Londres, 9 de mayo de 1726. Tres hombres (Gabriel Lawrence, William
Griffin y Thomas Wright) mueren ahorcados en el patíbulo de Tyburn, en la actual
esquina nordeste de Hyde Park, el lugar en donde hoy se alza el Marble Arch. Qué delito cometieron para merecer tal condena? Sodomía; una práctica sexual que merecía la pena
capital de acuerdo a las leyes de la época (Buggery Act, 1533). El juicio
comenzó en febrero del mismo año cuando los agentes de la Sociedad para la
Reforma de las Costumbres allanaron la casa de Margaret Clap, en donde
funcionaba un burdel. Cuarenta personas fueron arrestadas, incluida la propia
Margaret, que también moriría ese año.
Que clase de burdel regenteaba Margaret Clap?
Muchos de los concurrentes a la casa de Margaret Clap eran mollies, término que
en el argot londinense del siglo XVIII significaba effeminates. La casa de
Margaret Clap era una mollyhouse. Documentos de la época afirman que
las mollyhouses no eran exactamente prostíbulos tal cual los entendemos hoy sino
puntos de encuentro clandestinos de una comunidad travesti londinense. Margaret Clap actuaba más como anfitriona y coordinadora de encuentros que como madame y las mollies la llamaban afectuosamente Mother Clap. Un testigo en el juicio que concluyó con la condena y el ahorcamiento afirmó lo siguiente
Encontré entre cuarenta o cincuenta hombres haciendo el amor unos con
otros. Algunos estaban vestidos de mujer y se sentaban en las faldas de los que
estaban vestidos de hombre, besándose de manera lasciva y usando sus manos
indecentemente. Luego se levantaban, bailaban e imitaban las voces de las
mujeres. . . . Entonces se abrazaban y salían por parejas a otra habitación en
el mismo piso para casarse, como ellos lo llamaban.
Las mollies integraron una subcultura sexual extremadamente ritualizada, llena de códigos y ceremonias. En sus sesiones, se excitaban adoptando una personalidad
femenina, llevaban un nombre femenino e imitaban los modales de las damas elegantes de la época. La mollyhouse era un centro clandestino de reunión donde se
desarrollaba una intensa vida social y comunitaria que iba mucho más allá del sexo homosexual. Se celebraban matrimonios entre las mollies y sus amantes masculinos, para formalizar su
compromiso. Pero el ritual más extraño en las mollyhouses era el simulacro de
nacimiento. Rodeadas por mollies amigas que actuaban como damas de compañía entre las cuales una oficiaba de partera, una molly fingía dar a luz frente a su esposo. Una muñeca vestida de bebé
era luego presentada ante las asistentes como la hija o el hijo de la pareja y todos los asistentes felicitaban a la flamante madre.
Cuando mis obligaciones me lo permiten, me gusta concurrir los miércoles a la noche a Class, una disco swinger de Buenos Aires. La noche del miércoles está armada especialmente para crossdressers y travestis. Para ellas, la pista de baile y los reservados se vuelven una pasarela de sensualidad y sexo en versión drag. Me divierte verlas cuando hablan, caminan y bailan
intentando imitar al estereotipo glamoroso de lo que ellas asumen que es una mujer
seductora. Algunos testimonios que recolecto cada noche que comparto con ellas pueden resumirse en: Lo más excitante es entrar al baño de mujeres, orinar sentada y después pintarme los labios frente al espejo o Lo que más me gusta de este lugar es la escalera, para subirla y bajarla con tacos altos varias veces en la noche o A mí me gusta salir de casa con la peluca puesta, arreglada y maquillada, tomar un taxi, entrar a la disco y dejar mi abrigo y mi cartera en el guardarropas como hacen las mujeres.
Tanto en el siglo XVIII como hoy, los hombres que fantasean con ser mujeres necesitan ritualizar el comportamiento femenino de acuerdo al medio en que viven. El placer de ser femenina siempre implica cumplir con una construcción social. A un océano de tiempo y distancia de la Londres de Margaret Clap, cuando las sissies se visten de mucamas y asumen un rol servicial y subalterno frente a Nosotras, las mujeres biológicas, están caminando sin saberlo por la misma ruta que delimitaron aquellas mollies que se excitaban fingiendo un trabajo de parto.
Tanto en el siglo XVIII como hoy, los hombres que fantasean con ser mujeres necesitan ritualizar el comportamiento femenino de acuerdo al medio en que viven. El placer de ser femenina siempre implica cumplir con una construcción social. A un océano de tiempo y distancia de la Londres de Margaret Clap, cuando las sissies se visten de mucamas y asumen un rol servicial y subalterno frente a Nosotras, las mujeres biológicas, están caminando sin saberlo por la misma ruta que delimitaron aquellas mollies que se excitaban fingiendo un trabajo de parto.
Hoy no quedan rastros de la mollyhouse de Margaret Clap. Esa manzana de casas fue demolida para construir el
viaducto de Holborn, que une la zona de los estudios de abogados de
Chancery Lane con el barrio de la catedral de St Paul. Un corto callejón
cercano al viaducto se llama Cock Lane. Será casualidad? No lo creo.
Como me gusta aprender de sus artículos Mistress, Mollies...me gusta el termino. Recientemente viendo la serie Taboo de Tom Hardy uno de los personajes va a un burdel especial como el que usted cuenta y tiene todas las caracteristicas que detalla. La serie se desarrolla en esa epoca, asi que supongo que se habran basado en lo que usted relata aquí y que una vez más agradezco conocer como buena molly que soy jiji... Besos Mistress.
ResponderEliminarGracias por tu interesante aporte, como siempre, gerita.
ResponderEliminarMolly gerita suena muy bien.