domingo, 25 de abril de 2021

Jugar la Dominación Femenina

 




   Dice la mujer: Al principio, me pedía que me ponga un corsette con portaligas y tacos altos pero cada vez me pide más cosas. Quiere que todo el sexo sea como una escena de película porno y ya casi no le interesa el sexo normal. Un día le exigí una paga como si yo fuera una prostituta y en lugar de enfriarlo, se excitó todavía más. Me confesó que fantasea con que lo azote, lo pise con mis tacones y hasta me pidió vestirlo de mujer. No sé qué hacer. Amo a mi marido pero no quiero siempre tener que planear el sexo con toda esa ropa rara y esos juguetes. Me da asco que le guste pagarme. Temo por el futuro de mi matrimonio porque se ha vuelto un pervertido.

   Palabras más, palabras menos; esto es lo que les pasa a muchas mujeres en la intimidad. Algunas me lo han confesado en persona; no me enteré por haberlo leído en alguna revista femenina. Más allá de los detalles morbosos y del egoísmo inherente en muchos hombres que parecieran querer una fiesta con una puta gratis (que no es el caso arriba citado, donde la dama por lo menos parece estar bien paga), pareciera que el fetichismo Femdom está en alza y las mujeres ya no saben de qué forma manejarlo. Sienten que su intimidad se sale de control y que van derecho rumbo a un desastre.

   Yo tengo asumida desde chica mi naturaleza dominante, me gustan los fetiches y me excita curiosear por la frontera de mis límites pero comprendo que muchas mujeres (inclusive mujeres liberales que conocí en ambientes swingers) se muestren dubitativas y temerosas a la hora de calzarse las botas de tacón y agarrar un látigo. Hay algo temible ahí, acechando; algo que si se empieza, no se sabe cómo termina. Algo que puede resultarte inmanejable, que puede cambiar tu forma de vivir el sexo para siempre.




  Muchas mujeres temen que una experiencia de dominación femenina, de travestismo o simplemente de adoración fetichista se convierta en la puerta de entrada a una especie de droga adictiva para sus parejas que comenzarán a pedir dosis cada vez más fuertes de perversión. La idea que anida debajo de ese temor es que el hombre que hoy te pide ponerte una falda escocesa y medias negras para irte a la cama, mañana va a estar acechando a chicas que salen de un colegio. No niego que esta clase de enfermos existen pero afortunadamente son los menos.

   En la gran mayoría de los casos, los hombres a los que se les pone dura con fantasías de dominación femenina son hombres sanos y normales que expresan de ese modo su sexualidad. No son adictos a la pornografía ni obsesos sexuales. Las mujeres deben entender que muchos hombres no funcionan bien con la desnudez y el sexo genital como única perspectiva. No se excitan de esa manera. La sexualidad masculina es una reacción estímulo – respuesta. Frente al estímulo correcto, se desencadena la erección. Esto es lo que son y pretender que cambien es inútil. No funcionará.

   A mí me gusta ver al BDSM en general y al Femdom en particular de dos formas diferentes que son complementarias. Son un juego y también son un viaje. Cuando enfocamos los reflectores sobre la dominación femenina desde un aspecto lúdico, los temores antes mencionados suelen desaparecer. Sólo se trata de divertirse con la sexualidad y utilizar el poder de la seducción femenina para jugar, inventar, crear.

   Las mujeres podemos convertirnos en sadonautas viajeras que vamos de un lado a otro de la vida descubriendo y paseando por la sexualidad, probando cosas y descubriendo placeres impensados a cada paso. Me gusta la idea del sexo como un viaje que no va a ningún lado porque se viaja por el solo gusto de recorrer juntos terrenos desconocidos. La idea del sexo como viaje se adapta perfectamente a la idea de progresión. Viajamos, ampliamos nuestros horizontes, progresamos, evolucionamos. Así es como el sexo se vuelve cada día más vital. Cualquier relación sexual que no evoluciona y se estanca, muere. Y con ella, muere la pareja.





  

   El problema con que lidiamos las juguetonas viajeras es que nuestras filas se encuentran infectadas por una banda de desquiciadas que se dicen a sí mismas dominatrices y que sólo buscan vengar sus frustraciones maltratando a todo aquel que tienen cerca. Siempre encuentran a alguien disponible porque por el otro lado viene una turba de fracasados de la vida que necesitan ser maltratados para satisfacer su malsana vocación autodestructiva. A este panorama desolador se le suman los adherentes a la secta del BDSM, como los llama mi esclavo marido (ver el link asociado). Por ahí pululan los grandes masters de la filosofía del BDSM y sus devotas discípulas, algo así como los chamanes iniciados a una ciencia oculta a la que se accede mediante estudio y dedicación y que son seguidos por una legión delirante de sumisas místicas que idealizan su entrega como si fuera un tesoro invalorable.

   Con semejante panorama dominando el ambiente BDSM de Internet en castellano, es muy lógico que las mujeres que se acercan a investigar este mundo se sientan amenazadas y consideren que la dominación – sumisión es una enfermedad mental que debe tratarse en un psiquiátrico. Por eso es importante dejar a toda esa gente enferma y disfuncional a un lado y enfocarse en lo que las mujeres sanas realmente podemos llegar a disfrutar con esta forma de sexualidad.

   Jugar la Dominación Femenina en tu dormitorio de mujer es como todo juego. Se lo disfruta más cuando se lo juega en serio y cuanto más lo jugás, más vas aprendiendo a jugarlo, a disfrutarlo y a encontrar mejores opciones de juego entre Dómina y sumiso. Eso es progresión, es evolución, es madurez y sabiduría. Es viajar de a dos. Sin miedos.



 

viernes, 16 de abril de 2021

Sissy Comics. Gemini Complex. La historia de Iris

  Hoy traigo nuevamente a mi blog una historia fantástica de Gemini Complex, el comic creado por Michael Manning que combina ciencia ficción con sissismo y feminización forzada. Los dibujos de Gemini Complex se incluyen dentro del género futanari del dibujo japonés, en donde abundan los personajes hermafroditas. Las chicas sissies de Manning se caracterizan por incluir en sus cuerpos elementos mutantes de alta tecnología. Para una introducción a este mundo fantástico, sugiero seguir  este link


Michael Manning


   En pocas palabras, Gemini Complex es una organización esclavista Femdom gobernada por Mistress Lily. Las esclavas de Mistress Lily son hombres de origen que al pasar por el Tanque Transformador fueron convertidos en híbridos transexuales mediante la administración de hormonas y modificaciones genéticas. Al emerger del Tanque, comienza su educación formal. Carecen de recuerdos de su vida pasada y son poseedoras de enormes penes, rostros feminizados y grandes tetas. Aprenden a ser sumisas, a usar trajes fetichistas y a cumplir funciones de servidumbre para Mistress Lily u otras dominatrices que pagan por ellas.


 

El tanque transformador de Gemini Complex


    Nuestra historia comienza con Old Man, un rico hombre de negocios que tiene dos hijos Junichi y Kentaro. Junichi es el mayor pero su comportamiento dista de ser lo serio y formal que su padre pretende. Cuando Old Man lo sorprende coqueteando con su sexy mucama Pearl, el futuro de Junichi en la familia queda sellado. En el entorno de Old Man, es regla que nadie debe acercarse a Pearl ya que el padre de la familia la considera su posesión personal.

   Junichi ignoraba la verdadera historia. Old Man había estado durante años enfrentado con otro hombre de negocios que competía contra él. Cuando finalmente logró quebrarlo, no le dio opción: lo hizo optar entre la cárcel por sus maniobras financieras o ingresar como esclavo en Gemini Complex. Old Man es uno de los más importantes inversores, además de amigo personal de Mistress Lily. 

  


   

   Gracias al tratamiento en el Tanque Transformador y su entrenamiento posterior, el ex enemigo de Old Man perdió todo recuerdo de su pasado como hombre y se convirtió en Pearl, una sumisa sissy perfeccionada en el arte de la fellatio. Cuando Mistress Lily consideró que estaba lista, la devolvió a Old Man que comenzó a utilizarla como french maid y prostituta para satisfacer todas sus fantasías sobre el cuerpo feminizado de su viejo rival. Cuando se supo que Junichi llevaba un tiempo gozando de los favores sexuales de Pearl, Old Man se enfureció. Decidió apartar a Junichi de la familia para siempre y castigarlo por su atrevimiento. 



   Como en su momento ocurriera con Pearl, Junichi fue encerrado en Gemini Complex por su padre para ser transformado en una sissy. Old Man fue muy estricto en sus órdenes; a diferencia de otras esclavas, Junichi siempre debería recordar su pasado como varón y su pene no debía agrandarse. Su nombre femenino sería Iris.



   Este es el momento ideal en la historia para recordar quién es Mistress Lily. A diferencia de sus esclavas transexuales, Mistress Lily es hermafrodita. Nació mujer y posee vagina pero mediante tratamientos genéticos, se ha vuelto poseedora de un gigantesco miembro viril al que decoró con accesorios de oro como símbolo de autoridad. Las pasiones de Mistress Lily son la sodomía, la fellatio y el ponyplaying.  




   El sitio especial que Mistress Lily usa para someter a las esclavas mediante el ponyplaying es La Montura (The Saddle).  Allí, la dominatriz satisface todas sus pasiones ecuestres y es lamida profundamente en su pene y vagina por la esclava elegida que se ubica debajo de la Montura.   


  En Gemini Complex, la boca y el culo de las esclavas han sido rediseñados cuidadosamente con el fin de poder albergar al monstruo que cuelga entre las piernas de Mistress Lily. Las mandíbulas y las gargantas son capaces de cumplir con las exigencias de fellatios a garganta profunda. Para ser usadas en sexo anal, tanto el diámetro del canal como su capacidad elástica para expandirse fueron ajustados para dar el máximo placer a la Reina sodomizadora. El semen de Mistress Lily tiene propiedades tanto transformadoras como adictivas: cuanto más lo tragan las esclavas, más lo desean y a la vez la ingesta diaria las va volviendo cada vez más femeninas de acuerdo al modelo de sex doll. 



   Durante su estadía en Gemini Complex y como parte de su adiestramiento, Iris fue obligada a dejarse penetrar por cualquiera de las otras esclavas de la casa. Como las chicas son mutantes transexuales programadas para ser generadoras de semen para fabricar hormonas, viven siempre excitadas y erectas. La vida de Iris en Gemini Complex se convirtió en una perpetua orgía donde ella siempre debía cumplir el rol pasivo y era sodomizada por todas sus compañeras, una detrás de otra. En palabras de una de ellas: Fue lo más cerca que estuvimos de sentirnos Mistresses con nuestra propia esclava sexual.   



   Old Man siguió en detalle la transformación de Junichi en Iris y una vez finalizada, decidió poner a prueba a la flamante sissy. Cuando decidió retirarse de los negocios en favor de su hijo Kentaro, le regaló a éste una sesión de placer con las chicas de Gemini Complex. Iris no tuvo elección y debió entregarse sexualmente a quien tiempo atrás era su hermano. Por supuesto que Kentaro quedó enloquecido con la experiencia y gozó a Iris sin pausa por la boca y por el culo antes de acabarle entre las grandes tetas. 





  Luego de esta incestuosa y perversa iniciación, Iris se convirtió en una integrante más del staff de Gemini Complex y cumpliendo las mismas obligaciones: ser una productora de semen para tratamientos genéticos. Con ese fin, su pene y testículos fueron agrandados al igual que los del resto de las esclavas. Iris todavía recuerda parte de su pasado como varón pero aprendió a gozar del amor de sus compañeras y se convirtió en la favorita de Mistress Lily gracias a su sumisión en la sodomía y a su gran capacidad eyaculatoria. Al principio, parecía confundida y dubitativa ante su nueva condición femenina pero con el tiempo aprendió a disfrutarla. Como pasa siempre con todas las sissies.




miércoles, 7 de abril de 2021

Gia Erótica. Atrevidas diversiones

 




…en el fin de semana que siguió, con Mara y Francesca como espectadoras, las dos se pusieron de acuerdo; Francesca le propuso: «¿Te gustaría que pondríamos en escena una especie de drama muy cachondo contigo como intérprete principal?».

   «¿Y en qué consistiría?», preguntó Roberta.

   Descarada, en términos inequívocos, ella respondió: «Yo apoyaría el papel de una torturadora que, además de azotarte, te jode a fuego, y tú el de la torturada». Después de una pausa, mirándola a los ojos para estudiar su reacción, añadió: y también te follaría por detrás».

    Ella preguntó: «¿A lo estilo perrito, dices? Porque no me gusta mucho».

    «No, en el culito».

    «Noto que vas rápido! Aunque me has parecido una hija de puta, la idea me gusta. Quiero, sin embargo, que lo sepas: yo también, lo seré de la misma manera contigo; y, por lo tanto, está bien. Sin embargo, no te pongas ideas extrañas en tu cabeza, como someterme a ti, porque, tarde o temprano, ten por seguro que te devolveré la misma moneda». Después de lo cual, con una sonrisa que revelaba la lujuria de la que era presa: «Si se trata sólo de ficción, ¿por qué no jugar? Al final, estamos entre mujeres, ¿no te parece?».

    Al escuchar la frase habitual, que no era más que una coartada para la conciencia, mientras las tres explotaron en una risa, entendiendo, Roberta también se unió; Francesca le respondió: «Pues bien, desnudas, nosotras ya lo estamos, y, por eso, ahora te hago desvestir por mis concubinas... que, mientras tanto, mirándoos me voy a acariciar el coño para calentar mis motores. ¡Dios! No puedo esperar a jugar con tu hermoso culito».

   Para las mujeres fue un verdadero triunfo de los sentidos: ver ese cuerpo espléndido sacudirse y retorcerse bajo los rítmicos latigazos de Francesca, las envió directamente al éxtasis. Moviéndose detrás de Gia, Mara se adhirió a ella con su cuerpo desnudo; una mano para apretar una de sus mamas, la otra fue a su vagina, comenzando a acariciarla. Ni siquiera Francesca fue inmune a la lujuria que emanaba de la escena, pues, haciendo largas paradas entre un golpe y el siguiente, empezó a masturbarse. De repente, ya que masturbarse no era suficiente para ella, todavía blandiendo el látigo con una mano, se acercó a Roberta y deslizó un muslo entre los suyos: «Ahora, besando nuestro coño con los muslos, nos frotamos hasta corrernos, amorcito, que luego continuamos; me excité tanto, que no pude esperar más de correrme. Creo que a ti te pasa lo mismo».

    «¡Oh, sí, Francesca! A pesar del intenso dolor, estoy muy cachonda y no quiero nada más que volver a correrme… contigo», respondió ella, en un susurro.

    Al final de esa flagelación preliminar, útil para excitarse más, interpretando magistralmente el papel ficticio de la abusadora, Francesca la liberó de las ataduras y la poseyó por detrás con un strapon, en la posición del estilo perrito. Luego, para prepararla para el siguiente paso, después de haberle lamido el orificio anal durante mucho tiempo, la sodomizó sin muchos cumplidos.

    Durante el transcurso de esa “violación” anal, cachondas más que nunca, Mara y Gia no permanecieron inertes; al principio las bocas se unieron y las lenguas se entrelazaron codiciosas; luego, ellas también se acostaron, uniendo sus carnes en un turbulento tribbing que las llevó a otro gritado orgasmo.

    Cuando salieron de eso, más calmadas, sus ojos volvieron a Roberta y Francesca; Había pasado algún tiempo, y el strapon había dado paso a la mano de este última. A los ojos de las dos espectadoras, la escena se volvía cada vez más emocionante: las dos estaban acostadas lascivamente en la península del gran sofá, donde, poco a poco, Francesca se estaba insinuando en la carne de Roberta con su mano en forma de cuña. Fiel a su personaje, le preguntó: «¿Sientes molestias o dolor, sucia putita rubia?».

    «Un poquito de dolor; pero el placer lo supera... me está gustando, y mucho».

   En ese momento Francesca sintió que su esfínter se contraía, aspirando su mano, abundantemente lubricada con aceite de almendras, hasta la muñeca; comentó: «¡Guau! Me lo chupaste de un solo golpe; muy bien, es exactamente por eso que antes te he roto el trasero con el strapon. Con el servicio que te presté, tu culo se ha convertido en una cueva; ahora, entre tú y las perras más sucias de todos los puertos marítimos, no hay diferencia. Por otro lado, de una guarra como tú, yo lo esperaba que te gustara que te rompiera el culo». Y agregó, aun fingiendo: «¿Qué dirías si entraría dentro de tu cueva con todo el brazo, hasta que mi mano saliera de tu garganta?».

    Sabiendo que era sólo ficción, Roberta no se ofendió, y fue buena en interpretar su papel, porque le respondió: «Como la gran puta que soy, no espero menos».

   Cuando la mano de Francesca desapareció por completo en la parte terminal de las entrañas de la joven, su “violadora” cerró su mano en un puño, y luego comenzó a dispensarle ese placer agradablemente exasperante debido a la estimulación prolongada de las terminaciones nerviosas y a el estrés del esfínter. Asistiendo, Mara y Gia se sintieron un poco envidiosas; de hecho, les habría gustado mucho estar en el lugar de Roberta. Nada habría impedido que las dos mujeres las imitaran, pero, esa sesión estaba dedicada a ella, entonces se abstuvieron de comunicar su deseo, incluso entre ellas. Fascinadas, se acercaron, no solo para disfrutar más de cerca los detalles de ese emocionante pasaje, sino también para asistir a Francesca; de hecho, para Roberta, esa debería haber sido una oportunidad para vivir un goce total, que, partiendo de la cabeza, involucrara todos sus sentidos, para incluir ante todo la boca, y cada parte de su cuerpo. La expresión pintada en el rostro de la joven decía mucho sobre el éxtasis que estaba experimentando. A la muchacha le parecía que ese placer nunca habría terminado; mientras disfrutaba de la “violación”, en los pensamientos de la encantadora rubia... 

(Continúa en la novela).

Extraído de https://erosartmalie.blogspot.com/2021/04/atrevidas-diversiones.html



jueves, 1 de abril de 2021

Heike, the Fetish Queen

 

   En 1999, una bonita joven alemana aceptó dejarse fotografiar por su novio vestida con prendas de cuero y botas de taco. Más de veinte años después, aquel deseo de un novio fetichista excitado por la sensualidad de su chica produjo un verdadero fenómeno del modelaje totalmente alejado de los carriles tradicionales. Ella es una de las más famosas modelos del mundo y sus fotos recorren cada rincón de Internet. Su belleza parece perenne, a prueba del paso del tiempo. Ella es Heike, The Fetish Queen. Este calendario es apenas una muestra de su arte; invito a todos mis lectores a visitarla en su página web. 



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