lunes, 9 de octubre de 2023

La revancha de las bimbos

    Ser feminizados es una fantasía erótica favorita para muchos hombres pero en realidad no conoce restricciones de género. También una mujer biológica puede ser feminizada, aunque suene como un oxímoron o directamente como una provocación para el feminismo, siempre tan susceptible a encontrar resabios patriarcales en cualquier conducta.

   La bimbo es un tipo de feminización que lleva a una mujer al nivel de una caricatura sexy. Casi siempre rubia, de tetas grandes diseñadas mediante implantes de siliconas, siempre divertida y fiestera, hipersexualizada en sus modales, maquillaje y vestimenta, la bimbo es el estereotipo perfecto de muchas fantasías masculinas que provoca escozor y críticas feroces en las feministas porque la bimbo es deliberada y escandalosamente superficial y tonta (lo que contribuye fuertemente a su sex appeal).

   La bimboficación de una mujer es el equivalente a la sissificación de un varón porque se basa en la construcción artificial de conductas y apariencias que responden a un estereotipo socialmente condenado. De hecho, muchas travestis se inician buscando imitar el estereotipo bimbo, tan atractivo para ellas desde lo sensual - fetichista como desde lo psicológico. Las bimbos suelen autoproducirse como tales para su propia diversión, para prostituirse o simplemente como parte de una personalidad.


Las bimbos no siempre nacieron mujeres



   El rastro de la bimbo originaria nos lleva a las legendarias starlets del cine de los años cincuenta: a las sirenas como Marilyn Monroe y Jayne Mansfield que fueron construidas por la maquinaria de Hollywood para vender una imagen sexy de las rubias divertidas. Pero fue en los años noventa cuando el prototipo de la bimbo se impuso a fuerza de una combinación de bustos siliconados y sexualidad desenfadada, con Pamela Anderson y Anna Nicole Smith como rutilantes modelos bombas a nivel mundial.


Anna Nicole Smith


Pamela Anderson


   Muchas chicas que deseaban consagrarse en el porno, la fotografía erótica, la prostitución de alto nivel o simplemente buscaban sus cinco minutos de fama, imitaron el modelo de la bimbo, en alguna o en todas de sus formas. Programas televisivos las exhibían como llamativos fenómenos de circo mientras ellas contaban con lujo de detalles sus tratamientos estéticos, sus romances con actores o futbolistas y exhibían sin tapujos una inocente frivolidad que contradecía la sexualización de sus cuerpos. Algunas pagaron (y siguen pagando) un alto precio en su salud por el abuso de sustancias o la irresponsabilidad de los médicos y cirujanos que las trataron: incluso perdieron sus propias vidas. Así fue como la imagen de la bimbo y el propio uso del término se fue cimentando en la conciencia social contemporánea como un factor negativo más que una fantasía sexual. Bimbo era una palabra peyorativa. Casi un insulto.



La modelo erótica Sarenna Lee imitando a Marilyn



   Me sorprendí mucho cuando me enteré que a través de las redes sociales, chicas jóvenes de hoy se reivindican a sí mismas como bimbos, revalidando el término como una opción tanto desde lo estético como desde lo sexual. De acuerdo a los nuevos tiempos, las chicas bimbos son ferozmente independientes y exhiben un estilo de vida en donde reina una hiperfeminidad que recuerda vagamente a una pinup modernizada, con acceso a toda clase de maquillajes y rellenos de colágeno.

   Este es un ejemplo del fenómeno que ocurre cuando un término históricamente despectivo con el que se pretendía avergonzar a un grupo de personas se reforma culturalmente y cambia su significado. Las chicas ya no abordan la palabra bimbo desde la perspectiva negativa de ser juguetes sexuales para fantasías masculinas. Ser bimbo, como ser sissy, marica, queer, puto y tantas otras más, son distintas caras aceptadas dentro del amplio mundo de la diversidad sexual. La apropiación del término transmite poder y seguridad en lugar de vergüenza y rechazo.

   Chrissy Chlapecka es una chica norteamericana que creó su cuenta de TikTok en el 2019 y ha acumulado más de cuatro millones de seguidores. Para Chrissy, una bimbo es una chica que quiere celebrar y apreciar su propia hiperfemineidad. Chrissy se presenta como una Barbie real y toda su apariencia es bimborosa, mágica. Pero detrás del maquillaje, las largas pestañas y las uñas imposibles, Chrissy se muestra ingeniosa e inteligente. Para empezar, ella y muchas otras como ella han montado su propio negocio online a partir de su condición de bimbos estereotipadas al extremo. Y les va muy bien. Parece que de tontas, estas chicas no tienen nada. Muchas feministas que viven teorizando sobre el lugar de poder que les debería corresponder a las mujeres en la sociedad actual deberían prestar atención a lo que una jovencita bimbo es capaz de lograr hoy gracias a una webcam.

   En el cine erótico, también la bimbo dio una vuelta de tuerca a su propio estereotipo. Las bimbos ya no son tontas tetonas decorativas, son heroínas con trajes fetichistas que protagonizan fuertes escenas de acción. No son las chicas estilizadas y atléticas según el modelo de Wonderwoman o Catwoman sino escuadrones de rubias con licencia para matar y un indisimulado aire a dominatrices sádicas con escotes a punto de explotar. Estas escenas de Blonde Squad, del 2014, sirven como ejemplo de todo un género.





   La bimbo del siglo XXI es una mujer con alta autoconfianza en sí misma, que ama su propia versión de la femineidad y la sexualidad y que está dispuesta a utilizarlas para su propio provecho sin rendirle cuentas a nadie y sin responder a ningún llamado moral que no sea el suyo propio. Una verdadera revancha bimbo.




8 comentarios:

  1. Una dia yo quiero convertirme en una bimbo especial

    p
    x

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    Respuestas
    1. Me gustaria que me cuentes tus fantasias en detalle. Amo a las bimbos

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    2. Muy interesante ,la bimbo fue y es parte de lo mejor del imaginario erotico
      atentos saludos
      Comm

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    3. Es un estereotipo condenado y excitante a la vez.

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  2. Creo que nos define a las sissys a la perfeccion. Todas quisimos o queremos ser bimbos, aunque no sepamos lo que bimbo significa

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  3. Decirle a una chica que es una bimbo es como decirle a un chico que es una marica, lo peor de lo peor. pero como muy bien indica Mistress, algo está cambiando y además como decía Alaska "a quien le importa?" Que ladren, nosotras cabalgamos. Besos

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