martes, 17 de marzo de 2020

Fetiche de mujer, fetiche de hombre









   Hace poco se me dió por recordar un antiguo debate en un foro BDSM en donde los participantes compartíamos los fetiches que más nos excitaban. Creo que todo sitio web BDSM debe tener uno o varios hilos referidos a esta temática en donde cada forista cuenta sus fetiches predilectos y a la vez se suma a los aportes de los demás. Mi esclavo marido, que también participaba activamente y siempre tuvo un foco de interés muy fijo en las diferencias de género, en un dado momento me comentó. Fijate que todos los fetiches de los varones apuntan a lo femenino y casi todos los de las mujeres...también.

   La suya fue una observación sencilla pero muy atinada. Los muchachos daban rienda suelta a sus pasiones describiendo en lujo de detalle todo lo que los excitaba de nosotras. Abundaban las descripciones detalladas de la ropa sexy femenina, de los peinados, de los maquillajes y accesorios que usamos y de ciertas actitudes nuestras en el sexo o en la seducción que ellos juzgaban erotizantes. Las chicas no nos quedábamos atrás a la hora de contar que cosas nos excitaban pero muy pocas se referían a actitudes o elementos masculinos.

   Casi todos ellos se excitan con algo de lo que nosotras vestimos o hacemos. Casi todas nosotras nos excitamos con algo de lo que nosotras mismas vestimos o hacemos.

   En mi columna El fetiche es una cuestión del amor, cito a la pornógrafa y escritora Dian Hanson cuando dice que los fetiches de los varones suelen comenzar de niños, cuando se sienten atraídos por los accesorios que las mujeres usan para realzar su belleza y por las texturas brillantes y suaves que caracterizan a las prendas femeninas. Para un chico, ver a su madre, tía o hermana mayor vestida y maquillada para matar, puede ser un shock que no se olvide fácilmente. Muchos varones me han comentado personalmente ese recuerdo puntual de su niñez como algo que determinó su sexualidad adulta. El arreglo femenino, la artificialidad femenina, es capaz de hacer magia sobre el cuerpo de una mujer. Esa magia es el fetiche. 

   A mí me ocurrió lo mismo, con la única diferencia que yo no era niño sino niña.  Hasta mis primeros escarceos sexuales de la adolescencia, nunca sentí demasiado interés por nada que fuera masculino. Pero todo lo relacionado con la femineidad me atraía poderosamente. Me recuerdo más de una vez extasiada ante el paso de una mujer sensual a la que observaba como se observa a una semidiosa. Sabía, intuía, que por ahí rondaba un gran poder de la naturaleza y yo quería saber como funcionaba ese poder, cómo adquirirlo y cómo aprender a manejarlo. 





   Hace muy poco, un su sitio de Facebook, mi amiga GabrielaDom preguntaba: Si a un fetichista le calientan ciertos objetos o partes del cuerpo de otras personas, al que le gusta usar ciertos objetos o que adoren determinadas partes de su cuerpo...como se le llama? Es que a mi me calienta de chiquita la sensación de las medias de nylon, el lápiz de labios rojo, los portaligas... y todo eso que según mi mamá, es de puta.

   La pregunta de Gabriela pone la luz en el centro de la cuestión porque lo que es de puta es lo mismo que te vuelve atractiva. El negocio de las putas siempre fue verse atractivas. Y qué chica no desea verse atractiva aunque sea por simple coquetería, aunque no haya sexo de por medio? La ingenua censura de nuestras madres (no te pongas eso porque eso es de puta) sólo sirve para agregarle a eso el delicioso placer de la rebeldía y el pecado. Eso se convierte en la puerta de entrada al mundo de las chicas malas, que siempre son las protagonistas de la fiesta y las que se divierten más. Eso se convierte en un fetiche, tanto para ellos como para nosotras. Gabriela es una fetichista como yo. Nuestros adoradores sumisos también lo son.

   A las mujeres adultas fetichistas nos excita vestir lo mismo que a ellos les excita que vistamos y nos excita hacer lo mismo que a ellos les excita que hagamos. A nosotras nos excita excitar. Pero a ellos, que se excitan tan fácilmente con nosotras, les cuesta poder vivir en sí mismos alguna sensación fetichista. Por eso, tantos y tantos de ellos buscan el placer vistiendo a escondidas la misma ropa de puta que nosotras y usando los mismos labiales rojos. 



Julie Strain


7 comentarios:

  1. Tienes toda la razón miss Roxy,y es que aunque yo nací como chico , Amo por vestir femenino y ya e comprobado que aunque eso me excita , me excita aún más saber que soy capas de provocar a hombres de verdad

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  2. No se puede estar mas acertada. Todo lo femenino posee una atraccion imparable que en el caso de lo masculino se da en muy pocas ocasiones.

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  3. Mistress Roxy, otra hermosa e inteligente columna.
    El fetichismo es un tema que siempre anduvo dando vueltas en mi pero que no tengo tan claro. El fetiche, entiendo tiene que ver con el deseo y el placer puestos en un objeto y sinceramente no me queda clara la distinción de género en este tema. En mi caso, mi fetiche serían las botas altas con taco alto, con taco bajo no es lo mismo. No sé cuando surgió en mi esa excitación que me producen las botas altas. Soy cross desde que tengo memoria y no recuerdo, ni en mi niñez ni en mi juventud, haber visto a nadie cercano a mi usando botas, salvo, como comenté en otra columna, mi maestra de la escuela, pero eran botas por debajo de la rodilla y con taco bajo. Evidentemente crecí en edad y en altura de taco. Es cierto también que cuando yo era chica, era la época de las minifaldas y los minishorts que se usaban con botas y yo las veía a las mujeres salir así. La verdad no sé por qué, lo cierto es que las botas altas, y agrego de cuero, me excitan muchísimo, tanto verlas en una mujer (si es una Mistress y si además está enfundada en ropa de cuero, muero de placer) como también usarlas yo misma.
    También me excita usar ropa de mujer, el make up, la bijouterie, todo lo femenino, y cuando digo femenino y pienso en mi, hablo de minifaldas cortitas, de vestidos ajustados, de obviamente botas altas, de mucho maquillaje y bijou, como Ud dice, toda una puta. Me excita pero, a diferencia de las botas, no me reconozco fetichista de eso. Cuando me visto de esa forma, es verdad, no solo lo hago porque me excita a mi, también quiero excitar a los demás, y me produce un enorme placer cuando eso sucede.
    Y estoy escribiendo sobre lo que me genera esta columna y empiezo a perderme en mis razonamientos. Y entonces me pregunto, el placer se razona? Tiene sentido tratarle de buscar una razón a un sentimiento como el placer?
    Me siento perdida entre tanto razonamiento y sentimiento que dan vueltas en mi. No puedo seguir sola más allá, hasta acá puedo llegar.
    Sabe que tienen de maravillosas sus columnas? Son disparadoras de imágenes, pensamientos, sentimientos. Cada artículo que leo me lleva a un lugar en mi interior que no estoy a acostumbrada a visitar. Me movilizan muchísimo.
    Gracias Mistress Roxy por este blog, lo seguiré disfrutando.
    Romina

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    Respuestas
    1. Mi placer de escribir este blog tiene que ver con la esperanza de encontrar lectoras como Romina.
      Me encantó tu frase "crecí en edad y en altura de taco". Creo que tenemos la misma edad porque yo era de las que salía con minifaldas, minishorts aunque las botas que usaba eran cortas, era muy difícil poder acceder hasta los años noventa a botas por encima de la rodilla. Yo no suelo preguntar tanto el porqué del fetiche, sobre todo en un fetiche tan universal. Mi amiga española Ama Eva, con la que compartí foros BDSM suele decir, con fantástica sencillez "fetichismo es ponerse guapa para el sexo" y el placer de vestirse y arreglarse como una puta , seas mujer bio o cross, también va por ahí.
      Besos en tu boquita de rouge, preciosa Romina

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    2. Romina, me gustaría responderte, con el permiso de Mistress Roxy. Por casualidad leí tres comentarios tuyos y me encantaron. Los dos referidos a las botas altas, además de este.
      En mí caso, soy sissy desde hace apenas unos meses. Llegué a descubrir esos deseos en mí interior a través de este maravilloso blog, que tanto nos gusta a vos y a mí, y de la propia Mistress Roxy. En realidad no tengo ninguna experiencia, solo mis fantasías y las cosas que escribo aquí, pero ya me siento completamente mujer. Y como vos, también soy sumisa. Si Mistress Roxy está en lo correcto sobre tu edad, tenemos más o menos los mismos años.
      La verdad es que no me hubiera atrevido a hablarte, si no hubieras expresado con tanta claridad que te encanta excitar a los demás y que te da un gran placer cuando eso ocurre. No sabés cómo lo lograste conmigo. Me da un poco de vergüenza dirigirme así a alguien que no conozco, pero leí muchas veces tus comentarios y pensé que si no te escribía, quizás las dos nos estábamos perdiendo de algo. En mi caso poder expresarte cuanto me excitás, y en el tuyo, saberte deseada, que es lo que más te gusta.
      Tu forma de hablar transmite mucho de lo que sos. Te percibo dulce, inteligente y provocativa. Me fascina cuando te describís a vos misma con minifalda cortita, vestido ajustado, botas altas, mucho maquillaje y bijou. Es como si te estuviera viendo y no pudiera dejar de mirarte. Mis fetiches son las uñas, los anillos y la bijouterie en general. Pero también adoro las botas altas y el maquillaje recargado, en verdad, adoro todo lo que mencionás. Y en particular me encanta que seas abiertamente seductora. Querés seducir y lo decís. Te proponés atraer y lo conseguís.
      No quiero extenderme en estas palabras hasta no saber si son de tu agrado, de ninguna manera quisiera incomodarte en lo más mínimo. Simplemente me gustó mucho leerte y quería decírtelo. Si decidís responderme, sabré si a vos te gustó que te escriba.
      Como siempre, gracias a Usted, Mistress Roxy, por el maravilloso espacio que creó.
      Hermosa y seductora Romina, te mando un besito y ojalá te haya gustado lo que escribí para vos.
      Princesa de Sodoma

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