…..puta barata, no me darian dos pesos si te pongo en la esquina a vender tu culo, la próxima traeme a tu novia porque vos servís para divertirme y nada más, a que te afeitas los pelos de las manos por pajero, no mereces ni una brisa de Mi fusta….
Pocas cosas me excitan más
que la humillación verbal. Pero no soy la única que se excita cuando
humillo. Me consta que muchas veces estas expresiones duras, denigrantes, tal
vez soeces, pronunciadas con la entonación femenina adecuada y en el momento y
lugar correcto funcionaron como el mejor Viagra
sobre mujeres y hombres de alto nivel social y de gran calidad humana a las que
hoy quiero rendir homenaje.
Recuerdo en particular una sesión
espontánea, tiempo atrás (fiesta mixta con crossdressers, travestis y chicos
solos en una disco swinger) en donde un muchacho al que estaba sometiendo, en
un momento de pasión me dijo, con voz temblorosa, Señora, de verdad me
va a poner una bombachita? Horas después, ya en mi guarida, conversamos con
mi esclavo marido sobre este prejuicio tan extendido en donde se cree que
la feminización es sinónimo de humillación cuando para muchos es todo lo
contrario: la exaltación de lo femenino por parte de aquellos que nacieron con
cuerpo de varón y que representa lo máximo en poder erótico y sensualidad. No
me sentí muy humilladora sádica que digamos después de aquella charla pero siempre
reconocí que en aquel prejuicio anida gran parte del placer.
Alinari (a.k.a. Smooth Circe)
escribió una vez que ser mujer es algo tan bello y erótico que no podía ver
ninguna condición humillante en la feminización. Ella insistía que en la feminización
no buscaba la humillación sino la perfección porque no estaba dispuesta
a tolerar una versión grotesca de su género. Irónicamente, Alinari
agregaba.. lo mismo le pasa a muchas que se tapan el agujero
poniéndose penes de plástico como si hubiéramos nacido castradas. El dildo es
un implemento maravilloso para jugar, pero no es algo que nos
falta! En cambio, Niní, mi amiga sissy y compañera de
largas noches Femdom, ha escrito muchas veces con brillante claridad que
prefiere gozar de la humillación, del efecto de querer aparentar femineidad
sabiendo que no podrá hacerlo y así fracasar cayendo en el ridículo, lo que es
también a su manera un poderoso motor de la sexualidad y la fantasía fetish
desde un punto de vista que yo clasificaría como típicamente masculino.
Mis gustos sexuales en feminización se
mueven entre ambas posiciones. Me gustan las dos, depende del ambiente y de la
materia prima que tenga entre manos. Cuando feminizo a un muchacho quiero y
deseo sentir, saber y pensar que la partera le gritó a su madre es un varón.
Pero seducir lentamente a una chica cross que viene a la fiesta con ínfulas de
reina de la noche y llevarla de la mano como a una muñeca, mi muñeca, ofreciéndola
a todos los placeres incluido el más dotado de los chongos disponibles para,
ahí sí, tratarla de puta arrastrada y oír cuando me confiesa su Sí Señora,
quiero ser Su puta!… ah, eso sí que es música para mis oídos. Es que la
humillación verbal es una intensificación del morbo a dos voces. Una voz es la
Mía y la otra es la del sumiso, que consigo sacarle bien desde adentro. Un
dúo hedonista. Esta teatralidad siempre supera los límites de cualquier
sesión o dungeon porque se graban en el inconsciente. Es como el cuckolding:
una vez concretado, no hay vuelta atrás en tu mente. No es una técnica mecánica
de sometimiento. Si él aprende conmigo a hallar placer dentro de mi juego, una
parte de su sexualidad siempre estará bajo mi pulgar. Y me encanta esta
frase tan rollingstoniana en un día como hoy, 18 de diciembre, en que festejo
el cumpleaños setenta de Keith Richards.
Me consta que muchos sumisos se
sumaron con cierto temor a mi playroom de placeres verbales pero que a
la mayoría les encantó. Este estilo de sadismo entroncado en lo psicológico es
mas hard que el BDSM clásico, que el torbellino de aplicaciones para
masoquistas. Yo arriesgo mucho porque la gracia del juego se basa en la
espontaneidad y en lo inesperado, en lo no consensuado, pero
también sé que una sobredosis de palabras o de significados me vuelve burda y
me quita toda la magia seductora con la que intento someter a mi víctima. Pero
vale la pena correr ese riesgo si lo que me interesa no es domar a un potro
desbocado sino hacer boquear de placer a su muñeca interior, más sutil, más
romántica, que lucha por florecer en una primavera de radiante espíritu sumiso.
Entonces, mi lengua humillante será el mejor látigo para flagelar su
masculinidad al mismo tiempo que voy saboreando las primeras gotas del néctar de dulce miel que va destilando su femenina putez.
Que buenos que son todos tus relatos, exelentes
ResponderEliminarSoy un esclavo que perdió ya la necesidad de expresar su virilidad a Mi Dueña ya que para ella feminizarme es su deseo mas fuerte.
ResponderEliminarA sus pies.
Mistress. Como siempre te superas a ti misma. El mayor organo sexual es el cerebro, y por mediacion de los sentidos, el habla, las posturas, las miradas, hacen a veces mas que un castigo. Hablar al oido, con voz serena y autoritaria, te hacen sentir la mas humillada de las sissies. Una mirada, un dedo señalando, te hacen sentir la sumision mas profunda dentro de ti.
ResponderEliminarSaluditos
Pepi
Yo creo que la feminización no es sinónimo de humillación, sino de perfección.
ResponderEliminarEmular a una mujer,ser y expresarte como una verdadera dama es el mayor placer que una puede vivir en este mundo tan caótico.
Si un hombre va a una sensión de sado, irá por el morbo de verse humillado, pero no por que le obliguen a vestirse de mujer, ya que a la gran mayoría les encanta aunque no lo digan en público. Sino echen un vistazo en los carnavales, la mayoría aprovechan para "disfrazarse" de mujer.
Una vez más querida Roxy me ha encantado tu artículo. Aprendo tanto contigo, que es un gusto leerte!!!
Besitosss
Otro fino comentario, del que se puede aprender un poco más sobre la femenización y el poder del lenguaje. Por eso nuevamente muchas gracias por ilustrarnos con cada nueva publicación.-
ResponderEliminarAy Roxy! tengo que agradecerte por esta columna, cargo mis pilas femdom y me recordó el inmenso placer en humillar y degradar, me hace sentir poderosa y cargada de sexualidad, bella y sádica. Que placer y que ganas de repetir escenas de humillación y feminización forzada en mis sumisos, como me prende el saber que así como puedo hacer que sean penetrados físicamente por "chongos" también son la humillación puedo penetrar su mente. Gracias!
ResponderEliminarHay gente que piensa que cuando una sissy quiere ser humillada en el fondo está despreciando a la mujer y que asocia lo femenino a lo humillante y degradante cuando es todo lo contrario. El sissy ve en la mujer lo perfecto, lo bello, lo divino, lo inalcanzable. Y de ahí que disfrute de la huillación verbal o física de saber que nunca podrá alcanzar esa perfección por más que lo intente y sea la esclava más docil y obediente del mundo. Porque en el fondo esa es su misión, ser la dócil sierva de cualquier mujer orgullosa de su sexo y de su condición femenina.
ResponderEliminarChicas, despues de leer sus comentarios, me siento tan halagada y feliz. Haber podido transmitir lo que siento y lo que creo. El placer de la feminizacion no es mas que el placer de la femineidad.
ResponderEliminarMistress Roxy! hoy encontré tu blog y me encantó! También soy AMA y me identifico muchísimo con tus palabras.. para mi la feminización también es de perfección, pero porque considero que hombres y mujeres, llevamos ambos roles -masculino y femenino- ..cuando feminizo a mis sumisos, creo que sienten lo que yo al usar el strapon, que me siento completa. Soy todo y nada. ...pero también disfruto humillar, pero más bien, insultando el intento de llegar a la perfección de ese rol femenino..
ResponderEliminarBienvenida MISTRESS SAM!!!
Eliminarfeminizamos, ellos se emputecen y NOSOTRAS nos divertimos!
Realmente disfruto con la humillación verbal, de igual forma que con la feminización y las fantasías más bestiales asociadas a Ella. A mi me encanta la lencería fina, los tacones, los vestiditos, el maquillaje, todo ese halo de erótica feminidad que lo envuelve. Y cuanto más recargada, más putita, más maquillada, con pestañas y uñas postizas voy, más me pongo. No lo veo como una humillación en sí, sino que me transformo. Y gozo transformándome en lo que soy, aún sin estar vestido para ello.
ResponderEliminarQue bueno volver a leerte, servus!!!
EliminarGracias por tu comentario, tan atinado y erótico a la vez!
Creo que la humillación verbal es un arte complejo. Pero hay Amas que intuitivamente dominan este arte con el que consiguen hipnotizar, a veces profundamente, al sumiso. Y pienso que especialmente las Amas nativas del signo de Leo están dotadas para esta tarea.
ResponderEliminarPorque es cierto que no ofende quien quiere sino quien puede y, para denigrar de verdad, hay que saber localizar perfectamente los puntos vulnerables de la víctima.
Se trata de ir midiendo las respuestas que voy recibiendo y de ver hasta donde puedo ir avanzando sin que el estado de encantamiento se rompa. Hay veces que los insultos más soeces funcionan muy bien y hay veces en donde conviene ir muy lentamente y suave.
EliminarSiento que hay algunas entradas que leí más de una vez, que solo ahora puedo disfrutar completamente. Esta es una de ellas, Mistress Roxy. Es hermoso leerla aquí, sintiéndome tan emputecida.
ResponderEliminarVeo a la travesti del dibujo, toda de blanco, ofreciéndose en una esquina y me identifico totalmente. Me gusta volver a ver algunos de los videos de Su Escuela Sissy. No tengo que hacer ningún esfuerzo para identificarme con mujeres que se ofrecen, me siento muy puta y me encanta.
Así como Usted comenta aquí la oscilación de Sus gustos en cuanto a feminización, también puedo descubrir en mí, dos vertientes distintas de placer, en haber sido completamente pervertida por Usted, Mistress Roxy.
Uno de los placeres, lo conocía relativamente, sobre todo en mis fantasías. Es el de rendirme ante una mujer dominante. Aunque nunca lo había experimentado ante una verdadera Sádica como Usted, Mistress Roxy, ni en esta deliciosa versión de ser feminizada.
Pero nunca hubiera soñado hasta qué punto me gusta sentirme puta. Releo todo lo que escribí y me siento algo avergonzada de expresarlo tan repetidamente. Pero no quiero corregirlo, al contrario. Porque eso es lo que quiero expresar a los gritos: LO PUTA QUE SOY.
Comprendo perfectamente lo que dice aquí, aunque no se trate exactamente del mismo tipo de situación. Las cosas vividas con Usted, Mistress Roxy, están completamente internalizadas en mi inconsciente. Aunque en el texto se refiere a una teatralidad sonora que no experimenté, en mí caso la internalización es mucho más profunda. Son meses y meses, ya más de un año, en los que Usted, Mistress Roxy, va dejando Su huella cada vez más marcada en mí interior. Siento que ya fui completamente pervertida por Usted y que quiero serlo cada vez más.
Hay momentos en los que no puedo creer hasta qué punto se apropió de mí, hasta qué punto me controla y manipula cada vez más fácilmente. Siento que ya conoce de memoria las cuerdas que debe tocar para transformarme en Su juguete. Y me siento completamente bajo Su pulgar. Me encanta adorarla, me encanta si mi humillación la divierte, me encanta ser Su esclava. Disfruto enormemente de vivir una escena entre sissies ante Su mirada, Mistress Roxy, transformarme en mariquita y puta, solo para divertirla. Y descubrir luego, lo real que siento el juego, esa puta que sale desde adentro, la siento más real que a mí ser cotidiano.
El final de Su posteo, Mistress Roxy, es maravillosamente poético y profundo a la vez. Me siento completamente identificada. Siento como hace boquear de placer a mí muñeca interior. Siento a mi femineidad luchando por florecer. Siento Sus humillaciones flagelando mi masculinidad y deseo que la haga desaparecer por completo, que no quede en mí, más que femineidad emputecida. Siento que mí femenina putez se adueña de mí ser y lo disfruto enormemente.
Completamente puta y travesti para Usted, Mistress Roxy. Para que me prostituya como lo desee.
Princesa de Sodoma
Cada vez estas mas caliente Princesa. Llevas la bandera de Sodoma con todo el orgullo de quien sabe segura de cada paso. Gracias por volver a poner a mi vista esta vieja columna que me recuerda de noches vividas con pasiones y muñecas de todos los sexos
ResponderEliminarMi fantasía es que un Ama me esclavice forzándome a travestirme y prostituyéndome como esclava sexual travesti. Y para lograrlo utiliza el blackmail.
ResponderEliminarFantasia fuerte la tuya. Me pregunto como lo vivirias si se hiciera realidad
EliminarNo sé cómo lo viviría. Sé que no es posible realizarlo. Creo que lo viviría bien porque sería como alcanzar una fantasía muy importante. Tendría que conocer a un Ama capaz de hacerlo y que lo hiciera con placer, que gozara esclavizando a un hombre hasta ese nivel. Ojalá yo pudiese conocer Amas así.
EliminarEsas Amas existen pero obviamente manejan sumisos de muy alto nivel economico. Pero que existen, existen. Ahora, volviendo a tu punto, podrias intentar algo intermedio con alguna mujer que conozcas que tenga la mente amplia para explorar fantasias
EliminarLo dijo como si usted supiera que yo no tuviese un muy alto nivel económico. ¿Acaso sabe quién soy? Eso sería interesante. A una fantasía de ese tipo, prefiero vincularla exclusivamente con una mujer a la que yo no conozca antes de ser mi Ama, con la que no tenga lazos afectivos amorosos ni fraternales ni amistosos. En general la realidad es una resistencia para la fantasía y es interesante cuando la imposibilita; tal vez sea su mejor conclusión.
ResponderEliminarUna vez lei, referido a un tema parecido, que la realidad no tiene contacto con la fantasia pornografica. Por eso, justamente, existe la fantasia pornografica. Como mujer, se me hace dificil de comprender el desear algo que nunca podré concretar. Pero que existe, existe.
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