viernes, 22 de marzo de 2019

Mary Quant Exhibition. La minifalda.



   Es muy importante correr riesgos solía decir Mary Quant, la famosa creadora de la minifalda que en los años sesenta revolucionó las calles londinenses con diseños atrevidos y juveniles, acordes a la efervescencia de la época. Y que popularizaron las modelos más famosas de aquellos tiempos como Jean Shrimpton, Jill Kennington, Twiggy, Anita Pallenberg y Pattie Boyd.



Mary Quant


   El Victoria & Albert Museum (V&A) de Londres inaugura en las próximas semanas (abril de 2019), una muestra retrospectiva dedicada a las creaciones de Mary Quant desde 1955 hasta 1975. La colección Quant del propio museo es la mayor del mundo pero además fue enriquecida a través de préstamos y del archivo de la propia Quant, que hoy tiene 84 años. Hemos tenido un acceso sin precedentes al archivo de Mary Quant, ella nos ha dado su apoyo al facilitarnos un compendio de indumentaria, fotos y material de marketing, comenta Stephanie Wood, una de las curadoras de la muestra.

   El  acto de lanzamiento de la exhibición fue el 15 de noviembre del año pasado. Un grupo de modelos jóvenes con cortes de pelo y vestidos estilo Mary Quant posaron en las escaleras del Victoria & Albert Museum. Pero quienes visitaron el museo ese día, se llevaron un regalo inesperado; algunas de las modelos ya maduras que trabajaron para Quant en su mejor momento también posaron para la foto usando diseños originales de la modista. Todo el grupo se subió a un típico ómnibus rojo de dos pisos para recorrer Londres en un tour nostálgico que concluyó donde en los años sesenta se hallaba la mítica tienda de Mary Quant, Bazaar. La decisión de mezclar a las chicas jóvenes de hoy con las modelos originales de Mary Quant fue de la propia Wood. Quise demostrar que los diseños de Quant son tan actuales hoy como siempre lo fueron.  













   También ha sido importante el aporte del propio público. Hace unos meses, en el Victoria & Albert iniciaron la campaña #WeWantQuant, pidiéndoles a quienes usaron ropa de Quant que buscaran prendas que aún tuvieran en su poder y compartieran historias personales y recuerdos de aquella época. Llegaron más de 800 mails. La respuesta ha sido abrumadora y la exposición ha evolucionado hacia una historia de vida de las mujeres y cómo éstas cambiaron durante ese período, detalla Wood. Al crear ropa juvenil y no convencional inspirada por la escena creativa londinense, Mary Quant dio vuelta el dominio de la alta costura parisina y convirtió el estilo callejero británico en una influencia global. Esa revolución llega hasta la actualidad. Es el momento perfecto de celebrar a una mujer cuya carrera innovadora inspiró y liberó a las mujeres de las reglas y las convenciones sofocantes de la generación de sus madres.







   (Barbara) Mary Quant nació el 11 de febrero de 1934 en Blackheath, Londres. Hija de profesores galeses, se crió bajo la influencia de la música clásica que su padre interpretaba al piano. Ya a los 6 o 7 años de edad, intentaba diseñar su propia ropa. Como sus padres se opusieron a que estudiara moda, Mary cursó ilustración en el Goldsmiths College, de la Universidad de Londres, donde conoció a Alexander Plunkett-Greene, su futuro marido y socio, que provenía de una familia aristocrática.

   Al salir de la escuela, Mary trabajó como aprendiz en una sombrerería llamada Erik's, mientras Alexander era empleado en la célebre tienda Selfridge's. Por las noches, Mary tomaba clases de corte y confección. Aunque alucinaba con revistas como la Vogue francesa y amaba París, quería crear ropa a su manera. Así fue que, con la participación y apoyo de su marido, fundó Bazaar en King's Road, la calle principal del barrio de Chelsea que comenzaba a ser el centro de la movida artística y bohemia londinense.




   En 1964, Bazaar puso de moda las polleras que llegaban 10 centímetros sobre la rodilla, si bien se disputa su autoría con el fallecido diseñador francés André Courrèges. El nombre mini en tanto, no se refería tanto al largo de la falda sino a la pasión de Quant por el Mini Cooper, modelo de auto que ella conducía. A su juicio, el Mini combinaba a la perfección con la minifalda: hacía lo que uno quería, lucía genial, era optimista, exhuberante, joven y glamoroso. La Inglaterra de la posguerra lucía gris y era algo que no iba con la juventud, que volcó su rebeldía y ganas de cambiar el mundo en las escuelas de arte. De pronto, se produjo una explosión, en el diseño, la fotografía, la música con los Beatles y los Rolling Stones como emblemas máximos y la moda, con Quant a la cabeza femenina. Un fenómeno que se conocería como el Swinging London de los 60.

   Bazaar no sólo vendía minifaldas. Los diseños de Quant trabajaban detalles como los cuellos Peter Pan y todas sus creaciones parecían dotadas de alegría, actitud y personalidad. También, experimentó con nuevos materiales; lanzó impermeables plásticos que inspirarían looks fetichistas y puso de moda los vestidos tipo jumper, las medias con diseños originales, las botas hasta la rodilla y el color blanco. En suma, creó lo que se conoce como el Chelsea look.














   Cuando recién comenzó a exponer vestidos cortos que encarnaban la emancipación femenina en las vidrieras, hubo algunas voces que promovieron indignación y escándalo. La minifalda causó una reacción extraordinariamente poderosa: había gente que la odiaba dice Quant. Entre otras críticas, Cocó Chanel, la histórica enemiga de las rodillas femeninas, declaró que era simplemente horrible. Otras la adoptaron gustosas: en 1968, Jackie Kennedy eligió un vestido plisado corto, que diseñó Valentino, para su boda con Aristóteles Onassis. La falda corta conquistó al mundo.






   Mary Quant se codeó con otros personajes creativos del momento como el peluquero Vidal Sassoon, el padre de los cortes geométricos como el que ella misma usaba y los fotógrafos David Bailey, Terence Donovan y John Green. En su primera autobiografía, Quant by Quant, ella reconoce que comenzó su carrera al mismo tiempo que algo estaba en ebullición en el aire. La ropa que diseñaba encajaba a la perfección con la música pop, la libertad sexual y la rebelión.

   Quizá solo por provocar, Quant respondía a las críticas diciendo que el buen gusto es la muerte, la vulgaridad es la vida. Es una de mis frases de cabecera que suelo desempolvar cuando soy criticada por vestirme de un modo que se supone de mal gusto o inadecuado para mi edad. Porque para mí y para todas las mujeres dominantes, como decía Mary, sigue siendo muy importante correr riesgos.


We want Quant.







Extraído de:

https://www.lanacion.com.ar/2216525-mary-quant-dama-rebelde-moda

Francia Fernández

3 comentarios:

  1. Se respira tanta libertad en las mujeres viendo estas imagenes y a la vez es todo tan tan femenino...es nostalgia o estamos retrocediendo?
    Gran post Mistress.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estamos retrocediendo..ACELERADAMENTE

      Y las mujeres son (somos) las grandes culpables de ese retroceso

      Eliminar
  2. La semana pasada, Mary Quant dejó este mundo. Me siento feliz de haberle hecho este homenaje.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...