domingo, 14 de julio de 2019

Herencias patriarcales que afectan al BDSM







   La fecha y el lugar exacto ya no importan y han quedado muy pocos recuerdos de esa noche en mi memoria. Sé que éramos un grupo de cultores del BDSM que nos habíamos conocido en La Casona del Sado de la calle Yatay, en Buenos Aires. En esa noche a la que me refiero, estábamos de sobremesa y conversábamos sobre diversos temas. En un momento dado, la dinámica de la charla derivó hacia las cuestiones de género vinculadas con la dominación y la sumisión y en particular, hacia el marcado contraste que notábamos entre las ambiciones de las sumisas y las de los sumisos. Fue entonces cuando uno de los participantes, un hombre dominante para mayor precisión, tiró la frase matadora. Lo que pasa acá en el BDSM es que mientras los sumisos quieren divertirse y vivir una fiesta, las sumisas quieren que les pongamos un collar.

   Cualquiera que haya ingresado en un sitio web dedicado al BDSM y participado en sus debates o haya asistido a reuniones o fiestas, habrá podido observar que en general existe un modo de ser sumiso muy distinto para el hombre y para la mujer.

   Mientras los varones sumisos suelen buscar ansiosamente a una mujer casi siempre hermosa y fetichizada para vivir experiencias sensuales, las sumisas suelen hacer hincapié en la propia dignidad de su condición y en su derecho a ser protegidas y cuidadas. Cuando les llega la hora de ser sometidas a situaciones de dolor o humillación, lo hacen equivaler a una pérdida de la virginidad, a un desfloramiento, a la demostración en carne viva de su capacidad de sacrificarse por amor.

   Debido a costumbres ancestrales arraigadas culturalmente en el inconsciente colectivo, los comportamientos sumisos en la mujer BDSM se asimilan y se integran a los comportamientos sumisos femeninos que vienen desde el fondo de la historia. La sumisa juega en su tablero a un milenario juego femenino; se trata de hacer valer al máximo su entrega sexual. A través de esa entrega, la sumisa se hace merecedora del collar de su amo y comienza un camino de reconocimiento y aceptación desde su condición de Soy la sumisa de… en una comunidad BDSM que replica los viejos valores y méritos masculinos. El cuidado del dominante varón sobre su sumisa es visto como una lógica contraprestación por parte de él frente al enorme valor de lo que ella le entrega.

   Mi conclusión, después de años de leerlas y escucharlas, es que debajo de la actitud y de los deseos de las sumisas, late el viejo molde histórico y social del patriarcado, aunque se lo disimule bajo los fetiches kinky y las prácticas sadomasoquistas.

   En cualquier sociedad patriarcal, el hombre se hace merecedor del rótulo de Hombre cuando demuestra que puede mantener a una mujer desde lo económico y desde lo afectivo. En la sociedad BDSM, el amo es el responsable de la correcta ejecución de las técnicas y siempre debe estar listo para dar una respuesta ante las necesidades emocionales de la sumisa.

   Acaso alguien puede negar que estamos hablando de lo mismo?

   Creo que detrás de esta modalidad de la sumisa BDSM, se esconde la verdadera causa del porqué a las Amas bisexuales se nos hace tan difícil poder concretar una fiesta lésbica Ama - sumisa que escape al cliché de me gustaría estar con vos pero quiero que él también participe o la más versera, que suelo escuchar muy a menudo, lo que me interesa es un trío con una mujer dominante para ampliar nuestros horizontes. 

   Lo que ocurre detrás del desencuentro entre nosotras es muy simple. Nosotras las Amas queremos gozar de nuestra dominación sádica y femenina. Nosotras no somos patriarcales. La mayoría de las sumisas sí lo son.





14 comentarios:

  1. Coincido plenamente Mistress Roxy. La dupla sádico – sumisa tiende a replicar el orden patriarcal, mientras que sádica – sumiso, lo invierte. Supongo que también entre los hombres dominantes habrá un promedio mayor de ideas patriarcales que entre los hombres sumisos. Si bien de un modo complejo y para nada lineal, los gustos sexuales tienen puntos de contacto con las ideas y las opiniones.
    Doy un ejemplo personal, me gustan las mujeres inteligentes, putas, felices. En teoría una mujer sumisa podría perfectamente tener estas características. De hecho no veo nada raro que muchos hombres sumisos las tengan. Sin embargo, entre las mujeres, asocio estos rasgos principalmente con mujeres dominantes. Todas las características mencionadas, en una mujer, de alguna manera implican un cierto grado de ruptura con el orden patriarcal. Entonces se hacen más habituales en las mujeres que tienden a priorizar su autonomía por sobre los mandatos sociales.
    En este sentido, el Fem Dom es una práctica que, en sí misma, se rebela contra el patriarcado.
    Daser

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    1. A veces es muy dificil responderte porque cerraste el tema y le pones la firma.
      No puedo agregar ni una letra mas
      Gracias

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  2. Interesante...

    Mi caso es super-complicado:

    Por un lado, quiero ser mujer y que me pongan collar y eso. <3
    (Nunca he visto dominatrix interesada en tener hombres a los cuales les ponga collar, los quiera proteger, disfruten cómo se entregan ni nada de esas cosas)

    Por el otro, hombre o mujer, también quiero divertirme y vivir una fiesta. <3
    (NO sólo me divierten las sensaciones y experiencias, sino el hecho mismo de entregarme y confiar hasta esos extremos en alguien más)

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  3. Creo que tu sentido de "quiero que me pongan un collar" es muy distinto al de la mayoria de las sumisas biologicas. Creo que lo que buscas es una ceremonia que te reafirme en un rol femenino. Es muy diferente a "soy tu sumisa y deberas hacerte responsable de mis necesidades"

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    1. Sí y no. (^_^;)

      No sólo quiero que se hagan responsable de mis necesidades a cambio de satisfacer otras necesidades (que también son parte de mis necesidades). También es una ceremonia (y una serie de ejecución de roles) en la que se me reconozca en un rol femenino. (>//////<)

      Si hubiera podido y hubiera tenido dinero entonces, habría tomado hormonas para convertirme en lo que llaman "shemale" (operarme para ser mujer completa hubiera sido mucho más complicado y hubiera tenido que vivir cosas aún más difíciles de las que ya vivo). Pero a mis (ahora) 28 años (hoy los cumplo) es demasiado tarde. No hay garantía de que quede bien. (^_^;)

      Al menos me divertí mucho como cross-dresser cuando era joven. xD

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    2. Podes seguir divirtiendote como cross madura. Muchas cross que conozco andan por los 50 y te aseguro que se divierten bastante

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  4. Muy interesante, Señora. Seguramente un par de milenios de patriarcado tardarán bastante tiempo en borrar sus huellas. Personalmente, creo que cierta reacción algo exagerada y hasta a veces violenta de muchas mujeres hacia el patriarcado, terminan generando un efecto negativo que retarda su extinción, a la cual fervorosamente adhiero.
    Tal vez cuando pase la ola y decanten los sedimentos, estas mujeres descubrirán que siempre tuvieron a su alcance la más poderosa de las armas: la seducción. Quizás habrá llegado el tiempo en que existirán muchas más mujeres como usted, capaces de tener a un caballero a sus pies.
    Mis saludos, Señora!
    daniel.

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    1. Hermoso y atinado comentario, daniel. Yo tambiene spero ver el dia en que als mujeres (como genero) recuperemos la seduccion y feminismo no sea contradictorio de femineidad. Ayer veia una serie en donde dos prostitutas de lujo conversan y una le pregunta a la otra " Que opinan las otras mujeres de lo que haces? "..a lo que la primera responde "Primero me vienen con el rollo feminista y luego me huyen porque temen que les robe el marido"

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  5. Jaja!! Qué poco dura la hipocresía! Muchas gracias por su elogio, Señora. Y por deleitarnos con sus aportes, siempre tan interesantes! Es un placer leerla.
    Que tenga una buena semana, Mistress Roxy!
    Saludos,
    daniel.

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  6. Yo si te digo la verdad, nunca he ido a una sesión de BDSM, son todo fantasías. He podido acudir a más de una proposición, pero nunca me he atrevido. Yo lo veo como una diversión, no como un castigo. El día que me atreva, sería bajo tus órdenes, ya que creo que hay pocas Madammes que estén a tu altura en cuanto a feminización y sissificación, en esa materia no hay quién te gane. Es algo que algún día experimentaré, pero a tus órdenes.
    Besitosss querida Mistress Roxy, muacsss

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    1. " Yo lo veo como una diversión, no como un castigo."
      Asi lo debe ser, Merceditass...pero una banda de señores pedantes y sus discípulas místicas delirantes nos han copado la parada y resulta muy difícil sacárselos de encima.

      Sissificarte debe ser muy muy divertido

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  7. Mi muy estimada Mistress Roxy,
    Que placer tan grande volver a visitar su Blog y ver que nada cambió, que todo sigue teniendo el mismo estilo, elegancia, finura y opiniones arriesgadas al momento de volcar su punto de vista. Sarcasmos excitos que a uno lo dejan entre la reflexión y la sonrisa.
    Tratando de aportar alguna opinión personal, me animo a decir, que no solo es una cuestión de herencias patriarcales. Existe también algo que todavía cuesta visualizar en lo que debería ser el rol del hombre sumiso.
    El rol de una sumisa como bien está propuesto en el artículo “Debido a costumbres ancestrales arraigadas culturalmente en el inconsciente colectivo, los comportamientos sumisos en la mujer BDSM se asimilan y se integran a los comportamientos sumisos femeninos que vienen desde el fondo de la historia. La sumisa juega en su tablero a un milenario juego femenino; se trata de hacer valer al máximo su entrega sexual”. Eso quiere significar que sobran ejemplos a seguir o patrones de conductas domesticas al momento de establecer como será la vida de la sumisa.
    En el caso de los sumisos es muy diferente todo y humildemente pondré nuestro caso de ejemplo: A mi me toca ser proveedor de todo lo que Lady Eros necesita: vivienda, alimentación, transporte, vicios, salidas, servicios o lo que ella considere que se necesite incorporar en su Playroom, etc. Hasta incluso podría citar el pago de la mensualidad alimentaría de una menor.
    Uno cumple con todas esas obligaciones básicamente por amor, más que por obediencia. Hay una devoción y una admiración por la Dómina que aceptó ocupar un lugar en el modesto reino que fue creado para ella. Pero su posición real como Dominante, se sostiene gracias a todo el aporte económico de quien escribe. Lo que crea un equilibrio muy delicado de mantener en cuanto a quien es quien. Ese mismo punto, nos ha metido en más de una discusión, ya que en plano de las fantasías las cosas son de una manera y en la realidad, por la naturaleza misma de las actividades y los compromisos son de otra.

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    1. Mio de Ella, tu valioso testimonio es muy real. La sumision financiera es otra excelente demostracion de como divergen en absoluto las conductas de sumisas y sumisos. Vos la amas a Ella y por lo tanto, cumplir con todo lo que ella necesita para una vida placentera. Lo tuyo es una demostracion de amor y cumplis con felicidad tus obligaciones. Porque asi te sentis que ademas de sumiso, sos un CABALLERO y ella, una DAMA.

      Supongo que jamas habras leido un testimono como el tuyo desde una sumisa. Yo tampoco.

      Me interesa mucho el ultimo punto

      "Lo que crea un equilibrio muy delicado de mantener en cuanto a quien es quien. Ese mismo punto, nos ha metido en más de una discusión, ya que en plano de las fantasías las cosas son de una manera y en la realidad, por la naturaleza misma de las actividades y los compromisos son de otra."

      Justamente, estas discusiones, que yo tambien tengo con mi marido esclavo, son las que ponen el Femdom en el plano real. Porque no somos robots. Sumos humanos

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    2. Gracias Mistress Roxy por considerar valioso mi testimonio además de darme la tranquilidad de saber que algo pude aportar para enriquecer su artículo.
      En respuesta a sus palabras, diré que en lo personal no me considero en lo absoluto un “esclavo financiero”. Mi rutina fue más o menos la misma desde que comenzamos la relación con Lady Eros. Hubo casi tres meses de convivencia mientras estuvo vacacionando en el país donde resido. Luego ella tuvo que volver a su país, por un periodo de cinco meses aproximadamente mientras estuvimos negociando y acordando las condiciones para las bases de nuestra relación FemDom. Tengamos en cuenta que el BDSM y el FemDom eran para ella fantasías que difícilmente pensaba concretar en su vida. Mucho menos dentro de una relación estable.
      Casi a finales del año pasado ella dio el gran paso, emigrando e instalándose como Reina de nuestro lugar y Dómina de este humilde servidor. Más adelante, un día después de San Valentín se llevó a cabo la firma del Contrato D/s, hasta que en Mayo formalizamos socialmente y legalmente nuestra relación dentro de la Institución del Matrimonio.
      Todo lo hecho, aprendido y vívido en cosa de un año y meses no tienen relación con lo económico. No puedo decir que eso es lo más importante, porque para mí lo más valioso de todo ese proceso, fue su transformación en Dómina y las luchas que tiene a diario para domesticar a este humilde servidor, que la ama con locura, pero que según su juicio está lleno de vicios y malos hábitos.
      Para volver a centrarnos en su artículo, voy a decir que mis vicios están íntimamente ligados con la herencia del patriarcado y el rol natural del hombre. Hombre que nunca de ser niño y disfruta como tal de cualquier cosa que lo distraiga o permita desarrollar su creatividad o imaginación. Además de esa necesidad constante de divagar, divertirse y recrearse. La gran mayoría de nuestros conflictos se dieron justamente por eso, porque ella se siente defraudada de su sumiso, a pesar de proveerle todo lo necesario para su subsistencia y tenerla de la mejor manera posible acorde a mis posibilidades. Y por mi parte, considero que su manera de juzgar las situaciones es muy injusta. Los celos también crean en su mente situaciones que para nada se condicen con la realidad y por culpa de tales diferencias se fueron creando grietas y empantanamientos de los que cada vez nos es más difícil salir y lamentablemente nuestro hermoso proyecto en más de una ocasión estuvo en peligro de colapsar.

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