jueves, 17 de octubre de 2024

Lady Vanessa II


   La diosa alemana Lady Vanessa Fetish es una presencia permanente en las páginas fetichistas desde hace por o menos, veinte años. Ha ido madurando con los años y no ha dejado de extasiarnos con su belleza fetichista, apelando siempre al latex, los tacones altos, al cuero y los colores fuertes. Estas son doce fotografías de Vanessa en estos últimos años. En los siguientes links, más fotografías de este reina germana del fetiche. 

Arollo Boots by Lady Vanessa

Lady Vanessa

 

Enero



Febrero




Marzo




Abril




Mayo




Junio




Agosto




Septiembre




Octubre




Noviembre




Diciembre


sábado, 5 de octubre de 2024

El bello sexo (parte III)

 

   Fetichismo y fitness pueden ir perfectamente juntos. Así parecen ser las clases en las neoyorquinas escuelas de Brukwine, una forma alternativa de gimnasia femenina en donde las chicas, además de buscar quemar calorías, disfrutan libremente con los movimientos del cuerpo buscando sentirse desinhibidas y sexies. Parte de los ejercicios implican rutinas de poledance y twerking, una forma de mover las caderas al ritmo del hiphop que fue en su momento despectivamente denominada gimnasia para putas. En lugar de la clásica y asexuada ropa de entrenamiento, las clases de brukwine proponen un provocativo y divertido desfile de lurex, maquillajes, lentejuelas, spandex y para las que más se atreven, zapatos de taco alto.

   Como una prueba más de que los tacos altos son el símbolo más perfecto del poder sexual de la femineidad, Miley Cyrus le ha declarado hace unos meses a la revista norteamericana W que ella también entrena en tacos altos. Confieso que me gustaría verla entrenar a ver como lo hace (hay algunos videos en TikTok a respecto)  Lo más interesante de la entrevista es cuando dice: Entreno con tacones también porque estoy interesada en feminizar el espacio de entrenamiento: gran parte de las máquinas de entrenar son feas…por eso, entreno en tacones. El gimnasio parece muy duro, pero me pongo mis zapatos de tacón de Gucci  que me recuerdan a Marilyn Monroe.


Miley Cyrus y los tacones con que entrena



   Primera reflexión: Ser femenina para una cantante pop de hoy es ponerse tacos altos para emular a una actriz que falleció hace sesenta años. Convivir con la eterna vigencia de Marilyn como sex symbol, como con la de Bettie Page, Diana Rigg o Julie Newmar, no deja de ser sorprendente.

   Segunda reflexión, y relacionada con la primera: pese a la proclamación de mil y una revoluciones que pretenden dictar lo contrario, la femineidad clásica parece gozar de excelente salud y sigue marcando el paso del placer. La frase de Miley … estoy interesada en feminizar el espacio de entrenamiento: gran parte de las máquinas de entrenar son feas…por eso, entreno en tacones… puede sonar como una declaración de frivolidad pero esconde un concepto muy profundo. Feminizar un espacio es embellecerlo y volverlo agradable. Cuando participaba en fiestas BDSM en Buenos Aires, buscaba instintivamente feminizar los espacios en donde sesionaba: lugares plagados de instrumentos de tortura construidos con hierro que me parecían feos y asexuados, alejados de todo erotismo y de toda sensualidad y carentes de la aterciopelada suavidad propia de nuestro femenino poder.

   Las dominatrices somos buscadas y deseadas por múltiples razones y cada candidato a sumisa o sumiso seguramente tendrá la suya propia pero por experiencia sé que no me equivoco al afirmar que nosotras embellecemos la experiencia sexual mediante las formas que utilizamos, la manera en que nos movemos y los rituales que practicamos. Existe una belleza inherente a la dominación femenina que es difícil de definir pero muy fácil de reconocer y que por eso mismo se la llama femenina. Las chicas que practican rutinas fitness y buscan sentirse sexies para disfrutar su actividad, las crossdressers que ansían feminizarse para alcanzar las mayores alturas del placer y las dominatrices que nos montamos con nuestras brillantes ropas negras y nuestras botas altas, estamos en perfecta sintonía. Todas queremos sentirnos bellas.





Si esta lectura te interesó, te recomiendo:

El bello sexo

El bello sexo (parte II) 


viernes, 13 de septiembre de 2024

Spanking. Las ideas de Johann Meibom (1629)

 



   El primer intento sistemático de explicar a la flagelación no como cruel castigo sino como un poderoso estimulante de la sexualidad masculina, fue llevado a cabo por el médico alemán Johann Meibom. La obra de Meibom, publicada en 1629, reeditada y ampliada varias veces, permanece como un inestimable documento primitivo que pretende explicar como lo que hoy llamamos spanking puede provocar sensaciones únicas de placer cuando se supone que es un castigo que debe provocar todo lo contrario.

   En su tratado, Meibom recopila diversos casos y estudios en donde deja claramente establecido que la flagelación puede actuar en algunos casos como estímulo para la erección del pene de la supuesta víctima, que puede ser utilizada como recurso ante casos de impotencia sexual y que puede provocar en niños un placer tal que de adultos no puedan llegar a excitarse a menos que sean azotados. Meibom no cita casos de mujeres azotadas porque se centra en la relación entre azotes y erección masculina, en como ambos están relacionados. Las mujeres aparecen en el rol de azotadoras: varias de ellas en casos de juicios, en donde las esposas denuncian que a los maridos perversos que las obligan a flagelarlos como paso previo a la relación sexual.

   Meibom intenta llegar a una explicación anatómica de la conexión que se establece entre los varazos o azotes en las nalgas y la erección. Según Meibom, cuando un hombre, por alguna causa, se ha enfriado en su sexualidad, puede llegar a calentarse mediante una intensa agitación en su baja zona lumbar y de las nalgas y el calor generado se transmitirá a los órganos generadores de esperma, que Meibom ubicaba en la parte baja de la espalda, que luego descendería hacia los testículos y así se recuperaría la virilidad perdida.

   A pesar de la inexactitud de los conocimientos anatómicos de Meibom, su lectura final es correcta: los azotes pueden provocar una respuesta eréctil imposible de alcanzar de otra manera. Establece sin dudar que el vicio de ser azotado puede inculcarse desde la niñez si los adultos recurren al azote como castigo. También coincide en que el hombre con esta tendencia suele estar profundamente avergonzado y se detesta a sí mismo por tener que recurrir a ser azotado.

   Entre las diversas fuentes que Meibom cita en su libro, la más famosa por lo verídica y explícita es la de un humanista italiano, Pico Della Mirandola que cien años antes, en una obra de 1502, había escrito

Conozco a un hombre con un género de lujuria prodigioso y casi inaudito, por cuanto jamás le inflama el placer si antes no es azotado….Esta criatura suplica semejante favor de la mujer de que se propone gozar y él mismo le entrega una vara…y de rodillas implora a la ramera la bendición de los azotes y cuanto con más vigor es azotado, con más entusiasmo goza, y de semejante manera van juntos placer y dolor. Singular ejemplo es éste de persona que encuentra el deleite en pleno tormento y no es hombre muy vicioso en otros aspectos, reconoce su aberración y él mismo la aborrece.

   Más de quinientos años después, podemos reconocer fácilmente todos los elementos que componen la clásica psiquis del esclavo masoquista en su búsqueda del placer: la dependencia del fetiche en su sexualidad, la presencia indispensable de una mujer castigadora que ejerza como dominatrix, la necesidad del hombre de pagarle a una mujer porque seguramente no encuentra ninguna que acceda a azotarlo por su propia voluntad, la combinación de placer y dolor como vehículo para el orgasmo y finalmente, el sentimiento de culpa que lo invade post – acto.

   Hoy diríamos que azotado y ramera forman una pareja spanker – spankee consensuada en el marco de una relación BDSM. A él le sugeriríamos que no se aborrezca a sí mismo, que sólo es un masoquista con plenos derechos a su personalísima forma de gozar. A ella, que tome los recaudos necesarios para que los azotes que aplica se encuadren dentro de lo sano, seguro y consensuado. A ambos, que no descuiden el diálogo posterior y el aftercare, si es que él alcanzó el subspace en medio de la sesión.


martes, 3 de septiembre de 2024

La sumisa. Babygirl

 


   La pantalla se ilumina y aparece en un plano cenital el rostro de Nicole Kidman gimiendo de aparente placer mientras tiene sexo con su marido; al que interpreta Antonio Banderas. Tras acabar acude a otra habitación, enciende una computadora portátil, se tira en el suelo y comienza a masturbarse viendo una escena pornográfica donde el hombre somete a la mujer. Su orgasmo, ahora, es real. Pero no puede gritar. No puede soltarlo. No quiere que la escuchen. Su deseo es prohibido, secreto. Su deseo está mal visto. Tras la escena aparece el título de la película, Babygirl, y con solo dos minutos ya ha conseguido ser más provocadora y vigente que muchos de los estrenos que llegan cada semana a las pantallas.

   La nueva película de Halina Reijn, que sorprendió hace años con su slasher Bodies, Bodies, Bodies, se ha presentado en el Festival de Venecia y ha pasado como un terremoto. La directora es consciente de ello, porque va sin freno en su disección del deseo femenino, del consentimiento, del placer y de los tabús en torno al sexo. La película está condenada a dividir al público entre los que la considerarán una fantochada y los que vemos en ella una brillante, atrevida, arriesgada y feminista mirada a todo lo que nadie quiere afrontar de un tema tan central en las vidas como el deseo.



Halina Reijn y Nicole Kidman




   Al terminar la proyección incluso hubo un grito despectivo hacia el filme. Es imposible no acordarse viendo Babygirl de otra cineasta, Jane Campion, a quien adentrarse en el terreno del thriller erótico le costó la carrera con En carne viva, donde los ataques machistas de la crítica, más centrada en el desnudo de Meg Ryan, hicieron que nadie viera en ella la pionera mirada de la cineasta hacia el placer femenino.

   Ahora es otra mujer la que recoge los códigos del thriller erótico noventero para aportar desde una mirada feminista otros ángulos y abrir otras discusiones. Entre otras una que escocerá a muchos, puede una fantasía sexual de sumisión ser feminista? Los debates en torno al sexo también se han convertido en demagogos, y para muchos esto es algo impensable. Pero es lo que le ocurre al personaje de Nicole Kidman, una CEO de una empresa que lleva décadas de frustración sexual hasta que un becario comparte con ella esa fantasía.

   El hecho de que ella sea su jefa lo complica todo, y sirve para que la directora introduzca otros muchos conceptos complejos, como las relaciones de poder, que pueden ser jerárquicas, pero que también son una cuestión de género. Quién tiene el poder en la relación, ella por ser su jefa o él por ser un hombre? La directora habla de todo ello siempre al borde del precipicio, sin ser moralista, a veces con una ambigüedad que puede asustar, pero siempre con un arrojo que no se suele ver actualmente.

   El filme no es solo imponente en su discurso, sino también en su puesta en escena. Cómo se nota que hay una mujer al frente. La mirada femenina en las escenas de sexo, en las de sumisión, donde nunca cae en la fetichización ni en la explotación de los cuerpos, hacen que todo encaje. A eso sumen una fotografía gélida, una excelente selección musical ―el Dancing on my own de Robyn nunca falla―, y escenas como la discoteca donde los cuerpos se funden y se besan sin distinción de género bajo una luz estroboscópica. El resultado es una de las películas más explosivas del año, sin duda.

   Todo ello descarrilaría si no tuviera un reparto entregado a la propuesta. Desde Antonio Banderas como marido progresista (director teatral) incapaz de entender el deseo femenino y anclado en los marcos sexuales de su generación a un Harris Dickinson que desprende erotismo por cada poro. Pero sobre todo con una Nicole Kidman desatada en uno de sus papeles más atrevidos y complejos. Uno que hasta sirve de trampantojo de las críticas que ella misma ha recibido (en un momento se pone bótox y es criticada por ello). Solo alguien que cree en esto es capaz de lamer leche de un plato sin caer en el ridículo o en la fantasía exploit.

   A pesar de ser una película que puede polarizar al público, también es evidente que puede cuadrar perfectamente en un palmarés que elegirá el jurado presidido por Isabelle Huppert, y es que Babygirl tiene algo de las películas de Paul Verhoeven, especialmente de Elle, protagonizada por Huppert. No es casualidad, Halina Reijn fue guionista de Verhoeven en El libro negro y en la rueda de prensa del filme dijo explícitamente que su idea fue hacer una película como las del director pero con una mirada femenina. Definió su obra como un filme sobre el deseo femenino, pero también sobre la masculinidad, sobre el poder y el control.

   Para la directora Halina Reijn todos los seres humanos tenemos una bestia dentro, pero a las mujeres nunca se les ha dejado manifestarlo. A las mujeres no nos han dado espacio para explorar ese lado. No nos han dejado ser poderosas, pero tampoco débiles, añadió y dijo que también cree que su obra muestra el choque generacional en cuestiones de sexo.

   El filme es muy consciente de que podría ser interpretado de formas ambivalentes, y por ello se permite unos cuantos subrayados que son pertinentes, como la escena donde Antonio Banderas, el marido engañado; y Harris Dickinson, e amante, debaten de forma explícita precisamente sobre eso, sobre si esa fantasía es producto de la falocracia o no. Eso es muy viejo, le dice Dickinson abriendo uno de los temas del filme, la lucha de dos generaciones que entienden el deseo y el sexo de formas diferentes. También se muestra esa claridad en cómo se afronta esa relación, siempre basada en el consentimiento, palabra que se dice abiertamente en múltiples ocasiones. Todo vale mientras sea pactado, deseado y consentido.

   A su lado estaba también Antonio Banderas, que subrayó el hecho de que se haya rodado un filme así en un momento que definió de corrección política que ha provocado una censura para el cine, y que fuera una mujer quien la haya filmado: Cuando leí el guion dije, por fin alguien que piensa más allá, que tiene el coraje de poner en pantalla las cosas que todos pensamos, porque todos somos prisioneros de nuestros instintos.

   Nicole Kidman, que fue recibida con una ovación enorme, manifestó su deseo de que la película sea recibida como una historia liberadora, y subrayó la importancia de que tenga la mirada de una mujer, que es quien la escribe y la dirige, y eso la hace tan única. Es muy difícil hablar de estos temas, y por eso es importante que este material esté en manos de una mujer. Con ella supe que nunca se iba a explotar mi cuerpo en cámara, añadió sobre un papel que confesó que la ha hecho sentir vulnerable y expuesta. Hasta lanzó un dardo al festival cuando preguntó a la moderadora por el número de mujeres compitiendo por el León de Oro.


Javier Zurro


sábado, 17 de agosto de 2024

Videoteca. Felinas en catsuit. Los disco pants de spandex II


   En 1959, la empresa Dupont patentó el polímero spandex, también conocido como elastano, con el nombre comercial LYCRA. Las prendas de spandex tuvieron un éxito enorme entre las chicas que bailaban en las discotecas del mundo entero. Tanto los catsuits como los pantalones elastizados les permitían bailar sintiéndose seductoras y libres a la vez. El efecto en la moda de la noche fue tan fuerte que los pantalones de spandex pasaron a ser conocidos como disco pants. 

   Para la misma época, los fines de los setenta y principios de los ochenta, comenzaron a salir del closet la subcultura leather y BDSM. En las discotecas y clubes nocturnos de todo el mundo, cultores de fetichismo leather y del spandex comenzaron a cruzarse. Las dominatrices comenzaron a usar spandex en sus atuendos eróticos. Actrices y cantantes reflejaron esa moda y como siempre ocurre, la popularizaron aún más.

   En la primera selección de videos dedicados a este fetiche,  están Ann Margret, Diana Ross, Cheryl Ladd, Raffaella Carrá, Erin Gray, Lynda Carter, Amanda Lear, Jaclyn Smith, Agneta Falskog, Frida Lingstadt y Olivia Newton John.  En esta segunda selección, podés disfrutar nuevamente de Agneta, Frida, Raffaella y Cheryl más Donna Summer, Kathy Sledge junto a Sister Sledge, Nadia Cassini, Moria Casán, Shauna Grant, Isabella Biagini y Farrah Fawcett.


Agneta y Frida, Abba en catsuits



Felinas en catsuit. Los disco pants de spandex (II)




Puesto 10. Donna Summer.

Bad Girls, un clásico de la música disco, por la Reina del Disco Donna Summer, en pantalones disco violeta. Los anteojos insinúan sexo y seducción, tanto es que hasta la policía llega a las 2:50 min para arrestarla.






Puesto 9. Raffaella Carrá.

Una Raffaella Carrá rara, con el pelo rizado y cantando en inglés pero siempre arrolladora, en este caso enfundada en su traje de spandex negro. La canción es Life is Rock and Roll. No puede haber una selección de videos de spandex sin incluir a la gran Raffaella. 







Puesto 8. Sister Sledge.

Otra girl band de la historia de música disco. Kathy Sledge y sus sisters en disco pants negros y cantando su clásico American Girls







Puesto 7. Nadia Cassini.

La digitalización no es buena pero alcanza para disfrutar de la bella cantante y actriz italiana Nadia Cassini, en un catsuit plateado.






Puesto 6. Cheryl Ladd.

Un hermoso video de pantalones ajustados de spandex pleno de los setenta, cuando se comenzaron a usar los pantalones adentro de las botas. Un Angel de Charlie, Cheryl Ladd, muy sexy, se infiltra en una red de trata que obliga a las chicas a filmar películas XXX. 






Puesto 5. Moria Casán.

Para quienes me visitan y no son de la Argentina, Moria Casán es una actriz y vedette argentina, de físico imponente, que protagonizó films picarescos en los años setenta y ochenta. Esta es una escena en donde luce disco pants violetas. También a Sudamérica llegaba la sexy moda del spandex. 




Puesto 4. Shauna Grant.

La bella rubia del porno de los ochenta, en dos escenas diferentes, cantando en un escenario y después, mostrando las tetas en el camerino. Los disco pants son blancos. Qué bella época para ser mujer! La película es de 1983, Suzi Superstar. La inolvidable Shauna Grant. 







Puesto 3. Isabella Biagini.

Ciao marziano es una comedia italiana de 1980 protagozada por Pippo Franco, pero lo que me interesa es la belleza eterna de Isabella Biagini en este catsuit de spandex rojo combinado con botas negras. 






Puesto 2. Farrah Fawcett.

Small sacrifices es un film de 1989 pero se refiere a una historia real ocurrida en 1983. Farrah Fawcett le pone el cuerpo a una asesina que es condenada y viaja a la cárcel en una camioneta policial pero vestida con disco pants dorado y botas negras. Great boots, le dice uno de los oficiales. 






Puesto 1. Abba.

En 1979, en el programa de TV español 300 millones, Abba hizo esta presentación en el marco de su LP Voulez Vous. Agneta Falskog y Frida Lingstadt en catsuits de tonos malva y muy marcados en sus montes de Venus. 





Espero que esta colección de videos que se suman a tantas otras en la videoteca de mi blog te gusten y como siempre espero tus comentarios. 


Moria Casán en disco pants



viernes, 9 de agosto de 2024

Steve Diet Goedde

 


   Steve Diet Goedde, nacido Steven Paul Goedde, es un fotógrafo fetichista estadounidense. Su principal obra es The Beauty of Fetish. Especializado en latex y arte en blanco y negro. 

https://stevedietgoedde.bigcartel.com/


Enero




Febrero




Marzo




Abril




Mayo




Junio




Julio




Agosto




Septiembre




Octubre




Noviembre




Diciembre




lunes, 29 de julio de 2024

Freud y el fetichismo


Desde la primera edición de los Tres ensayos sobre la Teoría Sexual, de 1905, Sigmund Freud había reconocido al fetiche como un objeto que tenía la propiedad de desencadenar el deseo amoroso por sí sola en ciertas personas, bajo ciertas condiciones y de una manera que seguía siendo enigmática para el observador exterior y esto simplemente con cumplir con la condición fetichista que el sujeto reclama (tal o cual color de pelo o vestimenta). Planteada entonces la existencia de una condición fetichista, se plantea necesariamente las diferencias entre una reacción normal y una reacción fetichista y las inevitables comparaciones y diferencias entre ambas.

   Las investigaciones realizadas por Freud para integrar el fetichismo a la teoría psicoanalítica fueron gestadas durante el período transcurrido entre 1905 y 1915. La idealización es el primer concepto a partir del cual Freud emprende la tarea de comprender la naturaleza del fetichismo. En la primera edición de los Tres Ensayos, Freud presenta al fetichismo como una práctica que sustituye la persona total de la mujer amada por una parte de su cuerpo (generalmente la cabellera o el pie) o incluso, aquí lo interesante, un objeto que le haya pertenecido, por ejemplo, una prenda de vestir, una prenda clásicamente femenina, se entiende. Un concepto casi actual de lo que es el fetiche. Así, para esta tesis, el fetiche se postula como el efecto de un mero desplazamiento: una parte reemplaza al todo; el elemento elegido, por ejemplo la cabellera o el pie, resulta investido como objeto ideal en lugar de la persona. Dice Freud: El sustituto del objeto sexual es una parte del cuerpo que en general se adecua muy poco a objetivos sexuales (el pie, la cabellera) o bien un objeto inanimado del que se puede demostrar la relación con la persona sexual a la que reemplaza y, de preferencia, con su sexualidad (la ropa interior).





 
   Freud parece dispuesto a conceder que la práctica fetichista puede conducir a obsesiones aunque se presenta con bastante frecuencia, en un modo menor, en los impulsos normales de la pasión. Cita a Goethe, que hace decir en Fausto: Tráeme un pañuelo que haya cubierto su pecho o una liga de mi bien amada. La elección fetichista se cumple según dos operaciones sucesivas y distintas: en un primer momento ocurre un desplazamiento que sustituye la persona amada por una parte de su cuerpo o por un elemento de su vestimenta y en una segunda parte ese mismo símbolo se convierte en un objeto de idealización.

   Posteriormente Freud postularía la tesis de la represión parcial: el fetiche se conserva como sustituto, ya no de la persona amada, sino de un primitivo objeto de satisfacción sexual, generalmente el objeto anal, que ha sido reprimido. En una carta de 1909, Freud presenta a un paciente al cual caracteriza como fetichista del pie y de las botas, sobre el cual postula que el fetichismo es el remanente de una antigua pasión anal reprimida. Era fetichista de las botas. Su infancia estaba colmada de una actividad coprofílica excepcionalmente intensa. El fetiche sería entonces un objeto elegido como sustituto de un objeto anal primitivo, que habría sido por sí mismo la fuente de una satisfacción olfativa intensa a la que el sujeto se habría visto luego obligado a renunciar bajo la presión de la educación. He aprendido que el fetichismo de las botas implica un placer originario aportado por los pies sucios y malolientes. Considero el placer coprofílico de oler como el soporte de la mayoría de los casos de fetichismo de los pies y las botas... y en esos casos intervino una represión parcial. 

   El placer obtenido de los olores es reprimido o inhibido en tanto el pie, en lo sucesivo sin olor, es idealizado. Estamos en presencia de un placer pulsional sepultado. Mediante la explicación de este mecanismo de la represión parcial, el objeto directo fue apartado de la pulsión y elevado al rango de fetiche. Freud incorporaría esta tesis en la segunda edición de los Tres Ensayos sobre Teoría Sexual en 1910.

   La represión parcial se introduce así como una especia de solución intermedia entre la conservación perversa de la satisfacción anal infantil y la represión neurótica de dicha satisfacción. 

   Puede reconstruirse entonces la serie de operaciones que presiden la formación de un fetiche según Freud: un afecto de placer primitivamente asociado a un objeto anal es desplazado en u primer momento hacia el pie, el cual, para representar ese papel, debe ser en esa instancia el pie sucio. Luego en un segundo momento, bajo el efecto de la represión parcial, el placer olfativo primitivo sucumbe a la inhibición mientras que el pie experimenta un destino de idealización en que el pie sucio cede a su vez el lugar a un pie. El proceso llega finalmente a su culminación, en el caso más elaborado del fetichismo de las botas, en el momento en que por un último desplazamiento, la bota reemplaza al pie.





Fuente: 

Como inventó Freud el fetichismo...y reiventó el psicoanálisis. Henri Rey Flaud 

martes, 16 de julio de 2024

Miss SM. Versace y el bondage

 

   La ceremonia de los Grammys, como tantos otros premios del show business mundial, suele ser una buena oportunidad para observar a las estrellas del momento luciendo atuendos o accesorios relacionados con el fetichismo y el BDSM. La protagonista que se robó todas las miradas en la edición 2022 de los Grammys fue Dua Lipa. No sólo se desprendió de su famosa melena azabache y la cambió por una rubia sino que también rindió tributo a uno de los más famosos vestidos BDSM de la historia, el bondage dress de Versace


Dua Lipa en los Grammys 2022







   Combinado con joyería de Bulgari, el look de Dua Lipa confirmó la tendencia dominatrix que tantas veces se ha visto en las pasarelas más recientes y le agregó un homenaje a las gloriosas supermodelos de los noventa y a uno de sus más atrevidos diseñadores. Porque fue Gianni Versace quien lo hizo por primera vez en 1992, cuando presentó el bondage dress en su pasarela Otoño/Invierno a la que bautizó provocativamente Miss S&M. Muy claro.


Christy Turlington




   La historia nos cuenta que aquella colección provocó una divisoria de aguas: se la amó y se la odió en partes iguales y a nadie le fue indiferente. El bondage dress, desfilados por las diosas de los noventa Claudia Schiffer, Naomí Campbell, Helene Christensen y Christy Turlington, entre otras, fue aplaudido por grandes fotógrafos fetichistas como Helmut Newton y por supuesto ferozmente denostado por las feministas de siempre. En ese mismo año, Cindy Crawford lo luciría en la gala AMFAR y posteriormente sería la propia Donatella Versace quien llevaría una versión falda de cuero para la celebración del centenario de Vogue. Décadas después, en un homenaje a su madre, Kaia Gerber, la hija de Cindy, también modelo, usó el bondage dress para celebrar un cumpleaños. Un diseño alternativo, mucho más sado, convertido en soutien más botas y guantes largos, fue usado por Rihanna en su gira del 2009 y fue la sensación fetish de aquel año.


Cindy Crawford



Donatella y Gianni Versace




Rihanna




Cindy Crawford y Kaia Gerber, madre e hija




   En el 2022, treinta años después de su lanzamiento, el mundo de la moda vuelve a hablar de la tendencia dominatrix en las pasarelas. Es claro que hay modelos que nunca pasan de moda y el vestido bondage de Versace se caracteriza por su atrevido corsette y las múltiples cintas que remiten a la práctica sexual que le da el nombre a este diseño. Es sexy? Por supuesto, pero no de la manera tradicional sino que sigue sugiriendo que quien lo lleva es una dominadora sádica y ahí radica la magia de un vestido que ha sabido envejecer muy bien y trascender el paso del tiempo.

   Más tarde en la ceremonia de los Grammys,durante las premiaciones, Dua Lipa rindió tributo a otro gran momento Versace en los noventa. Lució el vestido paperclip que la casa italiana presentó por primera vez en 1994, y que hizo famoso Elizabeth Hurley en el estreno de Cuatro bodas y un funeral, al que acudió con su entonces pareja, Hugh Grant


Elizabeth Hurley



   Dua Lipa combinó el paperclip dress con unas botas largas en acabado de látex. Al lado de Megan Thee Stallion, este segundo look fue directamente explosivo e hizo las delicias de quienes amamos a las chicas jóvenes con estilo fetichista y dominante. No son las clásicas botas altas, se trata de un diseño que funciona a manera de pantboot, de extensión extralarga, incluso más arriba de los muslos y en acabado de látex. Todo un guiño a la tendencia dominatrix que tanto se ve en las pasarelas de esta década.








Dua Lipa y Cindy Crawford, con bondage dress




sábado, 6 de julio de 2024

Animal Print vintage


   El leopard print, o simplemente animal print, comenzó  a ser usado décadas atrás por las chicas pinups que posaban en las revistas picarescas y no hay que buscarle mucha explicación: en aquellos tiempos, igual que ahora, el animal print es sexy. Muy sexy. Siempre asociado al glamour, siempre dándole a su dueña un aire de mujer salvaje, devoradora. Las dos primeras fotos de este calendario dedicado a leyendas del cine que llevaron el leopard print, corresponden a Dolores del Río y su traje leopardo del film Journey into fear, de 1943. Le siguen dos de la famosa Marilyn Monroe, con rayas de tigresa, en The seven year itch, de 1955. 



Enero. Dolores del Rio




Febrero. Dolores del Rio




Marzo. Marilyn Monroe





Abril. Marilyn Monroe




Mayo. Anita Ekberg




Junio. Bettie Page




Julio. Gene Tierney




Agosto. Jayne Mansfield




Septiembre. Marlene Dietrich




Octubre. Rita Hayworth




Noviembre. Ursula Andress




Diciembre. Verónica Lake


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...