Muchos de los hombres que sienten que sus fibras íntimas se conmueven al contemplar a una Dama que camina con elegancia dominante calzando botas de taco alto se cuentan entre los seres mas románticos y sensibles que alguna vez he conocido. Tengo contacto con muchos de ellos y a veces siento no poder corresponder, por motivos de tiempo y ocupaciones, a tanta devoción y a tanta deliciosa sumisión ofrecida a mi paso.
No siempre se han visto en Buenos Aires botas realmente sensuales en las vidrieras. Hablo de botas fetichistas, de las que son clásicas de las chicas malas, de las dominatrices. Por supuesto, no son de venderse demasiado pero para nuestras filas, para nosotras las boteras y para nuestros fieles y devotos adoradores, estos últimos años han sido una fiesta para los sentidos. Yo pude hacerme de un hermoso stock sin recurrir a comprar por Internet, contando con la inmensa ventaja de poder probármelas antes de comprarlas, y de paso divertirme un poco con las clientas vainillas, que es uno de mis placeres sádicos favoritos, como lo comenté meses atrás en la columna Yo me animo. No me refiero a las típicas botas vinílicas o plásticas (de la que tengo unos cuantos pares que uso para divertirme cuando recorro sótanos y reservados de dudosa higiene) sino a modelos realmente elegantes, confeccionados con buen cuero, bonitos herrajes y detalles de terminación en el diseño de la caña o en las cremalleras. Carmen Steffens, Claude Benard, Luciano Marra, Paruolo, Ricky Sarkany, Lucerna, diseñadores favoritos de estas latitudes gracias a los cuales pude en estos años materializar fantasías que tiempo atrás hubieran sido imposibles de cumplir. Por supuesto que el precio que mi dominado marido debe pagar por ellas suele ir acorde a dicha calidad pero todos sabemos que las botas no son un fetiche económico, quizás en eso reside parte de su encanto. Es un goce elitista. No es para cualquiera. Sólo un hombre realmente apasionado por su Dama dominante y sometido a sus deseos será capaz de renunciar a cosas importantes con tal de satisfacerlo.
Un clásico episodio en la vida de toda Dómina es encontrarse con algún varón, antes, durante o después de una sesión, o en una simple conversación, que se acerca con una ilusión encendida en sus ojitos sumisos y confiese que su verdadero deseo y pasión no es en realidad someterse a Mí, que en realidad soy una desconocida para él, sino encontrar al amor de su vida en una dama que use botas sexies por sí misma y que disfrute compartiendo con él la deliciosa y romántica aventura del amor de pareja aderezado de sexo fetichista.
Si yo tuviera una fórmula secreta que lograra que tantas mujeres entendieran que una fantasía sexual, que además implica el uso de prendas de vestir elegantes que te hacen ver muy atractiva, no es más que un juego y no la agresión machista que ellas imaginan....Como no la tengo, empiezo por sugerir la comprensión de un punto esencial: muchas de nosotras no buscamos un fetichista como compañero de vida sino un hombre que nos satisfaga y nos complazca. Suponemos que a ese hombre, feliz a nuestro lado, le gustará como vestimos. La gran mayoría de las mujeres que usan botas, lo hacen porque se sienten elegantes y seductoras calzándolas; buen punto de partida para cualquier hombre con tendencias sumisas. Es importante comprender la distancia que existe entre esa postura (llamemósla fashion) y por el otro lado el placer fetichista con que otras mujeres calzamos botas como parte de nuestro juego sexual - dominante.
La bota es un sex-toy para Mí y para la vista de los demás. Me gusta jugar con ellas, cruzar las piernas, sentir el clikear de los tacos, subir y bajar las cremalleras, acariciarlas. No hace falta que te diga que las mujeres de esta clase somos una especie exótica, si te encuentras con una de nosotras, felicidades; si no es así, tendrás que avanzar con más cuidado. De todas formas, consciente o inconscientemente, la gran mayoría de las mujeres que conocí aficionadas a usar botas de taco, tenía muchos puntos de contacto conmigo en lo que hace al amor y al sexo. El estereotipo clásico de mujer calzando botas equivale a dominante no es exacto, pero te permite aproximarte.
Recuerdo haber leído a una modelo fetichista de Bootlovers decir algo muy sensato: ella no buscaba hombres aficionados a las botas o a los guantes de cuero, ella buscaba hombres que le gustaran y la complacieran. Al sentirse complacida, ella era quien después conducía a su galán a su hermoso mundo fetish. No es el fetiche quien te acercará a una mujer sino que es la mujer quien te lleva hacia el fetiche. Intentá captar las señales que ella envía y preocupate por mostrar tu interés por ella (no por sus botas) en forma educada pero firme a la vez. Si le gustás, ella te va a llevar de la mano. Sólo dedicate a seguirla sin perderla en su contoneo taconeador y empezá a preocuparte en serio. Caíste en sus redes.
Muchos éxitos, guerrero.
|
Eva Longoria |
|
Jennifer López |
|
Kim Kardashian |