jueves, 23 de junio de 2022

La mujer fáunica

 


 

   El fauno, también llamado sátiro, es una figura mitológica, mezcla de hombre y cabra, poseedor de una inagotable potencia sexual, que participaba en el séquito de Dionisos, dios del vino y las orgías. Al dios lo acompañaban también algunas mujeres que eran llamadas ménades. En el fauno y en las ménades habitaba una naturaleza sin control que los empujaba al goce de los placeres pero representaban mucho más que eso. Estaban presentes en la mitología como un recordatorio de que el puro deseo sexual es una poderosa fuerza dadora de vida que debe ser canalizada por la sociedad para evitar excesos pero que no puede ni debe ser reprimida por completo.

   En la tradición cultural de Occidente, el paradigma fáunico puede ser definido en contraposición al paradigma amoroso monogámico que es sostenido y promovido desde la Iglesia y el Estado como la única forma de validar el sexo. En cambio, para el paradigma fáunico, el apetito sexual es la razón del eros, del deseo en el encuentro íntimo entre personas. Operando desde la clandestinidad durante siglos hasta salir a la luz con la modernidad del siglo XX, el paradigma fáunico ha sido y es una expresión fiel de la naturaleza sexual humana en estado puro.

   Desde su propio nombre, el paradigma fáunico invoca la tradición pagana y orgiástica de las antiguas Grecia y Roma. Es obvio que el cristianismo triunfante en la Edad Media va a enmudecer casi por completo al paradigma fáunico durante siglos enteros. Su representación más común es el Satanás con cuernos que susurra al oído toda clase de tentaciones que nos apartan del camino correcto. No en vano se le otorgaba al Maligno una figura similar al sátiro griego.    

   El fauno es un carácter casi siempre masculino y se lo identifica con un constante deseo por la hembra, con erecciones infatigables y cópulas violentas. Es muy raro que se nos recuerde a las ménades como contrapartes femeninas. Si todo el paradigma fáunico ha sido combatido por inmoral durante siglos, es lógico que su costado femenino haya sido invisibilizado casi por completo.

   El paradigma fáunico en la mujer ha sido descripto como ninfomanía, un término más propio de la ciencia médica y psicoanalítica que una descripción de la realidad sexual femenina. La literatura apenas si la ha rozado salvo contadas excepciones; quizás Mme. de Saint Ange, en La filosofía del Tocador, una obra maestra de Sade, sea el más perfecto y conocido ejemplo de mujer sádica y fáunica a la vez. Otro ejemplo al que me quiero referir, menos conocido pero muy interesante, es el de Alfred Jarry

   Alfred Jarry fue un escritor francés de fines del siglo XIX y principio del XX. Dramaturgo, poeta y novelista, fue uno de los constructores del teatro del absurdo y junto a otros de su generación incubó lo que después serían las corrientes revolucionarias del surrealismo y el dadaísmo. En su novela erótica El SupermachoJarry utiliza el término en forma muy diferente del concepto filosófico del superhombre nietzcheanoEl supermacho de Jarry es un fauno clásico llamado André, que se camufla bajo el aspecto de un ciudadano de su tiempo, marcado por el capitalismo y la revolución industrial y se revela como una máquina cuasihumana que debe cumplir con un rendimiento preestablecido. Como parte de una serie de competiciones en donde su capacidad atlética va a ser puesta a prueba, André se propone copular setenta veces consecutivas en veinticuatro horas para lo que requiere los servicios de siete prostitutas. 

   Jarry exhibe el paradigma fáunico sin velos y con absoluta impudicia: lo que se propone es un torneo del acto sexual en donde se pone a prueba el poder sexual del fauno sin que medie ninguna justificación amorosaEl desafío inicial se trastoca al presentarse Ellen, una chica norteamericana que exige ser ella sola quien asista al supermacho en sus setenta cópulas. Lo interesante es que Ellen asegura El supermacho debe existir puesto que una mujer lo desea. El fauno es el Amante Absoluto con el que ella siempre ha fantaseado. En este punto de la novela, el fauno deja de ser el supermacho capaz de atender sexualmente a toda mujer existente para convertirse en el ejecutor ideal de un insaciable deseo femenino que nadie puede controlar. La superhembra se hace realidad. La puesta a prueba de la potencia del fauno se convierte en un desafío mucho más complejo porque ahora debe enfrentarse a una ménade que quiere, que exige, ser cogida setenta veces seguidas. 

   Al finalizar aquella especie de gangbang con una única pareja participante, André cree que Ellen ha muerto. Las mujeres jamás mueren por demasiado sexo es una de las frases burlonas que Jarry pone en boca de un espectador. En realidad, no sólo Ellen se repone perfectamente sino que se enamora de su galán de setenta polvos. Pero al estilo de Romeo y Julieta, él la cree muerta y se somete a la voluntad del padre de ella que lo odia y termina matándolo haciéndolo participar en otro retorcido experimento. Como en Sade, también en Alfred Jarry no hay compatibilidad posible entre el paradigma fáunico y el amor.

    Cuando una personalidad femenina como la de Ellen responde a lo fáunico, significa que no la conmueven en absoluto los valores y las figuras emblemáticas que caracterizan al paradigma amoroso. Es importante establecer que una persona que se reconoce como fáunica, también suele comportarse de acuerdo al paradigma amoroso si se dan las circunstancias. La contraposición de ambos paradigmas recuerda mucho a la oposición entre el BDSM, con nuestra imaginería fetichista de Amas y esclavos, con el mundo del sexo convencional denominado vainilla. Los códigos y valores de uno son incompatibles con el otro por más que las mismas personas podamos comportarnos de un modo o del otro en diferentes momentos de la vida.

   Existen las mujeres fáunicas en nuestro civilizado mundo de hoy? Podríamos sin saberlo estar conversando con una Ellen en la fila del supermercado? Alguna vez he sido testigo en discotecas swingers de Buenos Aires de noches de gangbang en donde las chicas (mujeres o travestis) devoraban virilidades a diestra y siniestra durante horas, casi sin parar. Alguna vez fui yo una de esas mujeres y me divertí mucho haciéndolo. Para la tranquilidad general de la sociedad, podemos hacer creer, conviene hacer creer, que las mujeres fáunicas no existimos. 

   Pero que las hay, las hay.


Extraído de: 

Alfred Jarry; El Supermacho

Ercole Lissardi; La pasión erótica. Del sátiro griego a la pornografía en Internet



viernes, 17 de junio de 2022

Nathalie Rattner presenta a Onyx

   La obra de la artista canadiense Nathalie Rattner ilustró mi blog hace años con el arte del retrato a lápiz de la chica pin up en general y de Bettie Page en particular. Pero Nathalie también es la dueña de su propia heroína con la mejor tradición sexy – picaresca de las pin ups, una chica llamada Onyx. 

   En esta serie de dibujos, Nathalie Rattner homenajea a Bill Ward, imitando con Onyx las poses sensuales de sus modelos y el estilo del lápiz difuminado. Para completar la sensualidad de esta entrada, te sugiero echar una mirada a las siguientes direcciones

a) La entrada anterior de Nathalie en mi blog.

http://sadobyroxy.blogspot.com/2014/03/nathalie-rattner-y-el-arte-de-pintar.html

b) La página personal de Nathalie con todas las aventuras de Onyx y mucho más.

http://www.nathalierattner.com/

c) Las telephone girls de Bill Ward, inspiración de Onyx

http://sadobyroxy.blogspot.com/2013/08/las-chicas-de-bill-ward-te-llaman-por.html

 

   Sin más para decir, les presento a Onyx

 



































viernes, 10 de junio de 2022

Tacones altos y sus artesanos. Charlotte Olympia



   Charlotte Olympia es una de las marcas de zapatos femeninos más bellos y costosos del mundo. Su producción es artesanal; cada par está hecho a mano en Italia y corresponde a un diseño único. Detrás de la sofisticación, el lujo y el glamour de esta etiqueta, late un corazón de mujer, de una mujer muy especial, cuyo lema para diseñar zapatos femeninos es mientras más alto el taco, mejor te sientes (the higher the heel, the better it feels)

   Británica de adopción con raíces brasileñas, Charlotte Dellal es egresada de la escuela Cordwainers, el centro especializado en marroquinería y zapatería perteneciente a la London Fashion School. Inauguró su primer local en el exclusivo barrio londinense de Mayfair en el año 2010. A más de diez años de su nacimiento, sus creaciones se desparraman en las tiendas de lujo de todo el mundo y son un símbolo de refinamiento y elegancia.

   El estilo Charlotte Olympia busca reencontrar desde los zapatos a la femineidad clásica de las antiguas estrellas de cine de Hollywood más la modernidad del uso de altísimas plataformas escondidas que les permiten alcanzar una altura de tacones propio de una reina fetichista. Por su precio, su calidad del diseño y por lo alto de los tacones, un par de Charlotte Olympia son el regalo ideal para que un sumiso financiero de alto standing homenajee a su dama dominadora. 

   Detrás de bambalinas, Charlotte Dellal es una mujer muy interesante porque no es sólo una fabricante de zapatos. Su vida puede ser definida como un estilo de tacones altos.  En sus propias palabras: Mi estética en general es siempre en tacones más el estilo glamoroso de Hollywood en los años 50. Mi máxima inspiración es Rita Hayworth; amo su pelo, sus labios rojos y por supuesto, su elegancia dispara sin anestesia. Toda una retro pin-up, a puro taconazo y labial.

   Cuando Charlotte era chica, siempre quería ponerse los zapatos altos de su mamá: Creo que a todas las chicas les gustan los tacos altos pero yo estaba obsesionada, reflexiona. Esa obsesión fue el motor que la impulsó  a diseñar los zapatos que hoy enamoran a tantas mujeres alrededor de todo el mundo. Aclaremos que su mamá no es cualquier mamá: es la modelo brasileña Andrea de Magalhaes, quien desfilaba en los años setenta para Saint Laurent y Valentino. De tal madre, tal hija.

   La colección personal de zapatos de taco que Charlotte atesora en su hogar londinense supera los 400 pares de zapatos. En mi vestidor hay una pared entera dedicada a ellos. Son parte de la decoración. Me gusta verlos, no solo usarlos. En mi casa hay zapatos, bolsos y accesorios por todas partes. También es fanática de los guantes, sombreros y carteras sobres.







   El glamour de los años cuarenta y cincuenta, las divas de la edad dorada de Hollywood; el mundo marino con sus conchas, crustáceos y sirenas; los estampados de leopardo, presentes en su vestidor, una pasión heredada de su abuela y su madre, que también decoraban su armario con animal print y los colores vivos, conforman el universo que Charlotte Dellal ha creado bajo su nombre. Quizás sean sus genes brasileños que la impulsan a promover por donde vaya la alegría y la sensualidad. Su logotipo habla por sí mismo: es una tela de araña de oro que graba en la suela de todos sus modelos.

   El minimalismo y la discreción no van con ella. Bien lejos del remanido y mediocre menos es más, otro de sus lemas favoritos es más es más, y lo usa en su colaboración con Agent Provocateur. Ambas empresas juntas generan una estética propia que parece salida de una postal de las legendarias pin-up de los años cincuenta. Primero hice zapatos con ellos y ahora hago lencería. He sido primero clienta, colecciono la ropa interior de Agent Provocateur, me fascina. De chica, yo estaba interesada en el diseño de corsetería antes que en el de zapatos y me gusta su estilo porque es  juguetón, alegre, festivo, colorido y glamoroso, como es mi propia marca de zapatos; tenemos sensibilidades muy similares.

   Desde la llegada de su hijo, su lema mientras más alto el taco, mejor te sientes tuvo que cambiar forzosamente por necesidades maternales y empezó a hacer zapatos más bajos. Me di cuenta que ahora necesito algo más cómodo confesó. Pero los zapatos son siempre un objeto de deseo. Apuesto a que sean una obra de arte y un sello personal.

   - Alguna gran marca ha intentado adquirir su negocio?

   - No.

   - Y se lo plantearía?

   - Jamás

 



Fuente:

https://smoda.elpais.com/placeres/charlotte-olympia-dellal/


domingo, 5 de junio de 2022

Julia Fox. Una diva fetish 2022


   Julia Fox es una actriz norteamericana cuya carrera se inició en 2019 y se hizo muy conocida a partir de su relación con Kanye West. Julia es además una influencer en la moda que más utiliza el look dominatrix en apariciones públicas. Estas fotos de Julia han aparecido en todas las publicaciones del mundo y me llamaron mucho la atención: confirma que el fetishwear parece ser más que una tendencia del momento en desfiles de alta moda; ha ganado la calle y no se esconde.  

   Julia no estaba modelando cuando estas fotos fueron tomadas; simplemente paseaba o asistía a fiestas o espectáculos. Según Wikipedia, Julia trabajó como dominatriz profesional en sus años más jóvenes: quizás de esa época  de su vida le quedó el gusto de lucir botas altas, latex, cuero y maquillajes osados en sus apariciones públicas. 



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