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Angelina Jolie, maléfica y embrujada |
El romanticismo
entroncado en lo misterioso nos ha excitado a las mujeres desde siempre,
incluso en aquellos tiempos antiguos en donde las desprevenidas damiselas se
encontraban de pronto excitadas, en medio de pulsiones indescifrables
provocadas por la lectura de las novelas que insinuaban placeres y situaciones
que aumentaban el tabú de lo prohibido y
condenado. Y qué va si en lugar de señorita eras varón pero con húmedos sueños
de transformarte en muñeca porque no es nada nuevo soñarse con el vestido y la
lencería de la hermana o la prima mientras un gran macho de cara desconocida o
enmascarada te hace puta en una noche en la que el viento vuela en las cortinas
del dormitorio y los perros del barrio parecen transformarse en lobos aullándole
a la luna llena.
Halloween siempre
fue el expiar los espíritus malignos del deseo amatorio. Más tarde llegarían
los psicólogos a explicarnos aquello de la histeria y del útero vacío y después
las pantallas de cine con las historias de las malvadas de Disney; desde la ancestral
tentación de la manzana ofrecida a la inocente y adolescente Blancanieves hasta
el fetichista zapatito de cristal que te lleva sin escalas de esclava
cenicienta a princesa redimida y triunfante. Hay acaso una experiencia más
sissy que la historia de Caperucita? La
niña inocente vestida de rojo con los zoquetitos blancos y la canasta, eligiendo
la tentación del camino corto por el bosque en donde espera el lobo. Cómo se
hace para no sonreír imaginándola como un anticipo lujurioso de tantas nenas trans que hoy se ponen por primera vez los
tacos altos y caen en la sensual tentación del camino corto, de la pecaminosa vida fácil.
Erase una vez
una endiablada francesa, Gabrielle-Susanne Bardot de Villeneuve, quien en 1740
excitaba la imaginación de las damas de la alta sociedad parisina con la
historia de su descontrolada Bestia rugiente en un castillo demoníaco y una
inocente Bella que aceptaba el desafío de avanzar hacia la tentación de donde
ya no hay retorno. Y fueron los hermanos Grimm en 1812 en los Cuentos de la Infancia y el Hogar,
quienes dieron forma a la villana exquisita, la malvada de las malvadas, con su
capa negra y su poder maldito que tanto nos excitó hasta que finalmente la
industria Disney comprende que nada puede detener a ese sex appeal de siglos y
nos regala a una Angelina - Maléfica bicorne, alada y poderosa, torturando a un
pobre tonto que se cree rey pero que no es otra cosa que esclavo de sus temores
y que intenta en vano demorar el destino del Fem - power que cae sobre él, vengativo e irremediable.
Para qué seguir
buscando una explicación a nuestras pulsiones si desde hace generaciones que
vivimos tentados por las brujas, las villanas, las malvadas y sus poderes? Que mejor entonces que aprovechar
la fecha para ponerte la capa de cuero o vinilo, travestir a tu Caperucita,
atar el lobo a tu cama, ponerte los guantes largos de Bella para bailar el vals
con tu Bestia rendida ante el poder de tu seducción o subirte a los tacones, esta
vez no de cristal pero sí de acrílico, los tacones que tienen el poder mágico
de elevarte de triste cenicienta sometida a deslumbrante princesa stripper. Qué mejor que regalarte a vos
misma una noche mágica...una noche para gozar del poder liberador y sádico que
nace de tu desatada sensualidad femenina, una noche para darle alas a tu
Maléfica interior.
Y ustedes...niñas y niños adultos.... qué
monstruosa y bella bruja sacarán a pasear en este Halloween?
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Caperucita Roja por Al Rio |
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Blancanieves por Al Rio |