Es una cosa maravillosa encontrar en la propia y honesta mujer las delicias sensuales que generalmente se encuentran sólo con libertinas o con prostitutas.
Leopoldo Sacher Masoch
Renuncia a esa estúpida pequeño-burguesa idea, poco valiosa en ti, que es malo traicionar a tu esposo y tener otros amantes cuando tengas ese deseo.
Leopoldo Sacher Masoch
En
el adulterio Femdom, todas las definiciones nos hablan de una naturaleza
salvaje en donde la hembra busca el macho más potente y mejor dotado para
aparearse con él. Los amantes se llaman studs (padrillos, potros sementales) o bulls (toros) mientras que el
marido cornudo es el cuckold, la denominación inglesa para una especie de ave que suele criar en
su nido a hijos que no son propios. Las definiciones no son para nada técnicas:
nos golpean de lleno en lo animalesco, en lo primitivo y nos remontan al
milenario temor del macho humano a ser engañado por la hembra que encuentra el
placer sexual en un competidor.
En
la alternativa opuesta al cuckolding, el adulterio del hombre
es consentido por una esposa sumisa que se llama cuckquean. Su escasa
relevancia pone en evidencia que la raíz del juego del adulterio reside en un tabú que en el caso de las cuckqueans no existe. No hay tabú y no puede haberlo
cuando las esposas han consentido a las amantes de sus maridos durante siglos y cuando solamente las mujeres podemos asegurar que el hijo que parimos es nuestro.
El cuckolding se caracteriza por la actitud sumisa del marido ante los deseos de su
esposa antes, durante y después del acto sexual adúltero. Cuckolding no es
poliamor, swinging o pareja abierta, todas formas de sexo no monogámico en donde los integrantes de la pareja
coordinan su vida sexual desde un plano de igualdad. Hay un
componente de humillación en el cuckolding: debe existir un carácter sometedor por parte de
la mujer casada y en ese sometimiento viven y prosperan las sensaciones de placer. Esa humillación no suele ser tal en la realidad; es más bien una
sensación vista desde el afuera porque todos los maridos cuckolds que conocí (empezando por el mío) están orgullosos y felices de su condición. Ellos aman a sus tigresas, las acompañan en
sus correrías y están siempre listos a brindarle todo lo necesario para que
ella disfrute libremente de todos los amantes que desee tener.
A
nivel fantasioso, el cuckolding suele emparentarse con la sissificación. Para
un marido cornudo, el ser obligado a presenciar el coito del stud con su esposa
mientras está vestido de mujer, refuerza la humillación y la destrucción de su
imagen viril. De la misma forma, el uso de dispositivos de castidad masculinos
que extienden el celibato del marido, explotan al máximo el desprecio por su
aptitud para el coito.
En
mi caso, disfruto con mi marido sumiso de la sissificación pero solamente en la
intimidad. No mezclo cuckolding con sissificación. En mis prioridades de esposa cuckoldress, él debe cumplir una función
práctica como custodio, sirviente y chofer porque para eso lo necesito. Tampoco me interesa ponerlo en castidad pues jamás me privaría del sexo amoroso que él me brinda. El
único ritual que exijo luego de un encuentro es una larga sesión de sexo
oral para que él sienta con su lengua el aroma del condón que usó el stud.
Estas son mis definiciones de lo que es y no es el adulterio Femdom.
No son definiciones redactadas desde un punto de vista moral, al estilo de los
clásicos decálogos del BDSM (El Amo
debe velar por la integridad de la sumisa y blah, blah, blah) sino que son
consideraciones prácticas, basadas en años de experiencia, que entiendo que deben cumplirse para que el cuckolding conserve
el sabor de lo transgresor, su conciencia de tabú milenario y su esencia
sexista.
- Cuckoldress
y cuckold deben tener una relación estable y sólida ante la sociedad. Si
incluye matrimonio formalizado e hijos en común, mejor.
- La
cuckoldress debe alardear frente al cuckold de sus encuentros con los studs y debe hacerlo partícipe de cómo se viste y se maquilla lo más sexy
posible para atraer studs.
- El
stud debe ser más atractivo sexualmente que el cuckold, tanto por su físico
como por el tamaño de su pene.
- La
cuckoldress debe dominar al cuckold mediante el adulterio. El adulterio Femdom
es una técnica de sometimiento del hombre porque resalta el poder sexual de la
mujer. El cuckold debe ser sumiso y sostener la actitud inherente a ese rol. No
es un wifewatcher o un swinger.
- No
es recomendable que la cuckoldress tenga un stud fijo. Los roles pueden llegar
a confundirse.
- La
cuckoldress puede o no humillar verbal o físicamente al cuckold durante el
coito con el stud.
- El cuckold puede o no estar sissificado por la cuckoldress
como mecanismo de humillación o para reforzar el rol masculino del stud.
- El
cuckold puede o no estar sometido a períodos de celibato y castidad como parte
de los mecanismos de humillación.
- Esté
o no sissificado, el cuckold puede o no darle sexo oral al stud para facilitarle
la erección. Pero la penetración es privilegio de la cuckoldress por más que el
cuckold también desee ser cogido por el stud. El stud sólo sirve a la cuckoldress.
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Adulterio Femdom (parte I)