sábado, 28 de noviembre de 2020

Feminización forzada. De Nicholas a Nikki

 

   Esta es la historia de un muchacho llamado Nicholas que concurre angustiado a una psicóloga buscando una cura para sus deseos de vestirse de mujer. Lo que ocurre después es la esencia de la feminización forzada: su terapeuta, la Dra Jessica Jasper es una dominatriz perversa que en lugar de proponerle una "cura", lo obliga a hacer lo que tanto desea hacer. Primero le ordena a Fiona, su secretaria travesti y muy bien dotada, que lo sodomice sin piedad y luego ambas proceden a transformarla de Nicholas en Nikki. Luego de maquillarla y vestirla, le eligen una peluca rubia para llevarla a un restaurant donde la presentan con su nuevo aspecto a su novia Darcie. Superada la sorpresa inicial y dadas por la doctora las explicaciones del caso, Darcie también deja aflorar su lado sádico y junto a sus dos nuevas amigas comienza a gozar de la sumisión de su nueva novia/novio. La historia termina con una fiesta Femdom lésbica con las dos mujeres, Darcie y Jessica como dominatrices sodomizadoras y las dos travestis Nikki y Fiona gozando como sissies sumisas.

   Fantaseás con la feminización forzada? Te gustaría que algo así te pasara? Recorré las veinte encantadoras viñetas de esta Cross Dressing Therapy y después si querés, dejame un comentario.

























viernes, 20 de noviembre de 2020

Gia Erótica

 



   En este año tan difícil, tuve la enorme suerte de haber encontrado el blog de Gia Van Rollenoof y desde entonces, me he convertido en su fiel seguidora. Gia es una escritora italiana de novelas eróticas cuya visión de la sexualidad femenina me calza como un guante. Los personajes de Gia son mujeres que no se lamentan de su condición sino que la aprovechan para hacer del sexo una alegre fiesta de los sentidos. Las mujeres de Gia son fuertes, poderosas y sensuales. Disfrutan y gozan su femineidad sin culpas. La novela está ambientada principalmente en Venecia en un ambiente sáfico lleno de juegos perturbadores, moderadamente sadomasoquistas y marcadamente fetichistas,

   La novela Gia erótica es un cuento de hadas para adultos donde  el amor y el sexo se exprimen en su dimensión puramente pulsional. Despojados de todas las implicaciones pseudo románticas, los acontecimientos se cuentan explícitamente en su gratificante esencialidad erótica. Aunque la narración a menudo entra en temas más serios, se trata esencialmente de impulsos sexuales de mujeres hacia otras en un ambiente marcado por la alegría y la búsqueda del placer.

   En este primer libro de la serie, se narra la historia de un contrato de sumisión entre una Mistress alemana llamada Camilla y cinco chicas, entre ellas Gia. Las cinco viajan a la mansión de Camilla. El juego consiste en que en el primer mes todas pueden disponer de Brunhilde, la sumisa favorita de Camilla pero en el segundo serán ellas las que deban someterse a  la voluntad de Camilla. 

- Y con tu culito, cómo te va? Nunca he visto una penetración anal tan importante, le preguntó Mara a Camilla.

- Fue fantástico, chicas... incluso si mi trasero todavía me quema un poco a pesar de que me trataste con el bálsamo.

- Te lo mereces: y estás contenta de salirte con poco. Tienes que agradecer a tu santo patrón que tu antojo incontrolado no te causó un prolapso rectal; si tú eres una gran mujer, debo decir que también eres una imprudente, Camilla, le dijo Gia, enviándole una benévola mirada de reprobación.

- Qué podemos hacer esta noche en el Salón de los Suspiros, Camilla?, le preguntó Francesca.

- No cuentes conmigo; ya tuve suficiente por hoy. Pero vosotras pasadlo bien.

- Diría que de quedarse en nuestro apartamento para follar y nada más; desafortunadamente, hoy ni siquiera hemos disfrutado de un solo golpe de látigo o de cualquier otra cosa, propuso Roberta.

- Podéis usar lo que está en vuestro dormitorio, ¿no? Escondido en el falso techo también hay un cabrestante, y en la cómoda encontrarais todo lo que necesitáis, como cuerdas, mosquetones, cañas y más, le recordó Camilla.

 - Y tú, qué harás sola?, le preguntó Gia.

   En ese momento se escuchó el rugido de un motor; sorprendida, Gia preguntó: Quién puede ser a esta hora?

- Hace media hora, Brunhilde me llamó por teléfono, y me dijo que había hecho toda su tarea; como ya habíamos terminado con nuestras cosas, le dije que podía, o más bien, que tenía que volver aquí rápido. Entonces, esto es lo que voy a hacer: Haré feliz a Brunhilde, quien se lo merece, pobrecita, que siempre es tan servicial. Antes de dormirme, le impartiré una buena dosis de látigo, después de lo cual lo poseeré con un strapon dorado; sabes, como es sumisa, no puedo inseminarla en el coño, porque esto reduciría las distancias entre nuestros respectivos estatus, y, por lo tanto, la sodomizaré, llenando su barriga con mi esperma femenino, algo que ella ama, y que ha aprendido a soportar sin, digamos, efectos secundarios, después de un largo ejercicio, por supuesto. Luego, me haré lamer por una hora el coño; finalmente, después de haber vaciado mi vejiga en su dulce boca, empujaré el plug con la cola en su culito, como es apropiado para una perrita fiel, y me dormiré, con ella que estará al pie de mi cama, ansiosa por satisfacer mis posibles necesidades nocturnas. Veréis: después de este día en el papel de sumisa, realmente necesito desahogarme en el papel auténtico y natural que me pertenece, es decir, de Mistress, usando su carne por mi placer, y poseyendo incluso su alma. Por otro lado, si ella es feliz, ¿por qué no? Ya me imagino sus ojos rociar felicidad cuando se lo anunciaré; si se necesita tan poco para hacerla feliz, por qué no hacer una buena obra?

Si por ella está bien, para ti no es un mal programa, comentó irónicamente Francesca.

Bueno, muchachas, paséis un buen rato vosotras también, que yo me retire a mis apartamentos. Feliz noche.

Feliz noche para ti también, querida Camilla... y para Brunhilde, le respondió Gia, en nombre de todas, dándole una sonrisa cómplice.

Cuando Camilla salió del dormitorio...

Roberta: Escucháis, solo son las diez, y tenemos dos o tres horas antes de dormir; juguémonos bien el tiempo que tenemos. Propongo ser la primera en sufrir la tortura; con una caña, en el culo y los muslos.

Mara: Y yo después de ti; pero, al golpear, tomemos turnos para disfrutarlo adecuadamente. Dado que siempre decís que mis grandes tetas os dan una buena satisfacción, me ofrezco por ellas; tal vez con ese accesorio para apretarlas en la base para mantenerlas bien elevadas. Estoy hablando del accesorio sencillo y ligero de aluminio, para colgar en el cuello…

(continuará)


jueves, 12 de noviembre de 2020

La Damsel in distress y la Dominatrix

 



   Vagabundear por sitios web fetichistas del mundo anglosajón me ha permitido ponerme en contacto con personas con una sexualidad más expandida que la que habitualmente cultivamos en nuestro ámbito hispanoparlante. Así fue como hace algunos años me incorporé como una de las pocas o quizás la única mujer latina a un foro de stucking fetish.

   Qué es el stucking fetish? Una mujer maneja un auto con cierta torpeza en una zona rural y se queda atascada en el barro, la arena o la nieve. Entonces ella hace girar las ruedas desesperadamente para poder zafar del stuck y sólo consigue enterrarse cada vez más. Lo que sería una pesadilla total para cualquiera de nosotras se transforma en fetiche cuando aparece un caballero que luego de observar toda la escena, se predispone gentilmente a rescatar a la dama liberando las ruedas o remolcando el auto. Ya a salvo y en tierra firme, le agradecemos con una sonrisa mientras le contamos que nos perdimos y que gracias a él salimos del paso y podremos llegar a una fiesta y es por eso que estamos maquilladas y vestidas tan sexies y, por supuesto, en tacos altos.

   La condición fetichista del stucking se basa en un roleplaying que debe ser bien jugado por ambas partes. Las mujeres son muñecas bellas y frívolas y  ellos son los caballeros de la brillante armadura que conocen todos los secretos para auxiliarnos. Estereotipo machista? Sin dudas. Quizás allí resida parte del encanto del stucking fetish. En su incorrección política frente al igualitarismo tan en boga en los tiempos de hoy.

     El stucking forma parte de un universo fetichista mucho más amplio que suele englobarse en la tradición anglosajona de la damsel in distress. La dama en apuros tradicional nace en las publicaciones picarescas norteamericanas de la década de 1940 emparentada con los dibujos de pinups y me atrevo a decir que alcanzó su clímax con las clásicas chicas Bond. Si bien puede recrearse en cualquier escenario actual, como es el caso del stucking fetish, la damsel in distress refleja una época en donde roles y vestimentas estaban netamente separadas en femeninas y masculinas. Ella suele usar faldas y tacos altos que la muestran como vulnerable mientras espera a su héroe que siempre llega a tiempo para salvarla como en las viejas películas de Hollywood o las novelas de caballería.




   La damsel in distress y todas sus actualizaciones como el stucking fetish parecen ser el escenario ideal para desarrollar fantasías de mujer sumisa. Tanto en las primeras ilustraciones de pinups como en las recordadas fotos de Bettie Page, las chicas solían presentarse atadas y humilladas aunque siempre conservando una impronta picaresca y divertida. Pero aunque a primera vista parezca lo contrario, también puede haber  dominación en la damsel in distress.

   En que se emparenta la damsel in distress con la dominatrix?

   Para mis aventuras nocturnas en fiestas y discotecas o en la intimidad de mi alcoba, suelo vestir habitualmente ropa fetichista y en especial, zapatos o botas de tacos altos. Es obvio que el uso de dichas prendas me predispone mucho más al rol de una damsel in distress que necesita permanente auxilio masculino para cualquier movimiento que a una mujer con poder. Esa contradicción entre poder erótico y necesidad de auxilio está siempre presente en el Femdom fetichista y es una de las razones de su especial encanto.

   Así como el stucking fetish funciona cuando la chica que maneja el auto deportivo no sólo es sexy sino que necesita del auxilio masculino para salir de la situación del atasco, parte del encanto de las dominatrices es mostrarse como diosas siempre atendidas por una corte de sumisos que se ocupan de todo lo necesario. Ella se limita a brillar y hacerse adorar vistiendo ropas ajustadísimas que casi le impiden el movimiento, invierte horas en elaborados maquillajes y camina montada sobre tacones imposibles que le imposibilitan toda defensa. 

   No es lo mismo?

   Desde el punto de vista masculino, tanto el sumiso que atiende a la dómina como el caballero que auxilia a la chica atascada, no son otra cosa que hombres que se ponen voluntariamente al servicio de las mujeres y disfrutan de su condición de lacayos. En situaciones de damsel in distress, puede ocurrir que el fetiche ponga el poder del lado femenino. En situaciones de dominatrix, la imagen simbólica de poder femenino es mucho más importante que la realidad de su vulnerabilidad física. En el BDSM, siempre es mucho más importante lo que se fantasea gracias a los símbolos que lo que realmente existe. Por más in distress que esté la damsel en cuero y tacones, si en tu cabeza me imaginás poderosa, entonces lo soy.





jueves, 5 de noviembre de 2020

Luisa Escarría. Vedettes argentinas

   

   Colombiana, hija de fotógrafos y nacida en Cali en 1929, Luisita Escarria retrató por primera vez a una mujer desnuda a los 13 años. La preparó vestida y luego tomó la foto de espaldas, con un disparador. A los 18 ya tenía su propio estudio y antes de cumplir los 30 llegaba a Buenos Aires con su madre y dos de sus hermanas. Gracias a un vecino pudieron conocer a Amelita Vargas, que por entonces era La Reina del Mambo, quien a su vez les presentó al capocómico José Marrone. Fue Marrone el que le abrió a Luisita la puerta para fotografiar a los elencos completos de los teatros Maipo, Nacional y Odeón, los templos sagrados de los años dorados de la revista porteña. 

   Décadas despues, el estudio fotográfico de Luisita Escarría guarda en sus registros un tesoro fotográfico de las más hermosas vedettes de la época de oro del varieté argentino. 




Enero. Moria Casán y Susana Giménez



Febrero. Susana Giménez






Marzo. Carmen Barbieri




Abril. Ethel Rojo




Mayo. Susana Giménez




Junio. Moria Casán




Julio. Nélida Lobato




Agosto. Mimí Pons




Septiembre. Patricia Dal




Octubre. Susana Giménez




Noviembre. Moria Casán




Diciembre. Nélida Lobato






Luisita Escarría en su estudio




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