viernes, 7 de septiembre de 2018

Poledance







   En la Argentina es el baile del caño. En el mundo, el poledance. Símbolo moderno del striptease y condenado por inmoral y machista, el baile del caño ha ido ganando respetabilidad desde que comenzó a ser considerado una disciplina deportiva como la gimnasia artística. El número de torneos de atletismo y fitness que incluyen al poledance como parte de sus competencias va en aumento. La gente común y prejuiciosa no ha tenido más remedio que empezar a aceptarlo. Por supuesto, siempre y cuando la bailarina aclare que lo practica como forma de ejercicio físico y no como baile sensual. 

   Es muy positivo que el baile del poledance haya roto las barreras que lo ataban al ambiente del cabaret y también que muchas mujeres que no tienen el físico y la belleza de una stripper (mujeres maduras, madres, trabajadoras o estudiantes) se atrevan a experimentar a través de una danza el reconocimiento de la sensualidad inherente al cuerpo femenino, una sensualidad que ha sido históricamente reprimida y avergonzada.

   No me ilusiono demasiado; la sombra del juicio moral sigue estando omnipresente, en especial entre nuestras congéneres femeninas. Las mujeres no hemos podido todavía derribar esa barrera que nos divide entre chicas buenas y chicas malas y que tanto daño le ha provocado a nuestra sexualidad. Sabemos que las chicas malas se divierten más pero el precio que tienen que pagar es sufrir la estigmatización constante y el rechazo social. El poledance está asociado al bando de las malas que bailan exhibiendo el cuerpo sobre monumentales tacos altos de acrílico y mostrando ropa y movimientos provocativos. Su innegable provocación erótica es otro campo de batalla en donde se dirime ese conflicto milenario entre buenas y malas, entre santas y putas.

   El argumento más común que utilizan quienes denigran a las bailarinas de caño es que las danzas eróticas femeninas suelen estar promovidas por la mirada libidinosa de los hombres que pagan por ver un show en donde la mujer se ofrece como mercancía al mejor postor. No importa si se quita o no la ropa o si lo hace por dinero o por placer; la chica que baila en el caño suele ser considerada como parte de un sistema que degrada a la mujer mediante la objetivación y el vil comercio montado sobre el cuerpo femenino. Para evitar ser juzgadas, las bailarinas a las que les gusta practicar poledance deben alejarse de todo aquello que las relacione con las strippers de los night clubs así como muchas mujeres dominantes en el ámbito del BDSM se apresuran a aclarar que no tienen nada que ver con el mundo de las dominatrices profesionales.

   No niego que una clase de poledance puede ser más divertida que otras formas de gimnasia y puede tonificar muy bien algunos músculos. Sin embargo, todas nosotras sabemos que cuando una mujer se sube a una plataforma de poledance, no importa cual sea la rutina de movimientos, hay algo inherentemente sexual y pecaminoso que empieza a flotar en el ambiente. Cuando ella se mueve y se contonea al ritmo de la música, se vuelve una Scherazade moderna; una encantadora que embelesa a su audiencia contando una historia con los movimientos de su cuerpo.

   Yo soy de las que sostiene que si el poledance se afirmara definitivamente como una disciplina atlética, el esfuerzo por buscar una perfección cinética anularía el lado más sensual de la danza. El erotismo y la fantasía se disolverían dentro de las normas de una competencia cargada de reglamentos. La mujer que baila perdería esa íntima conexión con su propia sexualidad y con su propio cuerpo. Aún la mirada libidinosa del hombre, una mirada siempre cargada de deseo sexual, puede ser un poderoso disparador de emociones y excitaciones para ella. 

   Si el originario carácter de danza sensual del poledance es dejado de lado en nombre de la lucha feminista contra la objetivación de la mujer, lo que muchas de nosotras vamos a perder es una preciosa fuente de poder sexual femenino

   La bailarina que se contonea en el caño dibuja con sus movimientos una exhibición explícita de poder erótico. Quienes la condenan, sean hombres o mujeres, no tienen realmente un conflicto con el baile del caño ni con el striptease como tampoco lo tienen con el largo de las faldas o con la altura de los tacones. Su conflicto real es con la sexualidad femenina, con el poder implícito que emana de ella y con la libertad de las mujeres para expresarla. La indignación ante la objetivación que sufre la mujer es sólo una excusa políticamente correcta para ocultar otra forma de castración machista. 









  

10 comentarios:

  1. Siempre interesante !
    atentamente
    Comm

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  2. Culpabilizar la sexualidad femenina es algo absolutamente machista, cual es el problema en que una mujer manifieste su sexualidad como mas le guste? Pues que sigue educandose al personal ( hombres y mujeres) en que el sexo es algo pecaminoso, sucio, que debe esconderse...y por lo tanto para hombres y mujeres machistas el expresarse abiertamente en lo sexual es ser una puta y para las feministas mujeres y hombres pasa a ser una utilización de la mujer que no es consciente de que está siendo usada como un objeto. Pues bien, ni lo uno ni lo otro. Cuanto bien haría en los colegios dar en clases de gimnasia pole dance para tod@s!!

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    1. Es un odio y desprecio visceral al poder del sexo de las mujeres. El mismo sexo que es tan deseado por los hombres y tan envidiado por las mujeres. Soy muy esceptica ante la idea de que algo va a cambiar en un futuro proximo.

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  3. Excelente todo el artículo, y en especial, el último párrafo. Acuerdo completamente con que justamente el poder sexual de la mujer es una de las mejores armas para luchar contra el machismo de la sociedad.
    Que una mujer sea puta, la considero una de las cualidades más importantes que puede tener. Lo digo desde mi gusto personal, pero también desde mi pensamiento en frio. Esto vale para mujeres que no me atraen, que pertenecen a mi familia o si un amigo me pide un consejo sobre una relación. Creo que es bueno en las personas disfrutar el sexo, vivirlo con libertad y no preocuparse de lo que otros dicen de eso. En nuestra sociedad, si una mujer reúne esas condiciones, se la suele llamar puta.
    Pienso que con idas y vueltas, aciertos y errores, el feminismo de los últimos años ha logrado algunos avances, aunque no sé si Usted estará de acuerdo en este punto. Le leí varias críticas al feminismo, que comparto plenamente. De hecho mucho de lo que dice en este posteo tiene que ver seguramente con eso. También me pareció muy buena una frase de otra entrada, que no recuerdo si estaba dirigida especialmente a las feministas, pero que seguro les aplica a muchas de ellas: “las amargas del escuadrón antialegría”. Lo que no estoy seguro, Mistress Roxy, es si comparte conmigo que a pesar de todo eso, en el balance general los avances son mayores que los retrocesos.
    Creo que las feministas tendrían mucho que aprender de Su blog, aunque claro, muchas de ellas se espantarían de lo que digo. También el artículo sobre la nueva forma de luchar con los acosadores, me pareció muy bueno, en la misma línea. En general, buscar las formas de que cada mujer se sienta más fuerte, en lugar de ponerlas en lugares de debilidad. Pero creo que el solo hecho de poner los temas en cuestión, también va haciendo surgir feminismos más permeables a estos tipos de pensamiento, y con el tiempo, es probable que esas formas de pensar se encaminen en sentido positivo.
    Daser

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  4. Daser, muchas gracias por tu extenso y cuidado comentario. Coincido que los avances son mas que los retrocesos. Pero en lo que no se ha avanzado, y dudo que ocurra, es en algo mucho mas visceral, innato y por eso, oculto. La tenaz envidia femenina hacia la mujer bella. Rutinas eroticas como el pole o el striptease, o simplemente el baile, hacen a la mujer mas bella y deseable a ojos masculinos pero tambien femeninos. Y eso despierta envidia. Una envidia no reconocida en estos tiempos en donde tanto se habla de sororidades.

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  5. Comparto plenamente Mistress Roxy. De hecho estuve por poner algo al respecto en mi comentario, pero me pareció que ya se hacía demasiado largo. Seguramente será uno de los puntos más difíciles de franquear.
    Quizás cuando el tema se pueda articular en un discurso público, sin que parezca superficial, que parece ser la razón por la que hasta ahora es muy difícil leer algo al respecto, se pueda debatir el punto y eso haga que de a poco algo ceda el recurso de dar argumentos falaces que esconden la envidia, al quedar de algún modo en evidencia la verdadera razón.
    Un placer, como siempre.
    Daser

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    1. Daser, mujeres como yo estamos condenadas a tener pocas amigas, salvo unas pocas que me aprecian y han aprendido a no competir. Es el precio a pagar si quieres llevar este estilo de vida. Y lo pago con gusto.

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  6. Encontré esto: https://en.wikipedia.org/wiki/Lipstick_feminism
    En una variante que llama Stiletto, el artículo habla incluso específicamente del Poledance. Quizás Usted sabía algo de esto, yo no tenía idea. De todas maneras no debe tener demasiadas seguidoras de habla hispana, ya que al menos en una hojeada rápida, no encontré nada en castellano sobre el tema.

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    1. Me encantó el articulo..gracias! Yo conocia las Lipstick lesbians..con las que me identifico mucho , a diferencia de la clasica lesbiana hombruna o poco femenina por las que solo siento rechazo. Pero este concepto de Lipstick feminism es mas amplio y me lo anoto.

      Un gusto aprender de lectores tan atentos....un gusto de verdad

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