lunes, 22 de enero de 2024

Nylon fetish. Egon Schiele, un adelantado en fetichizar piernas femeninas


   Su nombre estará siempre vinculado al escándalo: las acusaciones de pornógrafo, incestuoso y pedófilo llueven sobre él. Por las mismas razones se lo considera un precursor del fetichismo moderno gracias a sus pinturas de señoritas vistiendo medias al muslo. Su estilo de dibujo fue una ola que arrastró miles de discípulos en el moderno mundo del comic; en un blog sobre arte erótico leí que resulta difícil imaginar la obra de Milo Manara sin que haya existido Egon Schiele.

   Egon Schiele (1890-1918), representante de la escuela de arte austríaca de principios del siglo XX, genio revolucionario dentro de la corriente conocida como expresionismo, hijo de un padre muerto de locura sifilítica, manifestó muy pronto sus inclinaciones sexuales que siempre corrían por fuera de los cánones convencionales. Haya cometido o no incesto con su hermana Gertrude (Gertie), desde que manifestó su pasión por el arte del retrato, la dibujó desnuda y en poses sexuales una y otra vez. Ya en pareja con Valerie Wally Neuzil, Schiele dibujaba obsesivamente a prostitutas pero también a niñas en poses eróticas, desnudas o con medias y botitas, masturbándose, en coitos con varones o en posiciones lésbicas. Inevitablemente, le llegaron denuncias por secuestro de menores y abusos sexuales. Schiele ingresó en la cárcel, en donde pasó veintiún días. En el juicio se retiraron los cargos, pero se condenó a Schiele por difusión de dibujos pornográficos y se quemó públicamente uno de ellos. 

   La mujer en medias negras, el retrato que siempre se menciona cuando se habla del fetichismo stocking de Schiele, es Valerie Neuzil. En esta orgullosa y voluptuosa obra de arte pervertido, Neuzil nos enfrenta con las piernas abiertas revelando su vagina rosada y sus muslos carnosos. El efecto de sus medias negras se ve reforzado por una enagua de algodón blanco puro en relieve y ligas de color rojo brillante en contraste. La pose es lo suficientemente erótica por sí sola, pero la confianza de Neuzil y la mirada de reojo hacen de esta una de las escenas más pervertidas del arte clásico.


   La llamada gripe española que azotó el mundo después de la Primera Guerra Mundial, se llevó a Egon Schiele muy joven, el 31 de octubre de 1918, seguramente sin sospechar hasta donde llegaría el stocking fetish a partir de su obra.  Estas son algunos de sus dibujos que lo consagraron como un adelantado en fetichizar piernas femeninas. 















Fuentes


https://byronsmuse.wordpress.com/2017/03/17/egon-schieles-muse-wally-neuzil-woman-in-black-stockings/

https://www.meisterdrucke.es/artista/Egon-Schiele.html

domingo, 14 de enero de 2024

Sade. Patrimonio nacional francés

 



   La historia de la escritura de Los 120 días de Sodoma es una de las más apasionantes y también de las más penosas de la historia de la literatura. Su manuscrito da buena cuenta de ello: una tira de más de doce metros formada por infinidad de hojas de 11 centímetros, encoladas entre sí, y escritas por ambos lados con letra minúscula. En 1784 el marqués de Sade ingresaba en la prisión de la Bastilla y, lejos de dejar a un lado la literatura, el hombre que estuvo encarcelado unas doce veces a lo largo de su vida, que llegó a pasar entre rejas unos 30 años, decidió que tenía que escribir Los 120 días de Sodoma. Y así lo hizo, a escondidas, con un papel que fue introducido de contrabando en la celda. En ese desolador contexto, incomunicado del mundo, Sade sintió la necesidad de escribir la historia más depravada jamás contada, la de cuatro aristócratas licenciosos que encarcelan a 28 adolescentes y las someten a todo tipo de torturas sexuales antes de matarlas. Georges Bataille no dudo en calificar esta obra y el resto de novelas de Sade como apología del crimen.

   Hasta cierto punto, era lógico pensar que sus obras fueran prohibidas durante todo el siglo XIX y buena parte del XX. Era lógico que Francia no se sintiera precisamente orgullosa de su escritor más libertino. Sin embargo, la fama es veleidosa, y el nombre que un día es denostado al día siguiente es encumbrado. Lo vimos en Francia con Baudelaire o en el Reino Unido con Oscar Wilde. Sin embargo, la decisión de declarar Los 120 días de Sodoma como tesoro nacional francés no responde solo al deseo de repartir justicia literaria; tras esta determinación se esconde una estrategia que tiene que ver más con el manuscrito que con la propia figura de Sade.

   Cuando los revolucionarios asaltaron la Bastilla en 1789, el escritor fue sacado de su celda y trasladado a otra prisión. Se vio obligado a abandonar todas sus pertenencias personales a toda prisa, incluyendo el manuscrito de Los 120 días de Sodoma. Al no encontrarlo más tarde en la fortaleza, saqueada y demolida, escribiría que derramó lágrimas de sangre pensando que lo había perdido para siempre. Pero no se perdió sino que fue hallado por Arnoux Saint-Maximin en una grieta de la pared en la celda que ocupaba Sade en la Tour Liberté. Este lo entregó al abuelo del marqués de Villeneuve-Trans, en cuya familia permaneció durante tres generaciones. A finales del siglo XIX, se vendió a un psiquiatra de Berlín llamado Iwan Bloch, que lo publicó en 1904 bajo el seudónimo de Eugene Dühren, en una primera versión llena de errores de transcripción.

   En 1929 el manuscrito vuelve a Francia: Maurice Heine lo adquiere por un alto precio en nombre de la célebre pareja de mecenas Charles y Marie-Laure de Noailles. En 1982, el manuscrito fue robado a un descendiente del vizconde de Noailles, sacado ilegalmente de Francia y vendido en Ginebra al coleccionista de libros raros, en su mayor parte eróticos, Gérard Nordmann. En junio de 1990, Francia considera que el manuscrito había sido robado y que debía ser devuelto a la familia de Noailles, pero el Tribunal Federal Suizo sentenciaba en mayo de 1998 que Nordmann había adquirido el documento de forma legal. Finalmente, los herederos de Nordmann decidieron revenderlo. El 3 de abril de 2014, Gérard Lhéritier, fundador del fondo de inversión Aristophil, pagó 7 millones de euros por el texto, con la intención de cedérselo a la Biblioteca Nacional Francesa después de cinco años. A partir de ese momento se conviertió en uno de los manuscritos más caros de Francia, asegurado por un valor de 12 millones de euros.

   El problema es que la firma de inversión Aristophil fue liquidada en 2015, después de ser acusada de llevar a cabo un fraude piramidal que la llevó a malversar unos 850 millones de euros. La compañía que había adquirido más de 130.000 documentos en 12 años, gracias en gran medida a las inversiones de sus clientes, se declaró en quiebra. Los activos de la compañía se liquidarían gradualmente durante los próximos seis años. A partir de ese momento el rollo de Los 120 días de Sodoma entró en tierra de nadie judicial, mientras se inventariaban los fondos de Aristophil con vistas a liquidarlos.

    El 20 de diciembre de 2017 tuvo lugar la primera subasta de manuscritos y obras de arte de la colección Aristophil, que incluía el texto de Sade como uno de los documentos más importantes. Y aquí es donde entra la jugada maestra del gobierno francés declarándolo tesoro nacional: de esta forma el rollo fue retirado de la subasta y adquirido directamente por el estado, por una cantidad indeterminada que se sospecha que ronde los 8 millones de euros. El mismo destino que el manuscrito de Sade tuvo el manifiesto surrealista que André Breton publicó en 1924 y donde definía su movimiento artístico. Así, este valiosísimo documento histórico también fue declarado tesoro nacional y sacado de la subasta.

   Los surrealistas, por cierto, reivindicaron a Sade, considerándolo uno de sus principales precursores. A principios del siglo XX, Guillaume Apollinaire, que creía que Sade era el espíritu más libre que haya existido jamás, editó sus obras. Con el paso de los años, la reputación de Sade se ha ido rehabilitando poco a poco en su país natal. Según sus defensores, exploró los impulsos ocultos de la sexualidad humana mucho antes de Freud y fue uno de los primeros defensores de la libertad sexual y política. Aunque, todo hay que decirlo, Los 120 días de Sodoma sigue siendo un plato difícil de digerir para estómagos sensibles.


Fuente
https://lapiedradesisifo.com/wp-content/uploads/2018/01/120journees.jpg

viernes, 5 de enero de 2024

Trajes de baño vintage


   En Argentina, la llamamos malla enteriza. En España, bañador. En Colombia, hasta donde sé, vestido de baño. Es o no es un fetiche? Las chicas en playas y piletas la siguen usando pese al terreno que ganó hace décadas la bikini a dos piezas. Menos ostentosa pero sin dudas más elegante que la bikini, la malla enteriza ha sido modelada por las grandes estrellas de cine vintage, favoritas de mi blog cuando de fetiches históricos se trata. Trajes de baño vintage, un hermoso calendario para abrir un nuevo año en mi blog. 



Enero. Anita Ekberg



Febrero. Ava Gardner



Marzo. Brigitte Bardot



Abril. Elizabeth Taylor



Mayo. Farrah Fawcett



Junio. Jane Russell



Julio. Jayne Mansfield



Agosto. Julie Newmar



Septiembre. Mamie Van Doren



Octubre. Marilyn Monroe



Noviembre. Raquel Welch



Diciembre. Rita Hayworth

 

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