miércoles, 24 de diciembre de 2025

Videoteca. Ladies on boots. Los 70's y los 60's (III)

 

   Traigo hoy a mi blog una nueva selección de diez videos provenientes de los años sesenta y setenta, los años en donde nació en los medios el fetiche de las botas. A modo de review, repasemos los videos publicados hasta hoy y sus bellas y boteras protagonistas.

Ladies in boots. Los '60 (I). Nichelle Nichols, Catherine Spaak, Sofía Loren, Ann Margret, Elizabeth Taylor, Mónica Vitti, Honor Blackman, Diana Rigg, Nancy Sinatra y Brigitte Bardot. 

Ladies in boots. Los '60 (II). Susan Oliver, Isabella Biagini, Adrienne Corri, Mónica Vitti, Barbara Angely, Valerie Leon, Nancy Sinatra, Jane Fonda y Brigitte Bardot. 

Ladies in boots. Los '70 (I). Mónica Vitti, Ornella Muti, Jaclyn Smith, Carolyn Munro, Raquel Welch, Raffaella Carrá, Amanda Lear, Cherie Currie, Agneta Falskog, Frida Lyngstadt y Debbie Harry. 

Ladies in boots. Los '70 (II). Siouxsie Sioux, Labelle, Marcia Barrett, Maisy Williams, Liz Mitchell, Agneta Falskog, Cher, Raffaella Carrá, Amanda Lear, Debbie Harry Agneta Falskog, Frida Lyngstadt  y Olivia Newton John.  



Millicent Martin



María Bucella






 Esta nueva selección de diez videos que mezcla los sesenta con los setenta complementa las cuatro anteriores. Así mi blog se va enriqueciendo en fetiches belleza e historia. 


Ladies in boots. Los 70's y los 60's (III). 


Puestos 10, 9 y 8. Nadia Cassini, Raffaella Carrá y Sylvie Vartan. 

El encanto vintage de tres cantantes y bailarinas, grabadas en los programas de TV de blanco y negro, entre 1968 y 1972. Nadia Cassini, Raffaella Carrá y Sylvie Vartan. Cuesta elegir una de las tres. 













Puesto 7. Erika Blanc. Giochi erotici di una famiglia per bene.

En un drama italiano de 1975, Erika Blanc interpreta a una prostituta de quien se enamora un rico hombre de negocios. En dos escenas diferentes, Erika usa dos pares de botas, unas blancas y la otras negras que junto a sus minifaldas componen una maravilla para ojos fetichistas. 





Puesto 6. María Bucella. Basta guardarla.

En una comedia italiana de fines de los sesenta, María Grazia Bucella viste dos pares de botas plateadas. El primer par es un descubrimiento maravilloso: un número de cabaret muy sexy en donde parodia al célebre cuadro El nacimiento de Venus de Boticelli. 




Puesto 5. Millicent Martin. 

From a Bird´s Eye View fue una comedia británica para TV de 1970 que narraba las aventuras de dos ingenuas azafatas en medio de sus viajes. En este episodio, una de ellas, Millicent Martin decide ajustar cuentas con un pasajero que la fastidió bastante en un viaje y decide seducirlo en un bar a pura bota, vinilo y taconazo. 

 



Puestos 4 y 3. Lynda Carter y Cheryl Ladd. 

Usar las botas dentro de los pantalones es una tendencia atemporal pero los que siguen la moda dicen que nació en los setenta y se llamaba tucked boots. En este capítulo de  Wonderwoman, Lynda Carter usa botas de cuero y jeans. Cheryl Ladd lleva muy sexy botas con disco pants en Charlie´s Angels. Dos series inolvidables de esos años. 









Puesto 2. Claudia Cardinale. A girl in Australia.

En A girl in Australia, Claudia Cardinale es una prostituta callejera y por esas vueltas del destino, de pronto consigue quien le pague un viaje a Australia. Las botas negras vinílicas ya eran un clásico entre las damas de la noche que querían verse sexies.  




Puesto 1. Brigitte Bardot. Les novices.

Una monja decide abandonar el convento y saber algo del mundo real. Así traba amistad con una prostituta y comienzan a vivir aventuras por la noche. Les Novices fue uno de los últimos films de Brigitte Bardot, esta vez acompañada por Annie Girardot. 



   
   Espero que esta colección te haya gustado y te haya inspirado para ver todos los tesoros de mi videoteca. Te espero con gusto en el 2026. 


domingo, 14 de diciembre de 2025

Mantener la dominación encendida






   Mantener el fuego apasionado de la dominación femenina cuando Ama y sumiso son esposa y esposo, madre y padre de niños compartidos, es un desafío cuya solución no figura en ningún libro de sexualidad. Porque ellos siempre van a querer que les proporcionemos noche tras noche esa experiencia fetichista y sádica que les provocó ese amor inigualable cuando nos conocieron. A su lado caminamos Nosotras, eternas cíclicas propensas a aburrirnos si las sesiones se vuelven programadas y planificadas (porque hasta el sado más orgiástico no deja de volverse rutina al repetirse) y a la vez enamoradas de ese loco pajero con el que queremos vivir hasta que la muerte nos separe.

   Puede morir el deseo Femdom en una pareja establecida? La familiaridad, la confianza y la falta de innovación son las puertas de entrada del tan temido dejarse estar. Si el dejarse estar es malo en toda pareja, en una que está sostenida por el sexo fetichista, puede llegar a ser demoledor.

   Como lograr que una relación amorosa Ama – sumiso que lleva años de convivencia no se estanque en el avainillamiento?

   Es posible que la seducción explosiva de las primeras sesiones se mantenga en alto sin que los tacos aguja, los juguetes sexuales y los látigos terminen arrinconados en una zona tan escondida de nuestro closet para que ninguno de nuestros traviesos vástagos los encuentre que ni nosotras mismas sabemos donde están?

   Responder a estas preguntas es una apuesta al futuro. Porque una relación de dominación femenina no soporta la rutina. Requiere crecer o muere. Especialmente del lado del hombre, siempre el más frágil de los dos. La inteligencia de la dominatriz y su capacidad para comprender la psiquis masculina es la llave que permite congeniar seguridad con aventura, sexo con familia, rutinas con misterios. 

   Sabemos que ellos necesitan sentirse sometidos para ser felices. Mientras que nosotras, si estamos con ganas podemos someterlos o no pero no tenemos esa necesidad. No lo sentimos como ellos lo sienten. Podemos divertirnos y gozar de otras maneras. Sí, el sado nos gusta y nos divierte, pero podemos prescindir de armar todo el teatro de la castigadora cruel. Sobre todo si empezamos a aburrirnos con lo que antes nos excitaba tanto y empezamos a vivirlo como una obligación para que él esté contento y no se queje. 

   La solución es asumir esta realidad que todas las parejas Femdom deben aprender a sobrellevar. Ser conscientes de que el deseo es una plantita que puede morir si no la regamos convenientemente.

   Lo que en sexología se llama sexo de mantenimiento, en BDSM puede denominarse sesión de mantenimiento. Un concepto que suena escasamente erótico o romántico pero es de muy útil aplicación. Se trata de dominar y someterse durante el sexo cotidiano sin esperar que lleguen los deseos para montar la gran escena sado. Porque si en medio de la vida familiar y laboral esperamos que se den las condiciones para disponer de esa sesión especial, sentimos que disminuyen las oportunidades y podemos sentirnos frustradas mientras ellos se sienten abandonados y olvidados. Si la psiquis masculina es muy frágil: la masculina sumisa, mucho más. 

   No es realista suponer que después de años de convivencia vamos a sentir lo que sentimos la primera vez que los sissificamos o los cuerneamos. Pero la supervivencia de una pareja Femdom no depende de esos flashes de supererotismo sino de como seamos capaces de armar sesiones de mantenimiento en la vida de todos los días, así sea haciéndoles sentir el roce de un par de medias de red en una habitación a oscuras, mientras les hablamos al oído de como el fin de semana podemos convertir el dormitorio en dungeon, montarnos con todo el fetish encima y entregarnos a las delicias de la dominación a toda máquina.

   Planificar las sesiones de sado puede sonar mal. Huele a previsible y poco aventurero. Hasta suena como algo forzado, algo a lo que tenemos que obligarnos. Es cierto, nada se compara con la gran aventura noctámbula de una sadonauta. Pero cuando la convivencia amenaza con el aburrimiento, es el sexo con condimentos lo que nos permite mantener la llama del romanticismo sado mientras esperamos la aparición del próximo Big Bang.





lunes, 8 de diciembre de 2025

Adelina Tattilo, la Sra Playmen

 

   Sra Playmen es una miniserie italiana inspirada en la vida real de Adelina Tattilo, la editora que desafió la censura y el conservadurismo de la Italia de los años setenta con la revista erótica Playmen. La producción combina hechos verídicos con elementos de ficción y busca reconstruir el recorrido de una mujer que transformó el erotismo en una forma de expresión cultural y política.


Carolina Crescentini                                Adelina Tattilo



   La serie, dirigida por Riccardo Donna y protagonizada por Carolina Crescentini, cuenta con siete episodios y presenta una mirada íntima sobre el ascenso y las batallas personales de Tattilo, quien, según la revista Time, fue la Hugh Hefner con faldas. Crescentini interpreta a una mujer compleja que debió elegir entre la libertad personal y la condena social.

   La historia se inicia en una fiesta de lanzamiento de un número icónico de la revista, con la cantante francesa Brigitte Bardot en portada, y muestra el punto de inflexión que llevó a Tattilo a asumir el control de Playmen tras la desaparición de su marido, el productor Saro Balsamo. Desde ese momento, la serie retrata su lucha contra la censura, los prejuicios y el poder masculino en un país donde el erotismo era casi un delito.

   Más allá de la ficción, Sra. Playmen expone el retrato de una Italia en plena transformación, donde la revolución sexual comenzaba a enfrentarse al peso de la religión, la moral y la política.

   Adelina Tattilo nació el 13 de noviembre de 1928 en Manfredonia, en el sur de Italia, dentro de una familia católica conservadora. Fue educada por monjas y creció bajo una moral rígida, pero a contracorriente de su tiempo se convirtió en una de las figuras más transgresoras y revolucionarias de su país.

   A comienzos de los años sesenta, junto a su esposo Saro Balsamo, fundó revistas pioneras como Menelik (1960), dedicada al cómic erótico, y Big (1965), orientada al público adolescente masculino. Sin embargo, su gran salto llegó en 1967, cuando, inspirada en Playboy, por entonces prohibida en Italia, creó Playmen, una revista erótica mensual con una estética sofisticada y contenido cultural.

   Tattilo explicaba que su objetivo era distinto al del imperio de Hugh Hefner: En nuestro concepto de erotismo, la mujer es sujeto tanto como el hombre. No queremos reducirla a un objeto; queremos que sea libre de decidir sobre su cuerpo, afirmaba en una entrevista a Time en 1971.

   En sus primeros años, Playmen alcanzó 450.000 ejemplares de tirada mensual. Pero el éxito llegó acompañado de conflictos. La policía incautaba los números apenas salían a la venta, y la brigada antivicio perseguía a Tattilo con denuncias por obscenidad. Aun así, la editora no se detuvo: publicó las fotos de Jacqueline Kennedy desnuda en su piscina, retratos de Brigitte Bardot vestida de monja con sujetador de malla, y hasta un reportaje a John Paul Getty III, de 16 años, poco antes de su secuestro.

    En medio de la polémica, Tattilo defendía causas progresistas como el divorcio, el derecho al aborto y la emancipación femenina, y se enfrentaba tanto a sectores conservadores como a feministas que la acusaban de cosificar el cuerpo femenino. Los italianos tenemos un problema con el sexo. En vez de relajarnos, nos enfada, decía en una de sus frases más recordadas.


Del éxito al escándalo: la batalla de Playmen y el legado de Tattilo

   En los años setenta, Adelina Tattilo expandió su imperio editorial con nuevos proyectos. En 1974 lanzó Libera, una revista femenina con desnudos masculinos, y en 1976 coprodujo la película Stato interessante, sobre el aborto. Décadas después, creó Adam, una revista dirigida al público gay, adelantándose una vez más a su tiempo.

   Pero su enfrentamiento más mediático fue con Playboy. Hugh Hefner la demandó en Estados Unidos por el nombre de su publicación, alegando que Playmen imitaba su marca. Aunque Tattilo perdió en territorio norteamericano, los tribunales italianos fallaron a su favor y reconocieron la identidad propia de su revista. Años después, cuando le preguntaron si se arrepentía de haber publicado las fotos de Jacqueline Kennedy, dio una respuesta polémica: Si no quería ser fotografiada, no debería haberse exhibido.

   En la década de 1990, la irrupción de la pornografía en video y en Internet marcó el declive de Playmen. Las ventas cayeron, y la revista cerró definitivamente en 2001. Adelina Tattilo murió en Roma el 1 de febrero de 2007, a los 78 años, dejando tres hijos y un legado en la industria editorial y erótica.

   Su figura trascendió más allá del escándalo. Fue pionera en mezclar erotismo, cultura y libertad, en un contexto donde hablar de sexo era casi un acto político. La serie de Netflix reconstruye ese espíritu con glamour, ironía y rebeldía, mostrando a Tattilo como una editora que convirtió la provocación en una forma de emancipación.



Las tapas de Playmen



Nadia Cassini y Gloria Guida en la tapa de Playmen





Fuente


lunes, 1 de diciembre de 2025

Phoebus Kalista


   El brillo del latex, modelos esculturales, tacones altísimos. El delicioso estereotipo relacionado con el BDSM que se repite una y otra vez, cada vez con mayor éxito. Hoy presento otro fotógrafo fetichista de quien tengo poca información. Phoebus Kalista.  Afortunadamente, tenemos su producción en Facebook.

https://www.facebook.com/phoebus.kalista/photos


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