiva entre consenso explícito o implícito. Cuando ambas partes pueden elegir libremente retirarse cuando lo deseen y no lo hacen, ya sea de un encuentro o una relación, es porque ambos están prestando un consentimiento mutuo para continuar, lo están haciendo de un modo implícito. Coincido absolutamente en que el consenso explícito es un tanto insulso. Tiene algo de infantil, una especie de “juguemos al doctor”, que le quita fuerza. El consenso implícito le da más realismo a la situación, y a la vez, da más lugar a la fantasía. Permite que en el calor de la situación, alguien ceda a cosas que quizás no hubiera acordado. Pero que de todas maneras está aceptando sin retirarse, lo que no es muy distinto que decir que las está consensuando implícitamente. En todo caso la diferencia estaría, en que lo está haciendo en condiciones menos frías y racionales.
    Otro tema que en el posteo está muy presente, es la cuestión de cómo determinar quién tiene el mayor poder en cada situación o relación. Creo que la respuesta sobrevuela varios momentos del texto y personalmente la enunciaría así: quién más posibilidades tiene de imponer sus condiciones, es aquel que está dispuesto más fácilmente a abandonar la situación.
    No tiene que ver con que sea amo/a, sumiso/a, hombre o mujer. Las mejores posibilidades para imponer sus condiciones, están del lado del más desapegado. De quién esté más dispuesto a decir; si x no se cumple, me voy.
    Creo que esta regla es válida en la mayor parte de las relaciones humanas. Puede ser un encuentro BDSM, un matrimonio completamente vainilla o una relación laboral. No importando cuáles sean las razones del apego, quién más quiera preservar una determinada situación, estará más dispuesto a ceder a las condiciones del otro.
    Claro que lo dicho, solo vale para nosotros, los simples mortales. Usted, Ama Roxy, está muy por encima de todo esto.
    Sissy Daser

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    1. Gracias por la galante última frase, Daser. Me gusta tu comentario en lo que te referis al desapego como fuente de poder. Suele ser la razón por las cual la mujer vainilla domina en el sexo: a ella el sexo no le interesa y por lo tanto, es la que fija las condiciones.
      Tambien me gusta la expresion "consenso implicito" que creo puede entenderse como "conocimiento del juego" y me recuerda a una expresion muy comun (y cuestionada) en ambitos BDSM que es el "metaconsenso".

      Como siempre, gracias por tu interesante comentario

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  4. Muy buen post, como siempre. Siempre digo que lo BDSM no se ha podido desarrollar tanto en nuestro pais como en otros de latinoamerica debido a esa cosa latina que tiene algunas puntas en el machismo y otras en algo de lo latino. Mucho he buscado dominas latinas solo para escuchar de sus labios la palabra "bota" y sólo he encontrado …. una.. que se hace llamar Diosa y que somete a … UN esclavo. Raro. Tambien sé de los problemas que tienen las parejas BDSM que van a comer los ravioles del domingo teniendo que disfrazar marcas y magullones ante las tias y abuelas de la familia. Seguro que no es lo mismo en culturas sajonas en este aspecto, donde cada persona tiene su mundo y listo. Pero también son sociedades que tienen relaciones mas impersonales, sin ese sentido de "amistad" a los 10 minutos o de "calor" fraternal. No lo sé. Quizás falta mucho para lograr una cultura mas amplia y divergente.

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    1. Muchas gracias Stiefel. Definitivamente, el Femdom fetichista es raro en nuestro pais aunque yo estoy convencido que hay mucho Femdom poco reconocido en los dormitorios matrimoniales. Las culturas sajones tienen un componente social muy importante que los impulsa al BDSM y es la tradicion de una sociedad estratificada. Esa condicion de clases sociales rigidamente establecidas, los predispone a erotizar las relaciones sexuales entre quien manda y quien obedece como un orden natural.

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    2. Puede ser, no sé si es asi. Me parece que en esas sociedades, fuertemente urbanizadas, no les importa mucho el sexo. Es decir, no lo ven ni sienten como algo tan importante y definitorio de una conducta. Recuerdo una frase de una película pésima en la que una prosti le decía al padre de su hija que buscaba:"como puede ser que a Ud le importe tanto el sexo y a mí tan poco". O lo que me contaba mi amigo, el jazzero finlandes Heikki Sarmanto, que ellos hojeaban las Climax y esas revistas porno entre chicas y chicos de la secundaria. Me fui de tema respecto al BDSM, pero a veces pienso que son como escalones. Si el primer peldaño es el sexo qué hay mas allá? Creo que el BDSM es como la escalera de esa exploración que sube sobre el piso del aburrimiento hacia el próximo piso de la emocion

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    3. Yo tambien creo que hay una busqueda que te va llevando escalon por escalon. Pero creo tambien que hay sociedades y formas de vida que te impulsan mas a erotizarte con el bdsm o con determinados fetiches. Por lo que lei y analicé, el fetichismo bdsm que conocemos mundialmente tiene dos raices fuertes: el fetichismo leather gay y la dominatriz europea flageladora. Ambos rituales estan muy lejos de las culturas latina - catolica de nuestros territorios.

      Da para seguirla mucho mas...

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  5. Hasta hoy me encuentro el blog, muy interesante. Eso (Del poder del desapego) tiene absolutamente toda la razón, Una fotografía de la realidad de cualquier relación!

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