La
serie británica The Avengers de los años sesenta marcó un antes y un después en
la historia de la TV y más sutilmente, en la forma en que las pantallas mostraban al género femenino. Desde la primera temporada de The Avengers, los espectadores pudieron deleitarse y asombrarse contemplando a una mujer independiente y resuelta, con
habilidades en artes marciales y que estaba a la par de su coequiper masculino (el inolvidable gentleman Patrick McNee) en cuanto a inteligencia y poder de resolución para enfrentar casos policiales. Cathy Gale
era su nombre en la ficción. Ella era Honor Blackman.
Michael
Wittaker fue el vestuarista encargado de los diseños de Honor, que incluian cuero,
catsuits y por supuesto, botas. El blanco y negro de la serie resaltaba el leather look que era totalmente innovador si se lo comparaba con los estereotipos femeninos que aparecían en
la TV de entonces; casi todas las chicas cumplían prolijamente sus roles de femme fatales, amas de casa, secretarias o las girl’s next door. Podían ser seductoras pero la pasividad era la norma. Los trajes de Honor, pensados inicialmente
para darle poder y comodidad en las escenas en que luchaba y perseguía delincuentes, se
volvieron rápidamente un clásico del sado y las botas que calzaba empezaron a ser conocidas
como las kinky boots. La noción feminista que impuso The Avengers no era solamente presentar a una mujer como una líder, en igualdad con el hombre, sino la convicción de que su poder femenino la volvía más atractiva. Female power y sex appeal, todo en uno. Un cronista de la época la bautizó como
la leather fetishist pinup.
Cabalgando
en la ola del éxito y para ganar más con la fuerte imagen fetichista de Honor en la serie, Patrick y Honor aceptaron en febrero de 1964 grabar un single pop titulado precisamente Kinky Boots. Según Honor, intentar grabar la canción fue al principio una
pesadilla. Patrick desafinaba todo el tiempo y por eso el productor decidió que
era preferible que recitara la letra. Fue como una broma, nos divertimos mucho haciéndola.
Everybody's going for those kinky boots, kinky
boots, (boop, boop) Kinky boots, It's a manly kind of fashion that you borrowed
from the brutes, Borrowed from the brutes, (boop, boop) Kinky boots. Fashion
magazines say wear 'em, And you rush to obey like the women in a harem.
Full length, half length, Fully fashion calf
length, Brown boots, black boots, Patent leather jackboots, Low boots, high
boots, Lovely lanky thigh boot, We all dig those boots. Everybody's crazy for
those kinky boots, kinky boots, (boop, boop) Kinky boots, And whether you're in
evening dress or bathing suits, You wear boots, boots, kinky boots. There are
twenty million women wearing kinky boots, kinky boots, Puss in boots, Footwear
manufacturers are gathering the fruits, Gathering the fruits, (boop, boop)
Kinky boots.
Advertising men say try 'em, And you all run
amok like a flock of sheep to buy 'em. Sweet girls, street girls, Grumpy little
beat girls, Square girls, cool girls, Sexy little schoolgirls, Maiden aunties,
Mayfair debutantes, They all dig those boots. Everybody's rushin' for those
Russian boots, Prussian boots, (boop, boop) Kinky boots, Both: Cover up those
slender little tender foots with kinky slinky, Leather is so kinky, Come and
get those kinky boots, boots, kinky boots.
Con
los años, la expresión kinky boots se
volvería un clásico para definir en idioma inglés a la bota fetichista, a su condición de símbolo de la femineidad agresiva y del sado Femdom. Décadas después del lanzamiento de la travesura de Honor y Patrick, Kinky Boots, un musical de Broadway, daría la vuelta al mundo presentando un elenco de dragqueens montadas sobre unas parafernálicas botas rojas con unos tacones
y unas plataformas que ni Honor ni sus vestuaristas de aquel lejano año de 1964 hubieran imaginado que alguna vez iban a existir .
Miss
Honor Blackman – Miss Cathy Gale fue mucho más que la precursora de una mujer fuerte e independiente. El tono fetichista de su vestimenta trajo a la
luz toda una subcultura leather que promovía un estilo de sexualidad BDSM que
hasta entonces se había movido en las sombras de la noche londinense, promovida
por revistas semiclandestinas como AtomAge. La actitud de Cathy Gale, sus botas y sus hazañas sometiendo a los bad boys de la serie a puro karate y cuero, despertaron toda clase de
fantasías Femdom en muchas mujeres y también en muchos hombres que quizás desconocían sus tendencias sumisas.
El carácter Femdom de The Avengers se reforzaría en el siguiente ciclo de la serie, protagonizado por la sexy Diana Rigg como Miss Emma Peel. Sería Diana y no Honor quien encarnaría para la posteridad a la Femdom británica por excelencia, dominante y glamorosa a la vez. Pero nadie que ame el fetiche debería olvidar a Cathy Gale, la adelantada institutriz del mundo del cuero y las botas. En
palabras de Brian Clemens, productor de la serie: Cathy was the first really
emancipated feminist and I'm quite proud that we did it first. Fue gracias a mujeres como Honor Blackman que el feminismo y el fetichismo, dos conceptos hasta entonces separados, comenzaron a caminar juntos de la mano calzando las primeras kinky boots.
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Una protagonista del musical Kinky Boots |