lunes, 29 de julio de 2024

Freud y el fetichismo


Desde la primera edición de los Tres ensayos sobre la Teoría Sexual, de 1905, Sigmund Freud había reconocido al fetiche como un objeto que tenía la propiedad de desencadenar el deseo amoroso por sí sola en ciertas personas, bajo ciertas condiciones y de una manera que seguía siendo enigmática para el observador exterior y esto simplemente con cumplir con la condición fetichista que el sujeto reclama (tal o cual color de pelo o vestimenta). Planteada entonces la existencia de una condición fetichista, se plantea necesariamente las diferencias entre una reacción normal y una reacción fetichista y las inevitables comparaciones y diferencias entre ambas.

   Las investigaciones realizadas por Freud para integrar el fetichismo a la teoría psicoanalítica fueron gestadas durante el período transcurrido entre 1905 y 1915. La idealización es el primer concepto a partir del cual Freud emprende la tarea de comprender la naturaleza del fetichismo. En la primera edición de los Tres Ensayos, Freud presenta al fetichismo como una práctica que sustituye la persona total de la mujer amada por una parte de su cuerpo (generalmente la cabellera o el pie) o incluso, aquí lo interesante, un objeto que le haya pertenecido, por ejemplo, una prenda de vestir, una prenda clásicamente femenina, se entiende. Un concepto casi actual de lo que es el fetiche. Así, para esta tesis, el fetiche se postula como el efecto de un mero desplazamiento: una parte reemplaza al todo; el elemento elegido, por ejemplo la cabellera o el pie, resulta investido como objeto ideal en lugar de la persona. Dice Freud: El sustituto del objeto sexual es una parte del cuerpo que en general se adecua muy poco a objetivos sexuales (el pie, la cabellera) o bien un objeto inanimado del que se puede demostrar la relación con la persona sexual a la que reemplaza y, de preferencia, con su sexualidad (la ropa interior).





 
   Freud parece dispuesto a conceder que la práctica fetichista puede conducir a obsesiones aunque se presenta con bastante frecuencia, en un modo menor, en los impulsos normales de la pasión. Cita a Goethe, que hace decir en Fausto: Tráeme un pañuelo que haya cubierto su pecho o una liga de mi bien amada. La elección fetichista se cumple según dos operaciones sucesivas y distintas: en un primer momento ocurre un desplazamiento que sustituye la persona amada por una parte de su cuerpo o por un elemento de su vestimenta y en una segunda parte ese mismo símbolo se convierte en un objeto de idealización.

   Posteriormente Freud postularía la tesis de la represión parcial: el fetiche se conserva como sustituto, ya no de la persona amada, sino de un primitivo objeto de satisfacción sexual, generalmente el objeto anal, que ha sido reprimido. En una carta de 1909, Freud presenta a un paciente al cual caracteriza como fetichista del pie y de las botas, sobre el cual postula que el fetichismo es el remanente de una antigua pasión anal reprimida. Era fetichista de las botas. Su infancia estaba colmada de una actividad coprofílica excepcionalmente intensa. El fetiche sería entonces un objeto elegido como sustituto de un objeto anal primitivo, que habría sido por sí mismo la fuente de una satisfacción olfativa intensa a la que el sujeto se habría visto luego obligado a renunciar bajo la presión de la educación. He aprendido que el fetichismo de las botas implica un placer originario aportado por los pies sucios y malolientes. Considero el placer coprofílico de oler como el soporte de la mayoría de los casos de fetichismo de los pies y las botas... y en esos casos intervino una represión parcial. 

   El placer obtenido de los olores es reprimido o inhibido en tanto el pie, en lo sucesivo sin olor, es idealizado. Estamos en presencia de un placer pulsional sepultado. Mediante la explicación de este mecanismo de la represión parcial, el objeto directo fue apartado de la pulsión y elevado al rango de fetiche. Freud incorporaría esta tesis en la segunda edición de los Tres Ensayos sobre Teoría Sexual en 1910.

   La represión parcial se introduce así como una especia de solución intermedia entre la conservación perversa de la satisfacción anal infantil y la represión neurótica de dicha satisfacción. 

   Puede reconstruirse entonces la serie de operaciones que presiden la formación de un fetiche según Freud: un afecto de placer primitivamente asociado a un objeto anal es desplazado en u primer momento hacia el pie, el cual, para representar ese papel, debe ser en esa instancia el pie sucio. Luego en un segundo momento, bajo el efecto de la represión parcial, el placer olfativo primitivo sucumbe a la inhibición mientras que el pie experimenta un destino de idealización en que el pie sucio cede a su vez el lugar a un pie. El proceso llega finalmente a su culminación, en el caso más elaborado del fetichismo de las botas, en el momento en que por un último desplazamiento, la bota reemplaza al pie.





Fuente: 

Como inventó Freud el fetichismo...y reiventó el psicoanálisis. Henri Rey Flaud 

martes, 16 de julio de 2024

Miss SM. Versace y el bondage

 

   La ceremonia de los Grammys, como tantos otros premios del show business mundial, suele ser una buena oportunidad para observar a las estrellas del momento luciendo atuendos o accesorios relacionados con el fetichismo y el BDSM. La protagonista que se robó todas las miradas en la edición 2022 de los Grammys fue Dua Lipa. No sólo se desprendió de su famosa melena azabache y la cambió por una rubia sino que también rindió tributo a uno de los más famosos vestidos BDSM de la historia, el bondage dress de Versace


Dua Lipa en los Grammys 2022







   Combinado con joyería de Bulgari, el look de Dua Lipa confirmó la tendencia dominatrix que tantas veces se ha visto en las pasarelas más recientes y le agregó un homenaje a las gloriosas supermodelos de los noventa y a uno de sus más atrevidos diseñadores. Porque fue Gianni Versace quien lo hizo por primera vez en 1992, cuando presentó el bondage dress en su pasarela Otoño/Invierno a la que bautizó provocativamente Miss S&M. Muy claro.


Christy Turlington




   La historia nos cuenta que aquella colección provocó una divisoria de aguas: se la amó y se la odió en partes iguales y a nadie le fue indiferente. El bondage dress, desfilados por las diosas de los noventa Claudia Schiffer, Naomí Campbell, Helene Christensen y Christy Turlington, entre otras, fue aplaudido por grandes fotógrafos fetichistas como Helmut Newton y por supuesto ferozmente denostado por las feministas de siempre. En ese mismo año, Cindy Crawford lo luciría en la gala AMFAR y posteriormente sería la propia Donatella Versace quien llevaría una versión falda de cuero para la celebración del centenario de Vogue. Décadas después, en un homenaje a su madre, Kaia Gerber, la hija de Cindy, también modelo, usó el bondage dress para celebrar un cumpleaños. Un diseño alternativo, mucho más sado, convertido en soutien más botas y guantes largos, fue usado por Rihanna en su gira del 2009 y fue la sensación fetish de aquel año.


Cindy Crawford



Donatella y Gianni Versace




Rihanna




Cindy Crawford y Kaia Gerber, madre e hija




   En el 2022, treinta años después de su lanzamiento, el mundo de la moda vuelve a hablar de la tendencia dominatrix en las pasarelas. Es claro que hay modelos que nunca pasan de moda y el vestido bondage de Versace se caracteriza por su atrevido corsette y las múltiples cintas que remiten a la práctica sexual que le da el nombre a este diseño. Es sexy? Por supuesto, pero no de la manera tradicional sino que sigue sugiriendo que quien lo lleva es una dominadora sádica y ahí radica la magia de un vestido que ha sabido envejecer muy bien y trascender el paso del tiempo.

   Más tarde en la ceremonia de los Grammys,durante las premiaciones, Dua Lipa rindió tributo a otro gran momento Versace en los noventa. Lució el vestido paperclip que la casa italiana presentó por primera vez en 1994, y que hizo famoso Elizabeth Hurley en el estreno de Cuatro bodas y un funeral, al que acudió con su entonces pareja, Hugh Grant


Elizabeth Hurley



   Dua Lipa combinó el paperclip dress con unas botas largas en acabado de látex. Al lado de Megan Thee Stallion, este segundo look fue directamente explosivo e hizo las delicias de quienes amamos a las chicas jóvenes con estilo fetichista y dominante. No son las clásicas botas altas, se trata de un diseño que funciona a manera de pantboot, de extensión extralarga, incluso más arriba de los muslos y en acabado de látex. Todo un guiño a la tendencia dominatrix que tanto se ve en las pasarelas de esta década.








Dua Lipa y Cindy Crawford, con bondage dress




sábado, 6 de julio de 2024

Animal Print vintage


   El leopard print, o simplemente animal print, comenzó  a ser usado décadas atrás por las chicas pinups que posaban en las revistas picarescas y no hay que buscarle mucha explicación: en aquellos tiempos, igual que ahora, el animal print es sexy. Muy sexy. Siempre asociado al glamour, siempre dándole a su dueña un aire de mujer salvaje, devoradora. Las dos primeras fotos de este calendario dedicado a leyendas del cine que llevaron el leopard print, corresponden a Dolores del Río y su traje leopardo del film Journey into fear, de 1943. Le siguen dos de la famosa Marilyn Monroe, con rayas de tigresa, en The seven year itch, de 1955. 



Enero. Dolores del Rio




Febrero. Dolores del Rio




Marzo. Marilyn Monroe





Abril. Marilyn Monroe




Mayo. Anita Ekberg




Junio. Bettie Page




Julio. Gene Tierney




Agosto. Jayne Mansfield




Septiembre. Marlene Dietrich




Octubre. Rita Hayworth




Noviembre. Ursula Andress




Diciembre. Verónica Lake


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...