En mi chat de Facebook , muchas de las veces que estoy conectada para charlar con mis amigas, me
aparece casi de la nada, como escondido entre las teclas, algún sumiso que se me
ofrece como valet. Vuelvo a ser honrada con un varón sumiso que me
ratifica la importancia de los ornamentos sacramentales de una Dómina a los
que siempre llamo Ornamentos de la Profana
Hermandad. Dichos ornamentos no tienen voluntad propia pero estoy
convencida que poseen un espíritu. Son una fiesta previa a mi fiesta. A través
de los fetiches...el sumiso idealiza a una Dómina? O soy yo una realidad de
mujer femenina que en medio de sus sueños le posibilita estar envuelto en la
atmósfera fetichista que rodea a una sádica vampiresa?
Aunque parezca mentira, les cuento que
muy escasas veces (dos o tres por año, no más) voy de compras. El vestidor
fetish lo fui armando con el tiempo, aprovechando oportunidades o durante
viajes, recorriendo al pasar por boutiques vintage y así fue creciendo y puliéndose.
Vestidor es la palabra correcta desde la arquitectura pero a mí me encanta la
palabra armario, porque me suena a armadura;
es más romántica, trovadoresca, ritual. Hace muy poco, postée un calendario con
propagandas de lencería antigua, verdaderas delicias de fetichista y joyas de
crossdresser, a la que bauticé como El armario de la abuela. Hoy quiero darles un pantallazo de lo que es mi
propio armario.
La ropa elegante y fetichista no es una
acumulación de items o un revoltijo de texturas. Las mujeres no se dan cuenta
de lo mal paradas que quedan cuando frente a un evento, fiesta o salida se
hacen la eterna pregunta: Qué me pongo?
frente a un sinfín de trapos color beige, color gris o color nada y encima suelen
incomodar con la pregunta a un marido vainilla muy poco concentrado en el
compromiso de salir o bailar sin ganas porque sabe qué no va a ser seducido por
nada de lo que ella use.
Colecciono la revista Vogue versión española. A duras penas
me llega con dos meses de atraso por culpa de las malditas leyes de aduana de
este pais. Pero llegan. En ella me inspiro, no sólo para vestirme sino muchas
veces para componer la música fetish de
este blog. Mi armario sigue un estilo,
es actual y clásico al mismo tiempo pero en cada objeto hay un básico o un
fetiche de dominatriz. Las prendas luego de ser usadas son lavadas y
restauradas colocándolas en su lugar asignado por mi sumiso marido. La paleta de
colores es un arcoiris de violetas, negros, azulados metálicos, blancos, rojos
pasión, carmín, malbec, verde poison ivy, dorado cobre, plata y peltre,
aderezados por cuero, encaje, charoles y tachas por doquier. Hay muchas remeras
de comiquería y estampas rockeras, por todos lados resplandecen Madonna, Jessica
Rabbit, Marilyn y Bettie. Hay demasiado animal print leopardo porque me gustan
los excesos. En las cajas están los sombreros vintage, los operagloves de raso y encaje, las boas de plumas de diferentes
colores, los foulards de seda y gasa.
Tengo un lugar destinado a las micro minis, otro a las kilt escocesas y otro a las faldas de terciopelo y chiffón. Los percheros de las blusas
brillan con la seda, el lamé y la lycra.
Colecciono chalecos sin manga de cuero
y/o piel. Cuelga por ahí alguna que otra corbata de seda, varias estilo Zatanna. Una caja donde alguna vez vino una cartera
Jackie Smith guarda las fajas de cuero y tachas, un cajón guarda los cinturones
y otros tres, las medias, diferenciadas en diarias, de noche y burlesque. Tengo
cuatro pares de anteojos o gafas de sol (me gustan especialmente los de Teresa Calandra) y a la vista
resplandece la caja de mi DKNY Delicious
Night más otro perfume más urbano que por lo general es Givenchy, Lancome o
Elizabeth Arden. Atesoro un buen stock de DKNY porqué sé que Donna ya no lo
hace más (maldito marketing). Sobre una antigua cómoda de estilo guardo en
diferentes cofrecitos la bijou y la
joyería: aros, pulseras de metal y brazaletes, desde Swarovski y strass hasta
acrílico y metal. Los anillos son grandes, con me gustan con incrustaciones de
acero y piedras.
Otro día me referiré a los zapatos y las
botas. Pueden leer en esta entrada
un homenaje a mis primeras botas fetish. En esta otra, lo que las carteras significan para Mí. En mi dormitorio no
me gustan los adornos, estatuillas, ni nada por el estilo. El adorno es la
mujer misma, soy yo misma, la muñeca soy yo, el vestidor soy yo. Cada día es un
paño en blanco en donde combino mis ornamentos para hacer de una mujer una obra
única de arte Femdom.
Roxy....excelente descipcion de ese "armario" tan fetish!!!
ResponderEliminarMe deleite imaginando cda uno de sus rincones con tus preciados tesoros de ornamenta!!
Soy capaz de percibir esa sensacion que recorre tu interior cuando cada dia, sobre esa hoja en blanco que somos todas las mañanas, elegis que ponerte...
Es unica!!!...doy fe!!!!
Te mando un super beso!!!
Es tan, tan hermosa la femineidad que sigo sin poder comprender como tantas mujeres la rechazan. Qué mecanismo de represión frustrante debe operar para que pudiendo gozar de su condición de mujer, se nieguen a hacerlo.
EliminarNi que decir tiene que gozaria como una perrita pudiendo disponer de semejante armario Mistress. Besos.
ResponderEliminarMmmmm...mi preciosa perrita, venga con su Ama...
EliminarBueno buenoooo, por favor, lo que daría por tener tan solo la mitad de lo que tienes... uff. La verdad es que sería como estar en el paraiso poder lucir cada día cualquier trapito de lo que describes, todo maravillossso.
ResponderEliminarBesitosss
Es delicioso realmente. Y compartirlo los juegos de la femineidad con una sissy, es el sumum del placer. Un beso, mi preciosa Merce
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